La carrera de los ordenadores cuánticos no es patrimonio exclusivo de EEUU y China. A pesar de la relativa opacidad que está mostrando Rusia en todo lo que tiene que ver con las tecnologías cuánticas tenemos pistas que reflejan con claridad su esfuerzo para evitar que los países occidentales con EEUU a la cabeza se impongan en esta área. En 2020 el Gobierno ruso decidió invertir 700 millones de euros en el desarrollo de las tecnologías cuánticas, y también ha confirmado la creación de un Laboratorio Nacional de Cuántica que respaldará no solo a las universidades y las instituciones que se dedican a la investigación, sino también a las grandes corporaciones y las empresas emergentes.
No obstante, Rusia no está recorriendo sola este camino. Su colaboración con China comenzó en 2020, y desde entonces han llevado a cabo varios experimentos conjuntos que han concluido con éxito. El último de ellos tuvo como protagonista indiscutible al satélite Micius, aunque en esta ocasión la distancia a la que fue transmitido el mensaje cifrado batió el récord que tenía la propia China. Las dos estaciones terrestres involucradas en este experimento residían en una ubicación de las proximidades de Moscú (Rusia) y en Urumqi (China). Y estaban separadas por una distancia de nada menos que 3.800 km.
Rusia ha cumplido su propósito: tener un ordenador cuántico de 50 cúbits en 2024
A finales del pasado mes de febrero Ruslan Yunusov, asesor del director general de Rosatom, la empresa estatal rusa especializada en energía nuclear, confirmó durante una entrevista con la agencia rusa de noticias que un equipo de investigadores había conseguido poner a punto con éxito un ordenador cuántico de 20 cúbits que utilizaba la tecnología de trampas de iones. Es la misma, sobre el papel, que emplean las empresas estadounidenses IonQ o Honeywell. Este hito representó en su momento un avance claro frente al ordenador cuántico de 16 cúbits desarrollado por los científicos rusos en 2023.
El prototipo ruso de ordenador cuántico de 50 cúbits implementados sobre la tecnología de átomos neutros de rubidio ya está listo
Las trampas de iones son actualmente la principal alternativa a los cúbits superconductores. Esta tecnología se caracteriza por utilizar átomos ionizados, y, por tanto, con una carga eléctrica global no neutra. Esta propiedad permite mantenerlos aislados y confinados en el interior de un campo electromagnético, aunque este es solo el punto de partida. A partir de aquí es posible actuar sobre el estado cuántico de los cúbits con trampas de iones enfriándolos para reducir el nivel de ruido computacional y utilizar láseres justo a continuación para operar con ellos. No obstante, no se emplea un único láser; es necesario utilizar uno para cada ion, y también un láser global que actúa sobre todos ellos simultáneamente.
La estrategia en la que acabamos de indagar es la que utiliza IonQ. Rusia no ha desvelado los detalles acerca del procedimiento que han ideado sus científicos, pero lo que sí sabemos es que su prototipo de ordenador cuántico de 50 cúbits implementados sobre la tecnología de átomos neutros de rubidio ya está listo desde el pasado mes de septiembre. Lo ha confirmado la agencia de noticias TASS.
Y también sabemos que, según Yunusov, los científicos rusos esperan escalar la tecnología que han empleado en el ordenador cuántico de 50 cúbits hasta llegar a los 100 cúbits a medio plazo. Estas cifras son modestas si tenemos presente que IBM ya tiene listo Condor, su primer procesador cuántico de 1.121 cúbits, y que, además, planea tener un ordenador cuántico dotado de corrección de errores en 2029. Pese a todo Rusia se ha metido en esta pelea y sería un error subestimar su capacidad científica.
Imagen | TASS
Más información | TASS
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