Es probablemente el último de los grandes smartphones que aparecerán este año, pero también es uno de los más esperados. El Google Pixel 2 se presentará el próximo 4 de octubre, y lo hará de una forma inusual: a estas alturas el dispositivo es básicamente un misterio.
Es cierto que ha habido filtraciones con respecto a su aspecto y prestaciones, pero al contrario de lo que ha sucedido con el archifiltrado iPhone X, hay pocas certezas sobre este Google Pixel 2 del que personalmente solo espero una cosa: conocerle, algo que no tuvimos la ocasión de hacer con el modelo actual.
El Pixel no estuvo aunque se le esperaba
Cuando Google lanzó el Pixel el año pasado todos esperábamos que el dispositivo se convirtiera por fin el el iPhone à la Google. Parecía que por prestaciones y sobre todo por política de precios esa era la intención de Google, pero un año después hemos comprobado como esa no era la intención de esta empresa. Y si lo era, han fracasado estrepitosamente.
Lo comentábamos al hablar de ese millón de unidades vendidas del Pixel original, una cifra ridícula para un terminal del que tanto se ha hablado.
La culpa no es de los usuarios, sino de Google: encontrar uno a la venta era casi misión imposible. Pocos países lo tuvieron a la venta, y los que lo tuvieron lo tenían con cuentagotas.
El Pixel pintaba muy bien en las críticas, entre otras cosas por una cámara en la que la magia de la fotografía computacional demostraba que se podía ir más allá del sensor y los megapíxeles. Y sin embargo, muchos usuarios interesados en él nunca pudieron comprobarlo.
Ese limitado alcance nos hizo plantearnos la pregunta. ¿Era el Pixel una prueba de fuego? ¿Un experimento sobre el que construir un producto mejor y, sobre todo, mucho más masivo? Puede que el Pixel 2 sea la respuesta a la pregunta, así que será interesante conocer cuál es la estrategia de distribución del terminal cuando la empresa lo ponga por fin a la venta.
Esperando lo mejor, preparándonos para lo peor
Por supuesto, no bastará con que el Pixel 2 se distribuya a nivel mundial: frente a él tiene una vez más a la mejor hornada de smartphones de la historia. Más potentes, con cámaras duales espectaculares y con esas pantallas sin marcos que han creado tendencia. De repente los móviles sin marcos serán los chulos y los móviles con marcos serán un poco móviles para pobres no tan chulos.
La imagen filtrada de los Pixel 2 parece revelar que el Pixel 2 sí seguirá esa tendencia y se acercará al diseño de los LG G6 (todos los datos apuntan a LG como el fabricante, por cierto). También parece lógico pensar en el Snapdragon 835 como corazón del terminal, mientras que en la trasera, atención, los rumores nos hablan de un solo sensor.
Nada de cámara dual por tanto, algo que podría descalificar automáticamente a Google ante esa corriente que grita a los usuarios —sin ser necesariamente cierto— que dos siempre son mejor que una. Esa cámara, no obstante, podría contar con estabilización óptima de imagen, algo de lo que carecía su antecesor y que contribuiría al control de las fotos borrosas. La fotografía computacional una vez más podría ser la clave de un sensor que es mucho más que hardware.
Queremos quererte, Pixel 2. O al menos, intentarlo
Teniendo en cuenta lo importante que es el comportamiento de la cámara, habrá que esperar lo mejor de una Google que no acaba de asumir el papel protagonista que todos le asignábamos en esta película.
No es la única incógnita. ¿Será resistente al agua (parece que sí)? ¿Tendrá carga inalámbrica? ¿Tendrá minijack (parece que no)? ¿Se contagiará de la fiebre por el cristal como material dominante? Y sobre todo: ¿costará menos de 1.400 euros?
Esperemos que no y que (insisto) podamos conocerle y quererle. La excusa del año pasado de Google ya no nos vale (Google Assistant lleva tiempo disponible en español), así que ya sabes, Google. No me defraudes y da un poco de guerra.
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