O peor, porque tal y como recogen en Electrek, la medida es especialmente dañina contra el propietario del coche eléctrico. Mientras que el de un coche de gasolina paga los impuestos correspondientes a la hora de llenar su depósito, los propietarios de coches eléctricos en Iowa pueden llegar a pagar tres impuestos distintos.
El Estado ha sacado adelante un nuevo impuesto que gravará la recarga del vehículo eléctrico con el pago de 2,6 centavos/kWh recargado. Es decir, con la recarga completa de un coche eléctrico con una batería de 60 kWh, ésta se encarecerá en 1,56 dólares. El nuevo impuesto entra en vigor el próximo 1 de julio.
El fundamento detrás de la medida está en la gravar la electricidad recargada fuera de casa como sucede con la gasolina. Cuando un conductor de este último vehículo llena el tanque, parte del gasto que hace se lo llevan los impuestos. Hasta ahora, no pasaba lo mismo con la recarga de coches eléctricos.
La medida se aplicará exclusivamente a los servicios de recarga pública, por lo que las recargas en el domicilio no tendrán que lidiar con este nuevo gravamen. Pese a todo, desde el medio estadounidense señalan que el dueño del coche eléctrico recibe un castigo excesivo por pasarse a esta tecnología.
Para paliar la escasa recaudación de impuestos con el coche eléctrico, el Estado ya había establecido un impuesto de circulación que obligara al dueño de este tipo de coches a desembolsar 130 dólares cada año. Esta tasa fue defendida como una manera de establecer un equilibrio con los dueños de los vehículos de combustión, que tienen que pagar los impuestos en las estaciones de servicio.
Por último, apuntan a que la electricidad disponible en los puntos de acceso público de algunos municipios está gravada con un 1% extra, por lo que el conductor podría pagar hasta tres impuestos por el mismo vehículo, por uno de los dueños de los coches de combustión.
Qué hacer con el coche eléctrico
La decisión de Iowa de gravar la recarga pública de coches eléctricos no es algo generalizado pero tampoco es algo que debemos perder de vista. En el fondo, es una medida con un impacto muy controlado y nada generalizado, en Axios señalan que no tendrá incidencia en las arcas públicas teniendo en cuenta la poca penetración de esta tecnología ahora mismo, pero sí nos puede dar una idea de hacia dónde se pueden encaminar los futuros impuestos hacia el coche eléctrico.
Algunos países han hecho ingentes esfuerzos por fomentar la compra de coches eléctricos, lo que ha provocado todo un agujero en sus cuentas. En Noruega están retirando las ayudas y buscando nuevas soluciones para recaudar parte del dinero perdido con la venta, casi exclusiva, de coches eléctricos.
En Alemania ya están reduciendo la cuantía de ayudas que se puede recibir por su compra y si China no lo ha hecho es porque quiere seguir impulsando la movilidad y que sus marcas sigan vendiendo por encima de los extranjeros. Sin embargo, también se había planteado su retirada.
Hasta ahora, uno de los caminos a seguir había sido el de gravar el peso de los automóviles. Penalizados por sus baterías, los coches eléctricos pecan de sobrepeso y, a falta de emisiones contaminantes, las autoridades se habían fijado en este detalle para imponer las nuevas tasas.
La vía que se abre, sin embargo, es la de imponer un pago por uso al coche eléctrico, como sucede con la gasolina. Que, con cada recarga en la vía pública, el coche eléctrico pague sus correspondientes impuestos. Una posibilidad que no se había abierto hasta ahora y que habrá que ver si tiene recorrido en otros lugares.
En Xataka | Estamos pagando un 10% menos de impuestos a la gasolina que hace dos años. Y aun así el estado recauda más
Foto | Sophie Jonas
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