El futuro de la automoción se juega en las minas de litio. Y los fabricantes están decididos a lanzarse a su negocio

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El futuro de la automoción no siempre se juega en los laboratorios, cadenas de montaje o los despachos de los CEO. Hay ocasiones en las que está en lugares bien distintos, a miles de kilómetros de cualquiera de esas instalaciones. Hace algo más de un siglo Ford Motor Company entendió por ejemplo que la industria necesitaba caucho y montó su propia plantación, Fordlandia, en la selva amazónica de Brasil. Hoy los fabricantes —incluido Ford— saben que gran parte de su supervivencia se decide en las minas, las mismas de las que obtienen un material clave: litio.

Eso les obliga a mover ficha, como en su día lo hizo Henry Ford.

Y asumir riesgos, igual también que el legendario industrial.

¿Qué ha pasado? Que en su empeño por asegurarse el suministro de litio, un material crucial para las baterías de los vehículos eléctricos, los fabricantes del sector de la automoción han decidido lanzarse de cabeza al negocio de la minería. A menudo buscando acuerdos para comprar ciertas cantidades de litio en un rango de precios. El fenómeno no es del todo nuevo. El año pasado ya os contamos como el grupo Stellantis, Tesla, GM, BMW, Toyota o Volkswagen habían movido ficha de una forma u otra para facilitarse el acceso al preciado material.

Como acaba de demostrar The New York Times (TNYT) la tendencia se ha mantenido con fuerza en el sector, inmune en apariencia al pronunciado desplome que ha registrado durante meses el precio del material en China, el hallazgo de nuevos e importantes yacimientos o los desafíos para la explotación de otros.

¿Qué buscan? Acuerdos que les faciliten el suministro del material. Y para muestra un botón. O unos cuantos. En 2022 GM alcanzó un acuerdo de suministro con la firma Livent precisamente con la vista puesta en las minas sudamericanas. Más reciente es el acuerdo de ese mismo fabricante para invertir 650 millones de dólares en Lithium Americas para el desarrollo de una mina en Nevada, EEUU. Con ese movimiento General Motors se garantizó derechos exclusivos sobre la producción del yacimiento de Thacker Pass cuando empiece a producir.

Otro ejemplo claro lo deja Ford Motor y su acuerdo con el proveedor chileno Sociedad Química Minera (SQM), anunciado hace poco más de un mes y que busca garantizar el suministro de litio para su uso en automóviles eléctricos. El fabricante de Michigan ya había alcanzado un memorando con Rio Tinto con la vista puesta en materiales estratégicos y Tesla tiene un pacto con Piedmont Lithium.

¿Son los únicos ejemplos? No. Durante los últimos meses y años grandes fabricantes han dejado otros tan o igual de significativos. Hace un año Stellantis anunciaba sus planes de invertir 50 millones de euros para convertirse en uno de los principales accionistas de Vulcan Energy. Como telón de fondo estaban sus planes de explotar las reservas de litio del Valle del Alto Rin. El fabricante de vehículos también amplió el acuerdo de aprovisionamiento del metal.

Mucho antes Tesla ya había adquirido una parcela en Nevada para extraer metales y levantar una refinería de litio. Movimientos interesantes han protagonizado otros grandes fabricantes, como Volkswagen, General Motors, BMW o Toyota.

¿Y qué pretenden? Asegurarse el suministro de un material crucial para las baterías de los vehículos eléctricos. Y eso en plena descarbonización, un proceso en el que la movilidad eléctrica promete jugar un rol clave, son palabras mayores.

Lo que intentan Tesla, Ford, Stellantis o General Motors —ya ha anunciado que en 2035 todos los coches que venda serán eléctricos— es garantizarse que continuarán recibiendo el preciado material. "Enseguida nos dimos cuenta de que no había una cadena de valor establecida que pudiera respaldar nuestras ambiciones para los próximos diez años", reconoce a TNYT Sham Kunjur, de General Motors.

¿Cuál es el objetivo? No quedarse rezagados y sufrir las consecuencias de la escasez de suministro. Incluso aunque para lograrlo tengan que tirar de chequera, ir más allá de los proveedores tradicionales y sellar cuantiosos acuerdos con firmas mineras. Como recoge el diario neoyorquino, el sector reconoce que no dispone de muchas más opciones si quiere garantizarse un suministro fiable de litio y otros materiales como níquel o cobalto, importantes para la automoción. "Hay un poco de desesperación", abunda Amanda Hall, de Summit Nanotech, quien cree que los ejecutivos del sector de la automoción "tratan de adelantarse al problema".

En pleno proceso de descarbonización, con Europa o China apostando de forma clara por vehículos menos contaminantes, no es poco lo que se juegan las grandes multinacionales. TNYT recuerda cómo en China, donde alrededor de un tercio de los nuevos vehículos son eléctricos, gigantes como Volkswagen o GM han perdido cuota de participación frente a la china BYD. Otro buen ejemplo lo deja Tesla, que ha sabido dotarse de una cadena de suministro de materias primas, incluido el litio, y a lo largo de los años ha ganado peso en China, Europa o EEUU.

¿Son todo ventajas? No. Si Ford corrió riesgos hace más de un siglo con Fordlandia, la situación no es muy distinta en 2023. En su intento por asegurarse el suministro de litio los fabricantes asumen peligros, incluido uno especialmente sensible que va más allá incluso del reto que pueda suponer la minería en zonas inestables o con políticas de protección ambiental débiles: pagar demasiado.

"Desde principios de 2022 el precio del litio ha aumentado tan deprisa y se ha dado tanto bombo al sistema que se han podido hacer muchos negocios realmente malos", señala RJ Scaringe, directivo de Rivian. Buen ejemplo lo dejaba hace poco China, que vio cómo el valor del litio caía durante meses y "pinchaba": de 86.910 dólares por tonelada, valor que alcanzó en noviembre de 2022, había pasado el pasado abril a 27.300 dólares. Si bien su extracción no siempre resulta sencilla, el litio es relativamente abundante y durante los últimos meses ha habido varios anuncios relevantes para el sector, como el descubrimiento de un yacimiento en India o incluso los planes de explotar una importante mina en Extremadura.

En Xataka: El litio se ha convertido en un problemón para las baterías. Unos investigadores creen que el calcio es la respuesta

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