Un hogar sobre ruedas alimentado con energía 100% eléctrica, capaz de aparcarse sin necesidad de estar anclada al coche y con un sistema de propulsión que ayuda a aliviar su propia carga. Suena increíble, aunque hay que poder pagarla. 109.000 dólares es lo que cuesta la Pebble Flow, una caravana eléctrica que solo se podrá disfrutar en los Estados Unidos, pero con un despliegue tecnológico tan peculiar que bien merece ser contado. 2.800 kilos de peso, 7,62 metros de largo y doble motor.
La Pebble Flow es una caravana eléctrica para anclar el coche y disfrutar de una casa portátil y sostenible. Está alimentada por una placa solar integrada de 1 KW, siendo compatible asimismo con enchufes de carga CA/CC. Para completar su sistema de alimentación, al igual que en los coches eléctricos, cuenta con un sistema de frenado regenerativo para cargarse mientras se remolca.
Hasta aquí, nada fuera de lo normal en una caravana eléctrica. Las peculiaridades empiezan desde el momento del enganche. Esta caravana funciona por sí misma, ya que la controlamos de forma remota. Esto se traduce en que, para engancharla, tan solo hay que "conducirla" hasta el coche. De forma automática se alinea y ancla a la bola de remolque. ¿Cómo se controla? Con nuestro móvil y el mando a distancia integrado en la aplicación de Pebble.
La segunda peculiaridad que encontramos en ella es un sistema de doble motor. Este le permite estacionar de forma "autónoma" (somos nosotros los que la controlamos en remoto, pero no necesita estar anclada al coche para aparcarse). Este sistema tiene otro segundo fin: permitir al vehículo aliviar buena parte de su carga. Esto, pensando sobre todo en el impacto que tendría sobre un vehículo eléctrico el remolcar una caravana de casi tres toneladas, tiene mucho sentido.
En el interior tenemos capacidad para cuatro personas, cocina (vitrocerámica, microondas, lavadero, etc.) iluminación LED, compartimentos de almacenaje, y todo lo necesario para la vida. La cama se convierte en un escritorio equipado con tomas USB-C y, como curiosidad, el propio software de la caravana se actualiza vía OTA mediante la aplicación.
Más allá de la curiosidad, esta Pebble abre la puerta a las caravanas eléctricas del futuro: autopropulsadas, con autonomía para aparcarse sin necesidad de nuestro propio coche y alimentadas con energía solar.
Imagen | Pebble
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