Hace unas semanas tuve entre las manos el Polestar 2, uno de los automóviles que cuentan con Android Automotive, el sistema operativo de Google integrado directamente en los automóviles. Entonces ya conté cuánto me gustó contar con él en la interfaz de un vehículo.
Sin embargo, Google se ha encontrado con un problema inicial en la expansión de su Android Automotive: escasean las aplicaciones. El partido que podría sacarle Google al sistema es enorme pero, por una razón u otra, echamos de menos muchas más aplicaciones para poder utilizar en las pantallas de los coches que montan este sistema.
Un buen ejemplo es Waze. Una de las aplicaciones preferidas por los conductores es compatible con Android Auto desde 2017 y también puede ser utilizado con el famoso Coolwalk del sistema operativo que parte la pantalla en dos. En Android Automotive, se ha hecho de rogar.
Waze, disponible en Volvo y Polestar
Los problemas de compatibilidad entre las aplicaciones y las pantallas de los vehículos ha quedado demostrada con Waze. La aplicación estaba disponible desde hace tiempo para los Renault Austral y al Megane E-Tech, que también utilizan Android Automotive. Sin embargo, Volvo o Polestar, dos de las banderas del sistema operativo se quedaban fuera.
Por tanto, para utilizar la aplicación era necesario tenerla instalada en el teléfono móvil y acceder con ella conectando el aparato al vehículo. Esto deja de ser así ahora, pues la aplicación pasa a estar disponible en la Google Play Store, accesible desde los vehículos de Volvo y Polestar.
De esta manera, se facilita el acceso a Waze y, sobre todo, el conductor puede olvidarse de la conexión entre el teléfono móvil y el vehículo para el uso de la aplicación, exactamente lo que espera el comprador de un coche con Android Automotive.
El retraso, eso sí, nos sirve de ejemplo para entender cómo los desarrolladores tendrán que ir adaptando sus aplicaciones a los tipos y tamaños de pantalla de los diferentes vehículos. Además, podemos preguntarnos hasta cuándo se dará soporte para visualizar correctamente los menús, los mapas y cualquier otro tipo de información que se precie.
El debate ya se ha puesto sobre la mesa. Los fabricantes parecen estar decididos a hacer del software un pilar esencial de su futuro económico pero no todos lo tienen claro y firmas de lujo como Bugatti se han planteado qué pasará con estas enormes superficies y sus sistemas operativos si un conductor quiere mantener su vehículo durante décadas.
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Foto | Volvo