El mundo de hoy en día cambia de forma muy rápida. Internet pone a nuestra disposición una gran cantidad de información, pero también los conocimientos necesarios para desarrollar un puesto de trabajo evolucionan constantemente. Por eso, el proceso de reciclaje debe ser constante y tenemos que seguir aprendiendo las habilidades que necesitamos en un trabajo cambiante.
Actualmente es muy complicado que podamos entrar en una empresa y jubilarnos en ella, algo que sí ocurría en el pasado siglo XX. Pero, incluso, aunque así sea la empresa también se ha vuelto mucho más dinámica y no podemos entrar en ella con unos conocimientos y desarrollarlos en la propia organización sino, más bien, se nos exige adquirir nuevas habilidades de forma continua tal y como explica Salman Khan, creador de la Khan Academy en el siguiente vídeo:
Salman Khan, profesional respetado por figuras como Bill Gates, comenta que:
La habilidad más importante que uno puede tener es la capacidad para poder aprender, de decir, vale esto es algo que no entiendo, dejame buscar los recursos para aprenderlo por mi cuenta.
Khan Academy, el aula inversa para ayudar en la educación
Tradicionalmente el modelo de enseñanza se ha basado en un profesor que daba una lección a sus alumnos. Después se mandaban unos deberes, que los alumnos hacían en clase o dejaban para casa, por lo tanto, estos ejercicios se corregían al día siguiente. Si los deberes se hacían en casa y había suerte tus padres te podían ayudar pero, de lo contrario,5 las dudas quedaban para la corrección del día siguiente de nuevo en el colegio.
Es aquí donde Internet se revela como una herramienta fundamental. Khan creó una serie de vídeos en los que ofrecía unas lecciones sobre temas de álgebra y matemáticas. Esos vídeos fueron haciéndose más y más populares, y fueron el germen de la Khan Academy hasta convertirla en lo que es hoy en día y Salman Khan uno de los hombres más influyentes elegido por la revista Time en 2012.
Khan Academy es una empresa sin ánimo de lucro que tiene la misión de ofrecer formación de primera calidad a cualquier persona en cualquier parte, aunque no haya una escuela desde su teléfono o su ordenador se puede aprender. Y en el caso de que si haya una escuela se puede combinar con buenos colegios y buenos profesores para liberar tiempo en el aula.
El modelo que nos proponen desde Khan Academy es el del aula inversa. Es el alumno el que aprende la lección a través de los vídeos en su propia casa y asimila a su ritmo los contenidos. Al día siguiente se hacen los deberes y se corrigen los problemas en clase, donde el profesor es apoyo y guía, ayudando a resolver las dudas y comprobando si se ha asimilado o no la materia que se impartía. De esta manera, el alumno siempre puede acudir al vídeo para repasar, teniendo en cuenta que no todos tienen el mismo ritmo de aprendizaje.
Esto crea diferentes itinerarios en una misma clase, con alumnos que van más avanzados y otros que van más lentos, pero lo importante es que son capaces de comprender aquello que están estudiando, no van pasando diferentes niveles dejando algunas lagunas de formación en determinados conceptos que les penalizarán en el futuro, pues parte de la formación se basa siempre en lo que ya sabemos, o se supone que sabemos.
Educación para adultos, ¿también es un modelo válido el autoaprendizaje?
Pero quizás la pregunta sería, ¿este modelo es válido también para el autoaprendizaje de los adultos? Lo cierto es que no faltan ejemplos en otros campos donde Internet y las aplicaciones ayudan a la formación y a adquirir determinadas habilidades. Si hablamos del mundo laboral, una de las más demandadas son los idiomas y aquí Duolingo es un ejemplo en el autoaprendizaje, tanto para adultos como para niños.
Duolingo introduce además de las lecciones necesarias para aprender los conceptos de gramática, vocabulario, comprensión y pronunciación de un idioma, el concepto de gamificación, de manera que se va aprendiendo como un juego, recogiendo recompensas y ofreciendo retos a los estudiantes. Esto ayuda a que no se aburran de la enseñanza de un idioma y puedan continuar avanzando. A nivel académico, un estudio de la City University of New York y la University of South Carolina determinaron que un promedio de 34 horas en Duolingo equivalen al primer semestre de un curso de idioma en la universidad.
Duolingo y otros servicios similares para aprender idiomas por nuestra cuenta no es sólo una forma de mejorar o aprender nuevos idiomas, sino que se convierten también en una forma de no perder los conocimientos que ya tenemos. Como en todos los campos, dejar de practicar un idioma significa que cada vez nuestra capacidad para utilizarlo va mermando, de manera que utilizar estos cursos online nos ayudan a refrescar los conocimientos que ya tenemos y a practicar.
Salman Khan nos habla de la habilidad para encontrar los recursos y aprender por nuestra cuenta como una de las más importantes de cara al futuro. Esto nos lleva también a los MOOC, los Massive Online Open Courses, cursos en los que cualquiera se puede matricular para adquirir las habilidades necesarias en muchos campos diferentes.
La dificultad del autoaprendizaje
Seguir uno de estos cursos supone una oportunidad para acceder a unos recursos educativos que sin la ayuda de Internet sería imposible. Sin embargo, el reto de la educación a distancia, de seguir los materiales a nuestro propio ritmo, o la capacidad de dinamizar un grupo masivo de un número muy elevado de alumnos han sembrado dudas acerca de la efectividad de estos cursos cuya tasa de finalización es muy baja, en torno al 10% según el WSJ.
No todo se debe a una problema de calidad de los contenidos, también a la forma en la que muchos estudiantes utilizan los cursos a través de Internet, no tanto para realizar el curso completo, sino más bien para determinados contenidos muy concretos, dejando en el caso de los MOOC, posteriormente abandonado el curso, aunque vuelvan a dichos contenidos en varias ocasiones posteriormente. Es más un repositorio de conocimiento al cual acudir, que una forma de tener una enseñanza reglada.
Fuente: Class Central
Sin embargo, a pesar de lo que muchos pudieran pensar, esta tendencia a la formación online no ha hecho más que empezar y los números indican que los alumnos que se matriculan en MOOCs no paran de crecer. De los 10 cursos de la Universidad de Stanford y 160.000 alumnos en 2011 se ha pasado en la actualidad a más de 3.800 MOOCs previstos para febrero de 2016, de los que un 34% son de Coursera que tiene más de 16 millones de estudiantes y otro 17% de edX, con otros 5 millones de estudiantes se constituyen en las dos principales plataformas.
La homologación de los títulos y el prestigio profesional que tienen asociado
En este sentido, iniciativas como las de Udacity que busca ofrecer un modelo para las empresas con un tutor que guíe de forma más cercana a los alumnos puede ser una vía intermedia a la hora de mejorar la capacidad de adquirir nuevas habilidades a través de estos cursos online.
Muchos de los cursos que impulsa Udacity están creados para cubrir la demanda de empleo en sectores donde faltan profesionales como Big Data o Analistas de Datos para los próximos años. Por otro lado, sus acuerdos con empresas como Google, Facebook, Amazon o AT&T a la hora de crear los cursos hace que estos sean mucho más valiosos para los alumnos. ¿Quién no quiere hacer un curso de programador para Android que ha creado Google? Cualquier profesional paga por tener un certificado que acredita sus conocimientos en un curso en el que colabora la empresa que ha creado precisamente esa tecnología.
Se traslada al mundo online la estrategia de formación que otros grandes de la tecnología han venido realizando hace tiempo, como los cursos de comunicaciones de CISCO, los masters de SAP, etc, cuyo objetivo es capacitar a los profesionales en tecnologías y habilidades de alta demanda profesional y reconocidos por las empresas.
Este título o certificado que acredita el conocimiento de una materia o la adquisición de una habilidad determinada y que luego es reconocido por las empresas como un valor añadido es muy atractivo para los profesionales. De ello también nos habla Salman Khan en el vídeo, cuando nos cuenta:
Sí que veo como una misión que tiene Khan Academy a largo plazo crear títulos, ya sea solos o junto con otros, para que los alumnos puedan demostrar lo que saben. Podrían ser estudiantes que acuden a otras universidades, pero que además quieren probar que tienen otras habilidades o estudiantes que están alejados de la educación tradicional.
A nivel laboral la reseña de las habilidades supone, hoy en día, una parte importante del currículo. Una forma de destacar frente a otros candidatos, a la hora de conseguir un puesto de trabajo, que pueden tener una formación similar. La especialización tras los estudios universitarios es la puerta que muchas veces abre el mercado laboral.
Pero también son las propias empresas las que buscan mejorar la formación interna en muchas ocasiones utilizando los recursos online. Un claro ejemplo es Yahoo!, que ha decidido becar a sus empleados para que realicen determinados cursos en Coursera.
¿Qué opinan los docentes de la educación online y los MOOCs?
Cuando los docentes hablan de la educación online uno de los conceptos más repetidos es la "democratización de la enseñanza". Una de las virtudes de la educación online es su universalidad, que sea accesible para todo el mundo y no dependa de los recursos de los alumnos. Según Didina González, vicedecana de Learning Innovation de IE Business School:
Los costes asociados a los campus en EEUU potenciaron que apareciesen estas iniciativas
Un ejemplo, Barack Obana no acabó de pagar su crédito universitario hasta los 43 años, cuando ya era senador y eso que el 25% del total de su formación académica se costeó con becas. En zonas con mayor desigualdad social como América Latina, según señala Fernando Sandoval Arzaga, Director de Emprendimiento y del Centro de Familias Emprendedoras del Tecnológico de Monterrey,
A mayor desigualdad social, el impacto de este tipo de formación sobre la población es aún mayor que en otras áreas, dado que muchas personas de la región tampoco pueden acceder a la universidad pública, por eso deberíamos continuar con esta idea de democratizar el conocimiento.
La cara oculta de esta moneda es la popularidad que tienen las Universidades de ya son una marca reconocida. ¿Quién no quiere tener un certificado de un curso emitido por el MIT, Stanford o Yale? Esto les ayuda como una gran plataforma publicitaria para captar alumnos, lo que deja a la Universidad local, más pequeña y con menos recursos en desventaja.
Por otro lado, tal y como afirma Jesús Valverde Berrocoso de la Universidad de Extremadura en su ensayo MOOCs, una visión crítica desde las ciencias de la educación, esta formación universal puede producir una estandarización del conocimiento que no siempre es positiva. Habla de MacDonalización cuando para la creación de cursos online:
Se desconsideran variables contextuales, culturales y de diferencias individuales (v.gr. conocimientos previos, estilos de aprendizaje). Se ofrecen como productos para un consumo inmediato, sencillo, rápido, sin elevados costes de producción, replicables sin limitación y con beneficios económicos directos
Otra de sus críticas tiene más que ver con la estructuración de los contenidos, donde cada profesor desarrolla en muchos casos sin conexión y continuidad con los demás miembros de la Universidad:
Con los MOOCs el currículum se constituye por una serie de cursos sin conexión, en los que cada docente imparte sus materias y los estudiantes tienen dificultad para incluir todo lo aprendido en una base de conocimiento integrada y utilizarla para la resolución de problemas de la vida diaria y/o profesional.
Para Diana Pérez, Doctora en Ingeniería Informática y Telecomunicación por la Universidad Autónoma de Madrid, docente de la Universidad Rey Juan Carlos en la asignatura TIC en la Educación y autora de uno de los primeros MOOC que se realizaron en la plataforma Miríada X cree que:
La enseñanza online tiene bastante futuro porque necesitamos estar permanentemente informados. Es decir, existen pocas profesiones que no requieran de un reciclaje continuo. Ahí está la clave. ¿Para qué podríamos destinar esta formación online? Para cursos que necesitemos después de nuestra formación académica y también para personas que no tienen las posibilidades de adaptarse al horario presencial. Pienso que la formación online es necesaria. Rechazarla o descartarla no es posible en el mundo en el que estamos viviendo.
Profesionales en constante reciclaje
Está claro que no todas las profesiones tienen la misma necesidad de reciclaje, de nuevos conocimientos constantes y por lo tanto, la misma demanda de este tipo de formación online. Las profesiones que tienen una fuerte carga de práctica en su desempeño tienen más limitada la capacidad de aprendizaje de los alumnos con estos métodos. Pero aún así, ámbitos como el sanitario, que exige un constante reciclaje, pueden tener la posibilidad de tener un conocimiento, al menos teórico de los últimos avances en su campo.
Otras sectores que implican un constante reciclaje, como el caso de la enseñanza, tienen a los docentes como uno de los perfiles profesionales que más utilizan los MOOCs según un estudio de edX, los profesores eran el 39% de los perfiles profesionales matriculados en sus cursos. Aprender de otros profesionales de la enseñanza y enriquecer sus recursos didácticos mejora su capacidad profesional.
En otros casos son las empresas tecnológicas las que necesitan tener a sus plantillas adquiriendo constantemente las habilidades necesarias para seguir siendo una empresa innovadora. Al menos eso apuntan en Yahoo!, donde uno de los motivos para que sus empleados utilizasen Coursera. Según Patricia Brogan, responsable de la academia de desarrollo de Yahoo! la compañía:
Emplea, forma y ayuda a crecer a miles de ingenieros de software que continuamente están aprendiendo nuevas habilidades y aplicandolas para crear productos innovadores. Algunos cursos que interesan a los empleados tiene que ver con temáticas como criptografía, Java, desarrollo de aplicaciones móviles. Yahoo! se centra el desarrollo de herramientas y tecnologías que permitan a nuestros empleados constantemente crecer y desarrollarse tanto en su vida personal y profesional.
El perfil de los participantes en un MOOC es el de un graduado Universitario en un 85% de los alumnos de cursos de Coursera. El porcentaje es similar para otras plataformas, rondando el 70% en edX cuyos alumnos mayoritariamente tenían un perfil con educación secundaria. Por lo general son menores de 26 años y en el caso de los cursos de ingeniería o técnicos, mayoritariamente varones, con sólo un 20% de mujeres participantes, algo que no ocurre en el resto de cursos donde si son mayoría, en torno la 57%.
Estos datos indican más un perfil relacionado con la búsqueda del primer empleo o la mejora del mismo, pero a la vez de una generación abierta a la mejora constante de sus capacidades, a obtener nueva habilidades que les abran la puerta de un futuro laboral mejor. Una vez dentro de la empresa, la formación interna es la que acaba por imponerse y la especialización marca la diferencia.
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