A lo mejor no están en peligro de extinción, pero los petrolheads bien podrían entrar en la lista de especies protegidas. Los conductores amantes de las sensaciones llevan ya cerca de una década resignados al hecho de que los tiempos de las furias mecánicas que debían ser sometidas a golpe de embrague estén llegando a su fin. Las restricciones medioambientales, primero, y la irrupción de las motorizaciones eléctricas, después, han limitado sus opciones. Eso sí, todavía queda esperanza.
Aunque los motores eléctricos son tradicionalmente suaves, enfocados al ahorro y con un brío cuidadosamente programado, hay una rara avis capaz de satisfacer esas ansias de adrenalina imposibles de apaciguar por otros medios. Y es que son pocos los fabricantes que, a día de hoy, han sabido comprender lo que desean esos conductores extremadamente exigentes.
¿Qué es un 'petrolhead' y por qué hasta ahora solo querían gasolina?
El término petrolhead significa literalmente "cabeza de gasolina" y describe a esos conductores que quieren garra, emociones, sentir que están dominando un coche en lugar de simplemente ser transportados
Acuñado originalmente en el Reino Unido y extendido posteriormente a otros países, el término petrolhead significa literalmente "cabeza de gasolina" (y no de petróleo, como suele traducirse incorrectamente). No está del todo claro si la popularización del concepto comenzó como un insulto o un halago, pero con el tiempo ha adquirido una dimensión reconocible por todos los aficionados a la automoción: son esos conductores que quieren garra, emociones, sentir que están dominando un coche en lugar de simplemente ser transportados.
Para el auténtico petrolhead, la respuesta estrictamente lineal de un motor, la ausencia de un comportamiento juguetón e incluso la relativa invisibilidad de las nuevas transmisiones automáticas (siempre que no vengan acompañadas por una convincente gestión manual como opción) son argumentos contrarios a su credo. Un petrolhead necesita ejercer un control activo sobre el coche, un poco como el jinete que se lanza a correr con un caballo recién domado.
Los coches eléctricos, con sus mecánicas extrasuaves y una electrónica enfocada a reducir el consumo (limitando por tanto aspectos como la respuesta de la aceleración) y unas suspensiones calibradas para garantizar un confort familiar en desplazamientos con pocos vaivenes, son la antítesis de lo que buscan. A un coche eléctrico no se le puede tomar el pulso, su conducción no es tanto instintiva como mecánica. Y por ello, para este colectivo, son anatema.
Seducir a los petrolheads se convirtió en una cuestión de orgullo y reputación para Hyundai. Nadie como ellos sabe lo que hace que un coche haga palpitar el corazón, y lograr que den su beneplácito a un eléctrico es sin duda todo un desafío. Uno que por fin ha sido alcanzado.
Un auténtico deportivo en el segmento de vehículos eléctricos
Los ingenieros de Hyundai han integrado dos configuraciones, Endurance y Sprint, que permiten que este modelo se adapte a distintos tipos de conducción deportiva
Incluso si el auténtico petrolhead valora la respuesta dinámica y mecánica por encima de todas las cosas, no cabe duda de que si alguien quiere pescar, necesita un buen cebo. Para que un coche llegue al corazón de este tipo de perfiles, hace falta mucho más que una velocidad punta elevada o un reprís de los que te comprimen el pecho. Lo que más ansía un petrolhead es la capacidad de control, la transmisión de sensaciones. Y Hyundai ha querido dejar bien claro que Hyundai IONIQ 5 N es lo que buscan: un deportivo que, además, es eléctrico.
Conscientes de que es más difícil tomar el pulso a una motorización eléctrica, no importa cuán briosa, que a otra limitado por la mecánica y la química, los ingenieros de Hyundai han integrado dos configuraciones que permiten a IONIQ 5 N adaptarse a distintos tipos de conducción deportiva: Endurance y Sprint.
El diseño es fundamental a la hora de comunicar las intenciones de un coche, y Hyundai ha querido dejar bien claro que IONIQ 5 N no es un eléctrico al uso
La primera de ellas ha sido pensada para carreras de mayor duración, poniendo un tope a la potencia máxima que pueden generar sus motores, mientras que la segunda es perfecta para carreras de tipo drag y recorridos cortos, dando el 100% de la capacidad programada para salir picando rueda.
Igual de importante es el modo N Drift. Diseñado para mantener el ángulo de derrape, permite deslizar el coche en curva de forma controlada implicando el diferencial trasero, los frenos (mucho más grandes de lo normal, con discos de nada menos que 400 mm delante y 360 mm detrás) y la función Torque Kick Drift, que simula un embrague para regular manualmente el rendimiento del motor usando las levas del volante.
Este modo de conducción para los amantes de las filigranas en circuito cerrado se extiende también a las carreteras con N Road Sense, una tecnología que, en base a la información capturada por las cámaras del vehículo, sugiere la activación del modo N para modificar el uso de la tracción integral y la respuesta en curva.
Prestaciones que rompen mitos en el segmento de vehículos coches eléctricos
IONIQ 5 N lleva su rendimiento a otro nivel gracias a sus dos motores, uno en cada eje, otorgando un total de 650 CV durante 10 segundos, 609 CV de forma sostenida
Además de verse rápido, un coche para petrolheads también debe serlo. Y ojo, porque las cifras son rotundas. Si bien la mayoría de los coches eléctricos pueden presumir de unos datos de potencia y par comparativamente elevados frente a aquellos con motor de explosión, IONIQ 5 N lleva su rendimiento a otro nivel gracias a sus dos motores, uno en cada eje, otorgando un total de 650 CV durante 10 segundos, 609 CV de forma sostenida.
Este derroche de potencia ha hecho necesarios cambios significativos en su arquitectura. Por ejemplo, integra una batería de 84 kWh, necesaria para alimentar sus dos motores. También posee un chasis reforzado con 42 puntos extra de soldadura y más de 2 metros de adhesivo adicional para hacer frente a un par motor que alcanza los 770 Nm. Son registros de auténtico deportivo, al igual que una aceleración de 0 a 100 que llega en solo 3,4 segundos y una velocidad punta de 260 km/h.
El desarrollo de estas prestaciones se realiza además sin la tutela excesiva de otros coches a baterías. No en vano, Hyundai ha concebido su nuevo compacto deportivo como un modelo para auténticos conocedores, pilotos de fin de semana deseosos de ver hasta dónde llega su pericia en el circuito o que no tienen miedo de hundir la zapatilla cuando así lo requieren las circunstancias.
Incluso si puede recorrer 448 kilómetros entre cargas (gracias en parte a su mayor batería), no nos encontramos ante un coche que haya sacrificado su rendimiento en el altar de la autonomía.
Un diseño que convence por dentro y por fuera
Igual que hay platos que entran por los ojos, el diseño es fundamental a la hora de comunicar las intenciones de un coche. Frente a otros coches eléctricos, que abogan por exteriores curvilíneos que parecen esculpidos por una IA más que por diseñadores humanos, en el desarrollo de Hyundai IONIQ 5 N, los ingenieros se han inspirado en los hot hatches de eras pasadas para crear una carrocería "musculosa" y atractiva para los amantes de la gasolina, pero con los avances que caben esperar en un coche de 2024.
Basta con abrir la puerta de IONIQ 5 N, para ser recibido por un habitáculo rebosante de Alcántara, con un volante de agarre dotado con controles propios y unos asientos ergonómicos que refuerzan el apoyo lumbar
Incluso si su mecánica 100% eléctrica hace innecesario el uso de una calandra bien ventilada, con el espacio donde se realiza la unión entre el paragolpes y el capó, IONIQ 5 N imita rasgos tan reconocibles como esas parrillas ya en proceso de desaparición. Son también llamativos unos spoilers de marcado carácter racing que, en la parte delantera, se extienden hasta sus llantas de aluminio de 21 pulgadas. La parte trasera se remata con un alerón que continúa la línea del techo para reforzar su comportamiento en pista y un difusor trasero que es toda una declaración de intenciones.
Estos detalles tienen continuación en el interior. Basta con abrir la puerta para ser recibido por un habitáculo rebosante de Alcántara, con un volante de agarre dotado con controles propios y unos asientos ergonómicos que refuerzan el apoyo lumbar. Es un coche que solo con verlo invita a coger curvas, ya sea en puerto de montaña o en las escapadas del fin de semana al circuito más próximo
Como vemos, todo un despliegue de diseño y tecnológico con un objetivo doble: primero, crear un deportivo eléctrico con colmillo; y segundo, cautivar a un público, el de los petrolheads, naturalmente arisco a los coches a baterías, pero que se ha rendido ante el rendimiento, el control y la transmisión de emociones generadas por IONIQ 5 N. Un visto bueno ya constatable a través de las pruebas de contacto con la prensa especializada, y que elevan a IONIQ 5 N a una categoría, la de los compactos de corazón racing, donde los eléctricos son todavía una rara avis.
Imágenes | Hyundai
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