Se estima que en Internet hay actualmente 3.886.000.000 de habitantes. Dicho de otro modo, la mitad de la población mundial tiene contacto directo con cualquier otro, a un clic de distancia. Entretanto, el comercio online es cada vez más común. En 2016, la penetración del segmento de compra móvil aumentó de forma frenética y hoy representa una cuarta parte de todo el comercio internacional.
El 95% de los estadounidenses ha comprado en línea al menos una vez al año. Un 11% lo hace semanalmente. Sin duda, el e-commerce está en los centros de conversación.
Si quieres saber cómo montar tu primera tienda sin quebrarte la cabeza, aquí te presentamos las mejores alternativas actuales. Nunca antes han existido tantas herramientas y nunca han sido tan sencillas de utilizar.
Abriendo nuestra primera tienda
El momento de abrir el primer negocio digital es algo que recordarás para siempre. Algo confuso, pero también emocionante. Debemos elegir bien los aliados al principio de nuestra travesía porque ellos condicionarán el resultado.
Un negocio físico exige una serie de protocolos: mantener un local, personal cualificado, impuestos y alquileres que, al final del día, te habrán quitado tiempo que no podrás volcar en focalizar y desarrollar tu negocio. Una tienda online es ideal para vender bienes físicos, pero también para impartir cursos, para enviar un presupuesto rápido de cualquier cosa...
Existen decenas de plantillas para WordPress, el popular hogar de miles de blogs, y plugins como WooCommerce. Seguro que alguna vez hemos oído hablar de los CMS, los sistemas de gestión de contenido, programas que nos ayudan a administrar nuestra web: sus sistemas son limpios, nada de archivadores llenos de albaranes, todo se actualiza al momento. Y tendremos una comunidad de programadores detrás. Sólo deberemos preocuparnos de la parte más nuclear del negocio: vender.
Y, cuando de cobrar se trate, podremos ayudarnos de herramientas como Masterpass de Mastercard, que concede una capa de usabilidad extra, facilitando las gestiones. Cuenta con funciones que ayudan a ganar tiempo, ahorrar gastos y utilizar de paso un sistema asentado y reconocible, para no confundir a tus clientes con modelos menos funcionales.
Un beneficio mutuo: por un lado obtenemos una forma rápida, sencilla y segura de gestionar pagos y, por otro, nuestros clientes se benefician, ya sea acumulando puntos o accediendo a promociones exclusivas.
Plantillas WordPress: para los que empiezan
Acceder a una tienda virtual tiene un coste inicial cero, aunque requiere una cuota del servicio e-commerce que da soporte, como si de un pequeño alquiler se tratase. Los servicios básicos rondan la gratuidad y huelga decir que no necesitamos ser diseñador web, ni tener conocimientos en programación, ni se nos exigirán compromisos de permanencia.
Pero cuando llega el momento de elegir una plantilla, todos nos preguntamos ¿cuál es la mejor plataforma e-commerce para mí? Supongamos que ya tenemos una identidad definida, las ideas claras. ¿Ahora qué? Empecemos con las tiendas online prediseñadas con licencia de alquiler, un formato que nos permitirá tener una tienda operativa online en minutos.
Vantage es un comercio online con diseño 100% responsive, optimizado para teléfonos móviles, e integrado con plugins como WooCommerce. MaxStore cuenta con un aspecto deportivo. Eso no significa que esté enfocada exclusivamente al comercio sport, aunque su diseño en tres columnas es ideal para mostrar productos de forma visualmente impactante. Y si lo que pretendemos es mostrar material electrónico, Warehouse o Trendy! podrían solventar cualquier necesidad.
Neighborhood está optimizado para pantallas retina y cuenta con un diseño limpio, además de una barra superior (mega-menú) que nos ayudará a configurar nuestros productos, y las clásicas secciones de «Quiénes somos» o un blog para informar novedades. Ya seamos un dibujante de tebeos que quiere comercializar litografías por encargo o un diseñador de bolsos, este tema es suficientemente solvente.
En la misma línea, encontramos la plantilla Flatsome, una de las más populares dentro de Themeforest. Bazar Shop o Royal serían buenas candidatas para secciones de perfumería, además de contar con el plugin Essential Grid para diseñar vistosos portfolios. En todos ellos podemos modificar los pesos de las fuentes, la jerarquía de las imágenes y ajustar los estilos.
Para los sibaritas: código abierto y mucha ilusión
Ahora viene la parte difícil: supongamos que no queremos una plantilla porque preferimos diseñar nuestra web desde cero. O sí vamos a contar con una plantilla versátil pero deseamos personalizarla de arriba a abajo. Para esto, existen alternativas como Magento o Prestashop —hay muchas más, desde la querida entre programadores Drupal, hasta OpenCart o Shopify—, plataformas de código abierto escritas en PHP.
La diferencia con una tienda online prefabricada a una de libre licencia (open source) es sencilla: la segunda nos permitirá personalizar nuestra web, hacerla única. Dentro de Magento, encontramos opciones como BeeStore, ideal para comercios infantiles, Cendo, para muebles o Boloba y X98 para artículos digitales.
Prestashop es muy querida gracias a su activo foro y su manual de usuario completamente en castellano, pero exige mayor experiencia. Cuenta con plantillas famosas como Leo Converse o Leo Shoes, especialmente indicadas si lo nuestro es el calzado, y Monster para moda joven.
Si nos decantamos por Shopify, esta cuenta con una prueba gratuíta de 14 días. En cambio, su tarifa de comisiones por cada transacción es algo superior a la media y su posicionamiento SEO está enfocado exclusivamente al mercado anglosajón —incluso su panel de herramientas está íntegramente en inglés—.
Como alternativa podríamos citar Palbin, un modelo idéntico a Shopify pero íntegramente diseñado en castellano, con la posibilidad de conectar los cobros directamente con el banco o crear una segunda tienda online en Facebook completamente gratuita; un 2 por 1 en toda regla. También incluye un mes de pruebas gratis, sin compromiso.
Un par de plugins para nuestras gestiones
Una vez conocidas las diferentes plataformas y plantillas vamos a por el siguiente paso: los plugins de gestión, esa tecnología aliada que nos ayudará a producir nuestro catálogo. Empecemos por los más sencillos:
The CartPress
Este plugin para tiendas es tan válido para generar un marketplace para que otros comercialicen sobre tu web, como para financiar un proyecto mediante crowdfunding. Es multilenguaje, multimoneda, dispone de un sistema de afiliación de productos y permite pagar usando TPV.
WooCommerce
Como ya hemos apuntado, WooCommerce ofrece múltiples posibilidades. Gestión de estocaje, creación de objetos únicos o agrupados (venta en packs), zona de pedidos con la posibilidad de dar un paso atrás y vaciar la cesta, zona de usuarios y analíticas precisas de ventas para llevar un control detallado son algunas de ellas.
JigoShop
Si hablamos de WooCommerce sentimos la obligación de hacer lo mismo con Jigo: ellos son los creadores del plugin nativo. Su código es muy limpio e intuitivo, ya que su máxima parte de la intuición. También permite un control detallado de pedidos, ofrece un gráfico para los vendedores y permite distintas formas de pago, incluso la creación de cupones.
WP eCommerce
Dejamos para el final la que es considerada por muchos la mejor herramienta de todas por su velocidad de su configuración. Sí, también podemos añadir addons pero su usabilidad es instantánea. Simplemente tendremos que ir llenando los campos, subir las fotografías que queramos y adelante, ya estaremos vendiendo. Podemos incluso integrar un reproductor de audio y también permite pago usando TPV.
Expandiendo mediante doble escaparate
¿Qué es el doble escaparate?. Sencillo: se trata de tener un segundo punto de venta completamente operativo desde Facebook. Con una base de 2.000 millones de potenciales clientes, Facebook no es una opción que podamos ignorar. Los pasos a seguir son los siguientes:
Crea la tienda. Contando con que ya tengamos un modelo creado, podemos integrar a Facebook o simplemente editarlo desde cero. Los citados Palbin o Shopify son bastante intuitivos, sólo hay que aceptar condiciones de uso, poner el tipo de moneda e idioma que vamos a usar, introducir el método de pago y el mensaje para los clientes, una descripción sencilla de la tienda, e ir añadiendo productos, con su respectiva foto, precio y URL para el cobro.
Crea campañas. El usuario móvil es clave, ya que gran parte de las interacciones provienen de ahí. Para mantener tu anuncio sobre el resto, podemos destinar una pequeña inversión a una campaña de promoción. Eso sí, no debemos olvidar leer todas las normas de uso y cumplirlas a rajatabla, ya que Facebook es estricto en este particular.
Afina tus audiencias. Entre las diferentes APIs, existe una capital, la WCA (website custom audience) que ayudará a 'customizar' y definir el tipo de público al que dirigimos el producto. Olvidémonos de intentar abarcar todos los targets, focalizando el segmento podemos fidelizar a fans relevantes, a personas implicadas que desean saber de nuestro producto.
Por supuesto, la imagen que dé nuestra “empresa” es fundamental, así que tenemos que diseñar y guionizar una buena landing page —o página de aterrizaje donde explicaremos todas las funcionalidades clave de nuestros productos, cursos o propuestas— para disponer de un lugar adecuado desde el que promocionarnos.
- Este consejo final es el más importante: generar confianza. Facebook premia a los comerciales que antes responden a las preguntas de los usuarios —de hecho, lo especifica— y, si somos activos refrescando nuestro stock y actualizando nuestra oferta, generaremos un flujo constante de tráfico.
Invitemos a votar, mostrémonos humanos en un mundo de bots, porque todos los problemas tienen solución y a través de esta actitud lograremos conectar con la clientela. También es importante crear eventos puntuales, asociar nuestras cuentas de Instagram o Twitter para generar un circuito de feedback fluido e incluso asociar una fanpage para que puedan, entre ellos, ayudarse o aconsejarse sobre los productos más cotizados.
Seguridad y fiabilidad ante todo
Como vemos, el mundo del e-commerce es gigantesco. Existen muchas posibilidades tanto para niveles de principiantes como para aterrizar con toda la artillería de una tienda internacional. Y el paso final, como es obvio, pasa por definir el tipo de cobro.
Como decíamos al principio existen soluciones como Masterpass de Mastercard que pueden resolver muchos quebraderos de cabeza, convirtiéndose en un componente clave entre el comprador y el corazón del sistema. Masterpass ofrece protección multinivel internacional de Mastercard: todas las compras que haga un cliente con su tarjeta de crédito estarán protegidas y nosotros, como potenciales vendedores, no perderemos el control sobre ninguna transacción.
Son, literalmente, tres pasos. Además, de esta forma el cliente evita tener que andar introduciendo números en casilleros, huyendo de páginas de suplantación y secuestro de datos. No es necesario recordar ninguna clave, sólo hacer clic sobre el botón de Masterpass en la tienda online y pagar mediante un sistema completamente automatizado, sin intermediarios, compatible con bancos como CaixaBank Abanca e Imaginbank
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