Cada otoño, la misma historia. Apple presenta sus nuevos iPhone y con ellos sus nuevos procesadores. Unos procesadores móviles basados en la arquitectura ARM que han confirmado año tras año que no tenían demasiado que envidiar a los micros x86 utilizados en equipos de sobremesa y portátiles (incluidos los de Apple).
Eso hace pensar en la inevitabilidad del MacBook ARM. Los procesadores de Apple acabarán gobernando (previsiblemente primero) los equipos portátiles de la firma y más tarde los sobremesa, y un nuevo informe del analista Ming-Chi Kuo confirma los indicios y apunta a la llegada de esas máquinas en 2020 o, como muy tarde, 2021.
Todo apunta a un MacBook ARM
A Apple le encanta controlarlo todo y depender únicamente de sí misma, y en los últimos años hemos visto cómo la empresa ha dado pasos importantes para lograr ese control e independencia en sus dispositivos móviles.
El desarrollo de sus propias CPUs y GPUs ha resultado ser un éxito estratégico y funcional arrollador, pero hasta ahora dichas capacidades no han dado el salto al terreno del escritorio.
De hecho las mayores críticas que Apple ha recibido en los últimos tiempo llegan de ese segmento: tardan mucho en renovar sus equipos y las mejoras en macOS son testimoniales en muchos casos: el foco, claro está, es iOS.
Sin embargo ha habido varios movimientos que apuntan a esa transición a procesadores ARM en sus MacBook y sus Mac. El rendimiento de esos procesadores es el más evidente, pero también hay proyectos como Marzipan que plantean la convergencia del software de la firma.
Ese proyecto podría ser la respuesta a la primera pregunta que genera la aparición de un MacBook ARM: ¿qué sistema operativo lo gobernará?. Todo apunta a iOS, la niña bonita de Apple, pero puede que la firma esté adaptando macOS a la arquitectura ARM —hay indicios de ello— como ya hiciera en el pasado cuando hizo la transición de PowerPC a Intel.
Intel se queda fuera, pero no es para tanto
Todo ello plantea la llegada del MacBook ARM más pronto que tarde. Hace meses Bloomberg apuntaba a 2020 también como fecha de llegada de esos equipos, y ahora es Ming-Chi Kuo el que afirma lo mismo, aunque ampliando el rango ligeramente y dándole a Apple más margen de maniobra: esos equipos de Apple (insisto, el MacBook parece el candidato inicial ideal) llegarían en 2020 o 2021.
Eso tendrá una consecuencia directa para una empresa: Intel, que suministra los procesadores para los equipos de Apple, dejará de trabajar con la empresa, algo que recortará de forma sensible sus ingresos. Algunos estiman que perderán unos 4.000 millones de dólares al año, pero analistas de Credit Suisse indicaban entonces que el impacto no será tan llamativo: "Apple representa el 4% de los ingresos potenciales de Intel y el 4% de sus beneficios, unos 17 centavos por acción" decían entonces.
En Seeking Alpha no coincidían del todo con el análisis de Ming-Chi Kuo o de Bloomberg, y según ellos Apple seguirá utilizando procesadores de Intel porque el Proyecto Marzipan se alimenta de la tecnología de virtualización de esos procesadores para poder ejecutar aplicaciones de iOS en macOS. Los procesadores ARM serían tan solo parte de la ecuación e irían en la misma línea que se han ido integrando como coprocesadores especializados —llevan tiempo trabajando en ellos— para controlar por ejemplo la Touch Bar en los modernos MacBook Pro.
Esa idea es mucho más conservadora y desde luego es la que la firma ha adoptado en los últimos tiempos, pero hay demasiados indicios que apuntan a un salto importante en este terreno. El MacBook (y el iMac) basado en ARM parece inevitable. Insoportablemente inevitable, podríamos decir. Tanto que queremos que llegue ya para comprobar si efectivamente esa apuesta tiene https://javipas.com/2015/04/01/promesa-macbook-arm-apple/ que https://javipas.com/2015/04/01/promesa-macbook-arm-apple/.
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