¿Qué tienen el común las profundidades de las aguas de las Islas del Norte, en Escocia, la ciudad de Luleå, en Suecia, y la mina Lefdal de Måløy, Noruega? Probablemente muchas cosas, pero se trata de tres lugares en los que se ha decidido montar centros de datos por sus bajísimas temperaturas. Estamos hablando de instalaciones de Microsoft, Meta y otros actores.
La ecuación detrás de este tipo de razonamiento es bastante simple: dado que los centros de datos gastan muchísima energía ―y por lo tanto dinero― en hacer funcionar sus sistemas de refrigeración, ubicarlos en lugares fríos puede traducirse en importantes beneficios a nivel económico y ambiental. Ahora bien, hay quienes proponen un enfoque completamente diferente a este.
Centros de datos que funcionan a más de 40ºC
Un grupo de investigadores liderado por Shengwei Wang de la Universidad Politécnica de Hong Kong cree que puede ser más efectivo rediseñar los centros de datos para que soporten temperaturas más altas a encontrar formas de prevenir el sobrecalentamiento. En el estudio señalan que los sistemas de refrigeración representan un tercio del consumo energético de estas instalaciones.
En la actualidad, los centros de datos suelen funcionar a temperaturas de entre 20 y 25 ºC. Partiendo de estos valores, es fácil deducir que los requisitos energéticos para mantener estas temperaturas de manera constante varían de una parte a otra del planeta. Para Wang, conseguir que los componentes funcionen de manera óptima en un entorno de unos 41 ºC se traduciría en enromes beneficios.
Los científicos se pusieron manos a la obra y simularon el funcionamiento de un centro de datos a la mencionada temperatura. El resultado fue prometedor: ahorros de entre un 13 y un 16% de energía en comparación de aquellos que funcionan a 22 ºC. Los sistemas de refrigeración, ciertamente, deben seguir existiendo dado que el hardware expulsa una enorme cantidad de calor.
Además, aseguran que elevar la temperatura de funcionamiento óptimo podría permitir que los centros de datos consuman mucho menos energía incluso en lugares como Pekín y Hong Kong donde las temperaturas pueden alcanzar los 40 ºC. Wang confía en que los ingenieros de diseño de centros de datos harán avances significativos en los próximos años. “Ahora tienen un objetivo concreto por el que trabajar”, asegura el investigador.
Imágenes: Meta | Shengwei Wang
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