Las unidades SSD se han convertido en la actualización más importante para cualquier usuario de ordenadores de sobremesa y portátiles: este tipo de sistemas de almacenamiento ofrecen mejoras fundamentales en velocidades de transferencia de datos, y logran que la fluidez de manejo de los equipos sea mucho mayor que con unidades de disco duro tradicionales.
Los datos que habíamos recibido hasta ahora de los propios fabricantes apuntaban a que estas unidades tenían ciertas limitaciones en su vida útil. El número de lecturas y escrituras parecía hacerlos algo "frágiles", pero pruebas recientes demuestran que estas unidades soportan una carga mucho más dura de lo que se esperaba.
Así lo indican desde The Tech Report, donde han analizado el rendimiento de seis unidades SSD bastante populares de fabricantes como Kingston, Samsung o Intel. En ellas se escribían continuamente 10 GB de ficheros de pequeño y gran tamaño, y eso permitió comprobar si se lograban más escrituras de las que marcaban las especificaciones.
Los modelos de Samsung y Kingston fueron las que mejor se comportaron y lograron transferir más de dos petabytes de datos durante esas sesiones -y seguían en marcha- pero el resto de las unidades, aun no llegando al petabyte, superaron con mucho -pero con mucho, insistimos- las estimaciones de los fabricantes.
De hecho, teniendo en cuenta que el usuario tradicional realiza transferencias que suelen rondar un par de terabytes al año en unidades SSD, no parece que vayamos a tener excesivos problemas si optamos por esas unidades. Las pruebas no son tan rigurosas como algunos podrían pedir, pero aún así la conclusión es obvia: podemos estar tranquilos, porque es muy difícil que nuestras unidades SSD fallen a corto plazo.
Vía | Engadget
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