Sus oficinas están vacías o, en el mejor de los casos, con unos pocos empleados, y en sus salones no hay ni rastro de los eventos que antes eran habituales, pero los parques tecnológicos son optimistas con la nueva realidad laboral a la que nos ha arrastrado la pandemia de coronavirus. Son conscientes de que el teletrabajo ha llegado para quedarse, pero lejos de verlo como un contratiempo que desvirtúe su razón de ser, piensan que dará a estos centros científicos y empresariales nuevas oportunidades cuando arrecie el temporal.
El virus ha anulado uno de sus puntos más fuertes, el de la proximidad física, pero los responsables de los parques tecnológicos consultados por Xataka defienden que la labor de estos espacios va mucho más allá de acercar a las empresas de forma presencial. “No somos una simple gestora de espacios, tenemos muchos servicios profesionales de comunicación, emprendimiento, búsqueda de proyectos, de talento y visibilidad”, defiende Pilar Gil, directora general de la Fundación Parque Científico de Madrid.
Una serie de servicios que, explican, siguen realizando a día de hoy en formato digital y seguirán haciendo, en distintas modalidades híbridas que están estudiando, cuando todo vuelva a la normalidad.
“Los parques llevan años promoviendo las tecnologías digitales, por lo que no nos ha pillado por sorpresa. Llevamos trabajando bastante tiempo con plataformas, algunas propias y otras de terceros como Microsoft 365. El parque no es un concepto que se limite a unos muros, son ecosistemas y polos de innovación, y nuestro objetivo es llegar a las empresas donde sea que estén”, explica Soledad Díaz, directora gerente de la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE).
Sin embargo, algunos expertos e investigadores de teletrabajo no se muestran tan optimistas. Consideran que la presencialidad seguirá siendo importante en algunas labores que no se puedan hacer a distancia, como la experimentación, pero señalan que los parques tecnológicos van a tener que reinventarse para abordar los nuevos retos de un mundo en el que el teletrabajo va a ser habitual en multitud de empresas y muchas oficinas van a cerrar.
“Para actividades como el desarrollo de prototipos, que necesitan de un entorno un poco más industrial, seguirán teniendo sentido, pero en sistemas de información y software van a perder el sentido por completo. Para funciones directivas o de gestión comercial puede ser que siga siendo útil estar allí, pero para lo demás no será necesario”, opina Pedro Palos, profesor de Economía Financiera y Dirección de Operaciones de la Universidad de Sevilla.
No todo va a ser digital
Los parques tecnológicos cuentan con herramientas digitales que les han permitido seguir con su actividad en las fases más duras del confinamiento, y planean ampliarlas y seguir avanzando hacia su transformación digital, pero defienden que la concentración física de compañías en un mismo espacio y la presencialidad seguirán siendo importantes y una de las principales virtudes de estos centros.
“Lo digital está cada vez más en nuestras vidas, pero no sólo de lo digital puede vivir la sociedad. El encuentro es fundamental, y ahí seguirá vigente el valor del parque. Es evidente que las plataformas que estamos usando son fantásticas y pueden hacer que los parques amplíen sus territorios e interactúen de forma más intensa con otros parques, pero sigo creyendo que del proceso de fertilización cruzada, de la cercanía, sale valor”, señala Felipe Romera, director general del Parque Tecnológico de Andalucía.
Una opinión que comparte José María Peiró, catedrático de Psicología Social y de las Organizaciones de la Universidad de Valencia e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), quien ha abordado el teletrabajo en varias de sus investigaciones: “Muchas veces la interacción física con otros es la que hace desarrollar una idea innovadora o creativa, porque cuando la contamos es cuando empezamos a entenderla y a considerar cuestiones y aspectos que nuestros interlocutores nos plantean”.
Asimismo, Peiró explica que las aplicaciones digitales para interactuar con otros trabajadores pueden distorsionar las relaciones humanas, porque no permiten captar detalles de la comunicación no verbal, paralingüística o del contexto.
Así, tanto los directivos como este experto en teletrabajo opinan que el futuro de la actividad laboral en los parques tecnológicos pasa por una modalidad mixta, con elementos digitales y presenciales. “Lo sensato es pensar que se van a complementar. No va a ser necesaria la presencialidad para todas y cada una de las actividades, pero lo digital no va a sustituir esa interacción física necesaria para aspectos creativos”, afirma el catedrático de la Universidad de Valencia.
Y también destaca que la pandemia y los confinamientos derivados de ella han desvirtuado el concepto de teletrabajo, adoptado de la noche a la mañana de forma radical y bajo unas condiciones muy concretas, constreñidas a las restricciones y la improvisación que dominaron el trasvase a este modo de trabajar al inicio del estado de alarma. “Esa es una manera de teletrabajar, pero desde luego no la única ni la más conveniente”, explica.
Hacia una actividad mixta
Con esa idea de la actividad mixta o híbrida en la cabeza, los parques tecnológicos están desarrollando diversos planes para cuando todo vuelva a la normalidad. El trasvase radical al teletrabajo y los eventos a distancia durante el último año les ha hecho explorar diversas herramientas, desde plataformas de teletrabajo a servicios para organizar eventos online, que planean combinar con lo presencial en cuanto puedan.
“Los parques han seguido trabajando y han puesto en marcha una serie de nuevos servicios con reuniones entre empresas por videollamadas o encuentros empresariales, entre grupos de investigación y presentación de nuevas compañías que vienen a los parques a través de webinars. Y ahora están creando sistemas en los que se combina el teletrabajo con la presencialidad”, explica Soledad Díaz.
El plan, por lo tanto, es aprovechar la experiencia del tiempo en el que está siendo obligatorio, o altamente recomendable, teletrabajar para ampliar la capacidad de acción y difusión de los parques en un mundo sin restricciones.
“Hay eventos que, de no ser por la pandemia, no los moveríamos a un formato virtual. En cambio, hay otras cosas que estamos viendo que sí se pueden hacer perfectamente, y que nos pueden servir para que los actos sean multirregionales y lleguen a más gente. También estamos viendo que pueden ser presencial y en streaming al mismo tiempo, porque así cabes en la agenda de más gente. Pero lo virtual nunca va a ser lo mismo que tomarte un aperitivo en el hall del parque con el vecino, porque la cercanía es muy importante”, defiende Pilar Gil.
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