Definitivamente hay que pensar ya en los brazos y piernas robóticas de forma muy ambiciosa. Las prótesis clásicas darán en breve el paso a productos avanzados donde los sensores, nuevos materiales y hasta el control con la mente serán algo habitual.
Dos grandes proyectos, uno de un brazo y otro de un tobillo, nos han demostrado hasta dónde es capaz de llegar actualmente la tecnología y los impresionantes avances que se han realizado. Y atentos porque vendrán más.
Prótesis que no solo ayudan a andar, sino a hacerlo mejor
Tras perder el tobillo y pie, Gudmundur Olafsson pasó varios años andando con ayuda de un tobillo robótico que gracias a unos sensores ajustaba adecuadamente su movimiento para ayudar a andar a Olafsson. El funcionamiento era automatizado y mejorable.
Desde hace poco más de un año, su tobillo se ha actualizado con una versión más avanzada que le permite controlar el movimiento del tobillo y pie con su mente. Y lo hace además sin necesidad de complicadas cirugías, pues la información de los impulsos eléctricos provenientes de su cerebro no conecta directamente con los nervios de sus músculos sino con sensores que requieren de mínima cirugía para ser colocados.
Otra ventaja de esta nueva prótesis es la no necesidad de incluir baterías para los sensores, por lo que no hay que sustituirlos. La alimentación se realiza de forma directa desde la parte superior de la prótesis.
Este tipo de prótesis solo la están probando dos pacientes, pero el proyecto ya está listo para entrar en fase de pruebas clínicas de cara a recibir la aprobación para su comercialización, que está prevista que puede realizarse en un máximo de 5 años.
Con los sensores de las prótesis es posible evitar lesiones y futuros problemas por el uso de las mismas
Cuando esto ocurra, los pacientes que necesiten de prótesis similares podrán aprovecharse de dos avances importantes que aportan estas prótesis con sensores y controladas por la mente: recuperar el control sobre los músculos de manera que se evite su atrofiado y por otro lado recibir una corrección de los movimientos para conseguir que aparezcan futuras lesiones por el uso de las prótesis.
El caso de Les Baugh, la gran esperanza
Otro desarrollo prometedor lo están probando en la Universidad Johns Hopkins. Uno de sus laboratorios ha creado un brazo robótico de nueva generación conectado al tronco por 26 puntos y capaz de levantar hasta 20 kilogramos de peso. Pero lo más destacado es que para controlarlo basta pensar en moverlo como si fuera un brazo de carne y hueso.
Este brazo lo está probando Les Baugh, que perdió ambas extremidades superiores en un accidente, y es realmente maravilloso ver cómo era su vida antes de tener el nuevo brazo robótico y ahora, sin dejar de lado el enorme esfuerzo que le ha supuesto aprender a convivir y controlar ese nuevo elemento de su cuerpo:
Para conseguirlo se unieron las terminaciones nerviosas de los brazos que perdió al nuevo elemento biónico, el cual recibe directamente las instrucciones para realizar movimientos del cerebro. Pero el jefe del equipo responsable de este desarrollo, Mike McLoughlin , ve todavía más futuro: que con ayuda de los 100 sensores incluidos en cada brazo robótico, en el futuro el portador del mismo pueda también sentir texturas o temperaturas.
Modular, con posibilidad de sentir texturas pero por ahora muy caro y sin la aprobación para ser comercializado
El brazo por ahora se tiene que quedar en el laboratorio. Y no es por no estar listo para ser comercializado, pues de hecho tiene un funcionamiento modular muy acertado de manera que es fácil adaptar cada brazo a las necesidades del paciente. Pero el coste de uno de estos primeros modelos es muy alto, demasiado: 500.000 dólares. Además, para su puesta a la venta necesita la aprobación de la FDA de EEUU.
En el laboratorio disponen de 10 brazos funcionales, y para su desarrollo han contado con la ayuda de fondos de la DARPA por valor de 120 millones de dólares.
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