En el ámbito de los vehículos autónomos ya contamos con coches, aviones y hasta camiones. Pero Rolls-Royce (no esa Roll-Royce, sino la otra mitad —la fabricante de motores y submarinos— de la empresa original, dividida tras su bancarrota en 1971) acaba de sumar un nuevo vehículo a la lista: el ferry, y ha querido demostrar públicamente su funcionamiento con un viaje entre las localidades finesas de Parainen y Nauvo.
Durante el trayecto de ida, la nave operó de manera completamente autónoma, pero en el viaje de vuelta estuvo controlado de forma remota desde un centro de mando situado a 50 kilómetros de allí, con el objetivo de demostrar que la nave puede pasar a estar bajo control humano si es necesario.
"Lo de hoy demuestra que la nave autónoma no es sólo una idea, sino algo que transformará el transporte tal como lo conocemos", afirmó el responsable para navegación comercial de la compañía, Mikael Makinen, tras desvelar que han estado probando esta tecnología durante 400 horas de navegación por las aguas del archipiélago de Turku.
Ferrys, buques de carga... y barcos de guerra
Rolls-Royce, que ya colabora con Intel para crear buques de carga inteligentes, se asoció con la empresa pública local Finferries el pasado mes de mayo para poner en marcha el proyecto SVAN (Safer Vessel with Autonomous Navigation), y así "optimizar la seguridad y la eficiencia de los barcos" del operador de ferrys introduciendo tecnologías de navegación autónoma.
"El proyecto SVAN es producto una colaboración exitosa entre Rolls-Royce y Finferries y constituye una oportunidad para mostrar al mundo los grandes beneficios que puede aportar la tecnología de navegación inteligente" a la hora de operar los barcos, afirma Makinen.
El CEO de Finferries, Mats Rosin, explica por su parte que su "principal objetivo en esta cooperación ha sido aumentar la seguridad en el tráfico marítimo, lo cual es beneficioso tanto para el medio ambiente como para nuestros pasajeros".
De hecho, el ferry de SVAN cuenta con innumerables sensores coordinados por una IA que le ayudan a identificar y sortear obstáculos en su entorno, y le permiten incluso contar con un sistema de auto-docking para 'aparcarse' al llegar a puerto.
Pero la navegación autónoma no avanza únicamente en el ámbito del transporte comercial: en 2016, la agencia estadounidense DARPA presentó un prototipo de buque de guerra autónomo llamado Sea Hunter. Tras una etapa inicial exitosa de su proceso de desarrollo, el pasado mes de febrero DARPA informaba que dejaba el proyecto en manos de la Oficina de Investigación Naval de los Estados Unidos.
Imagen principal | Rolls-Royce
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