A raíz de los atentados en Bruselas, la policía belga logró identificar rápidamente a dos de los tres terroristas suicidas que perpetraron los atentados: Khalid y Brahim el-Bakraoui, ambos de nacionalidad belga. La identificación se produjo después de que la policía publicara las imágenes captadas por las cámaras de seguridad donde se veía a tres hombres en el aeropuerto de Zaventem con la esperanza de que alguien pudiera reconocerlos y aportar más información.
La búsqueda del tercer hombre con chaqueta blanca y sombrero en la foto se ha convertido en el objetivo inmediato de la gigante operación policial. Se cree que llevaba la bomba más potente que no explotó, lo que le dio la oportunidad de huir. La bomba fue posteriormente desactivada de forma segura por los expertos en explosivos.
Está claro que la divulgación de imágenes juega un papel muy importante en la búsqueda de sospechosos: se dice que un taxista acudió a la policía tras haber reconocido en las imágenes de las cámaras de seguridad a los tres hombres que había llevado anteriormente al aeropuerto. Pero viendo las imágenes granuladas de las cámaras de seguridad, es difícil distinguir los rasgos borrosos de los sospechosos. ¿Cómo se puede realmente identificar a alguien a partir de una imagen de este tipo?
Probablemente hasta ahora no hayas oído hablar de los “superdetectores”: gente que, literalmente, nunca olvidan una cara. En el Reino Unido, la policía metropolitana de Londres tiene su propio grupo de superdetectores que han demostrado poseer una gran capacidad para identificar a sujetos a partir de una imagen o de una foto.
Tanto en la policía como en los controles fronterizos, asociar caras no familiares (más que recordar caras) es clave para obtener buenos resultados. Los superdetectores han demostrado ser mejores que los grupos de control en una serie de tareas relacionadas con la identificación de personas. ¿Estamos ante una nueva baza en la lucha contra el terrorismo?
A prueba
A un grupo de superdetectores de la policía de Londres se les hizo la prueba de asociación de caras de Glasgow (GFMT): una prueba estándar para evaluar la capacidad de asociar caras no familiares. En dicha prueba, a los participantes se les muestran diferentes caras y se les pide que determinen si pertenecen a la misma persona o a dos personas diferentes.
Puede que la prueba parezca bastante sencilla, si bien la clave está en que son caras no familiares: según nuestro estudio, la tarea de reconocer caras no familiares es muy difícil, siendo fácil equivocarse.
De hecho, la tasa de error en estas pruebas está normalmente en torno a un 15-20% y gracias a estudios anteriores sabemos que incluso los trabajadores que se dedican a comprobar pasaportes no obtienen mejores resultados tras llevar años de experiencia asociando caras.
¿Qué resultados obtuvieron los superdetectores? Pues los resultados en la prueba de asociación de caras de Glasgow fueron excelentes: en el grupo de control (un grupo de policías normales) la tasa de error llegó hasta el 19%, mientras que en el caso de los superdetectores no pasó del 4% e incluso uno de los superdetectores no tuvo ningún fallo.
En un segundo experimento, hicieron la tarea más difícil poniendo caras de modelos en vez de las de las pruebas de Glasgow. Los modelos normalmente cambian su apariencia y de esta forma los autores pudieron poner a prueba la capacidad de asociar caras no familiares cuando el grado de cambio de apariencia es mayor. Este tipo de prueba también refleja el posible cambio de apariencia de un sospechoso que hace uso de diferentes cortes de pelo, barba o ropa.
De nuevo los superdetectores fueron superiores al grupo de control (un grupo de estudiantes universitarios) en la prueba de los modelos con tasas de error del 10%, en comparación al 27% obtenido por el grupo de control.
En un tercer experimento sometieron a los superdetectores a una prueba de asociación de caras familiares con personas famosas. Las fotos estaban pixeladas para simular una situación de identificación forense en la que solamente hay disponibles imágenes de cámaras de seguridad de baja resolución. De nuevo los superdetectores tuvieron un menor número de fallos (7%) que el grupo de control (27%).
Afrontando los hechos
Estos resultados sirven de base para confirmar que existen diferencias a nivel individual en cuanto a las capacidades de reconocimiento facial. Por lo visto, dicha capacidad parece ser algo innato: un entrenamiento durante años apenas marca la diferencia a nivel de rendimiento.
Una extensa selección de este tipo de detectores especiales en los cuerpos policiales, en las oficinas de tramitación de documentos de identidad y en los controles fronterizos (donde el reconocimiento de caras no familiares es vital a nivel de seguridad nacional) es algo muy importante en la lucha contra el terrorismo y podría reforzar los servicios de seguridad nacional.
Mucho se ha dicho últimamente sobre los errores de seguridad en Bélgica tras los últimos atentados de Bruselas. Pero no solamente en Bruselas tienen problemas para seguirle la pista a las redes yihadistas en su propio territorio. Son varios los que reclaman una agencia de inteligencia a nivel europeo que pueda compartir información de forma rápida y sencilla entre los países miembros. Es obvio que mientras los terroristas puedan cruzar fronteras necesitamos medidas de seguridad que hagan lo propio.
Autor:
David James Robertson, investigador en la York FaceVar Lab (Universidad de York)
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Foto | iStock
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