Hablar de Lleida.net es hacerlo de una de las empresas con las que se puede hacer un repaso de la historia de Internet en España. Una empresa que, como tantas otras, nace casi de casualidad como punto de unión entre la afición de varios amigos y que, con el paso del tiempo, ha ido evolucionando hasta facturar 13 millones de euros, cotizar en dos mercados bursátiles y tener filiales en 19 países del mundo. Y conseguir este volumen vendiendo SMS (entre otros servicios).
Una startup de 24 años
“LLeida.net es hoy una pequeña multinacional de bolsillo”, señala Sisco Sapena, fundador y CEO de la empresa que en estos momentos cuenta con 80 trabajadores en plantilla (muchos de ellos ingenieros) de 14 nacionalidades, siendo el 56% de ellos mujeres.
Lleida.net tiene una facturación de 13 millones de euros, filiales en 19 países, 104 patentes concedidas y 250 en camino. La compañía asegura tener unos crecimientos anuales del 25% repartidos en tres líneas: Verificación y notificaciones (que supone el 65% de la facturación), servicios de SMS (un 25%) y Validación de información (10%).
El negocio de los SMS en la era del Whatsapp
En la era del Whatsapp y cuando parecía que incluso las operadoras habían renunciado al negocio de los SMS, el origen de buena parte del negocio de Lleida.net está, precisamente en estos mensajes cortos de texto.
“También las empresas de reciclaje hacen dinero con lo que otros tiran”, ironiza Sisco Sapena, matizando que donde está el negocio es en el SMS profesional, no en el personal. “Este servicio no solo se ha mantenido, sino que sigue creciendo porque es el único que es universal. No depende de un programa”. Por ejemplo, si usas Airbnb y alguna vez has recibido un SMS, ya sabes quién lo ha gestionado.
“Las empresas se hacen supranacionales y ahí están nuestros clientes. O en los proveedores de esas supranacionales. En este terreno, si eres muy eficiente en tu gestión, hay mucho mercado”, asegura el CEO de Lleida.net, quien sabe en cada SMS que sale de la compañía cuánto gana o deja de ganar. Según sus datos, “hay mensajes cuyo margen de beneficio es de 0,000001 euros. Es muy poquito. Pero el volumen, al estar completamente automatizado, acaba siendo rentable”, explica. Reacio a dar cifras exactas de cuántos SMS gestiona Lleida.net en un año, sí desliza algunos datos: que con GDPR hubo una "apoteosis de SMS", que el último trimestre suele ser el mejor (por el impacto de las navidades y black friday) y que este año la compañía superará "el millar de millón de mensajes".
Entre los clientes de Lleida.net se encuentra eléctricas, banca (como Bankinter), seguros (como Zurich), mutuas… pero también usuarios particulares que, en algún momento determinado, necesitan “dejar un rastro para certificar algo”, como en denuncias o divorcios. “Para usar nuestros servicios no exigimos un alta ni nada. Pagas por uso con una tarificación mínima de 5 euros y se puede pagar con tarjeta”, explica Sapena, quien recuerda que hace un par de meses se empezaron a dar de alta muchos clientes que eran trabajadores de una empresa low cost que ha decidido cerrar algunas bases en España. “Todos los trabajadores se dieron de alta en el servicio de mail certificado para notificar a la compañía que no estaban de acuerdo con el cierre”, explica.
Todo empezó como radioaficionados
El negocio de envío de SMS supone 1 de cada 4 euros que factura la compañía. Este año superarán los mil millones de SMS
Pero, hasta llegar hasta aquí, Lleida.net ha pasado por varios cambios. La empresa nace a mediados de los 90 y lo hace como proveedor de Internet (ISP). Sapena y un grupo de amigos radioaficionados tenían una BBS (una evolución de los radioaficionados en los que se ponía un sistema en la línea telefónica que permitía que otros usuarios se conectasen, descargarse correos, shareware, etc.). “Formamos parte de la red FidoNet. Y nos animamos a fundar Lleida.net como red BBS de Lleida”, rememora el CEO de la compañía. Este grupo de amigos era consciente en aquellos momentos de que Internet podía tener futuro. “Nos gustaba mucho así que lo intentamos”.
Durante un año y medio largo buscaron financiación y “tras un par de sonoros fracasos”, Sisco Sapena tiró de lo que se conoce como FFF (family, friends and fouls, familia amigos y locos) para buscar ese dinero que les hacía falta para montar la empresa hasta llegar a ser “la tercera empresa a la que Telefónica prestó servicios de FrameRelay, la tecnología de conectividad que había entonces. No nos fue mal y nos fuimos adaptando y evolucionando”, recuerda el CEO de la empresa, que también asegura que, de aquella época pre punto com, “somos los únicos que todavía existen, con el mismo nombre, la misma gente y creciendo”.
En el 2000, coincidiendo con una crisis interna (uno de los socios y director técnico se marchó de la compañía, dejando a Sapena al frente de la misma), Lleida.net pasa de ser un ISP a dar servicios de chat. “Durante 9 años yo fui presidente de IRC hispano, que era el Facebook de la época. Teníamos 1,5 millones de usuarios cada noche. Ahí aprendimos muchas cosas, como a gestionar comunidades y con escasos recursos como teníamos entonces”, señala Sisco Sapena.
Cómo ser operadora y no morir en el intento
En esa época aparecen los móviles y el boom de los SMS. Los gestores de Lledia.net ven que podía haber un nicho de mercado en ofrecer servicios profesionales, pero la clave era ser operadora, no revendedor.
Tras varios intentnos, Lleida.net salió finalmente a bolsa un año después del escándalo de Gowex. También cotiza en la de París desde 2018
Es la época de las primeras operadoras móviles virtuales. “Montar una OMV costaba 500 millones de pesetas de entonces (3 millones de euors)”, asegura el CEO de Lleida.net. “No teníamos ese dinero pero buscamos en la antigua Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (hoy Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) una figura que nos permitiera tener numeración y con ella interconexión y prestar el servicio”, explica. La solución estaba en ser operador fijo virtual. “Era una opción relativamente barata, que estaba tan pasada de moda que hacía 3 años que ninguna empresa se daba de alta con esta figura”, rememora Sapena. Pero Lleida.net apostó por ella porque le permitía tener los recursos que querían.
La suerte, esta vez, cayó de su lado. “Telefónica empezó a dar servicios de SMS a través de sus líneas fijas, con lo cual si el incumbente lo daba, a los que venían detrás no se les podía negar. Pero hay muchas maneras de decir que sí y de decir que no, Así que necesitamos 3,5 años en cerrar todos los acuerdos de interconexión con todas las operadoras”.
Desde 2002 a 2006 los responsables de LLeida.net se centran en intentar conseguir todos estos acuerdos de intereconexión. Pero no solo a nivel de España, sino también a nivel internacional. Tras acudir a muchos congresos, en otoño de 2006 lanzan estos servicios, con cerca de 800 operadoras a nivel internacional. “Las operadoras nacionales alcanzaban solo 200”, asegura Sapena. La explotación de estos servicios coincide con la segunda oleada de las OMV, forzadas por la CMT. “El único proveedor de servicios dispuesto a dar servicios de interconexión a todas las OMV éramos nosotros. A día de hoy, creo que seguimos siendo la única empresa que ofrece servicios de tránsito de SMS a todas las OMV”, asegura.
Del SMS al negocio de la certificación
El servicio de SMS que ofrecía Lleida.net se realizaba a través de softphones, pequeños programas que descargabas y que permitían enviar y recibir mensajes a través de un número asignado a cada usuario.
Pero Lleida.net ofrecía, por el mismo precio, generar un mail al mandar un sms que verificaba que se había enviado el mensaje. “Lo utilizaba el 80% de nuestros clientes”, asegura Sapena, quien explica que aquello conllevó que empezaran a recibir muchas notificaciones judiciales pidiendo esos datos. “Al principio hasta te hace ilusión colaborar con la justicia, pero cuando te llaman insistentemente, la cosa empieza a no tener tanta gracias, porque en España es una obligación y no se cobra por ese servicio, al que había que destinar mucho tiempo”, ironiza Sapena.
“Lo importante de una compañía es ser capaz de generar tus propios recursos. No puedes gastar 10 veces más de lo que ganas. Hay 200 familias dependen de nosotros. Eso mola” Sisco Sapena, CEO de Lleida.net
La solución a esto, y la llegada de un nuevo negocio, se produce casi por casualidad. “Un día se produce una avería en la red de Vodafone. Los mensajes llegaban pero no se podía generar el correo electrónico”, recuerda el CEO de LLeida.net. La llamada de una secretaria de un ayuntamiento fue clave. Sisco Sapena recuerda casi con literalidad lo que aquella secretaria le dijo: “No me importa si los mensajes llegan o no, pero yo no tengo el informe de que he hecho mi trabajo”. Ese comentario le dio la clave para arrancar su nuevo negocio: la certificación.
“Los techies somos muy finalistas: si utilizamos una fórmula y no nos da el resultado que esperamos, nos parece mala. Pero aquí el subproducto de la fórmula, que era el correo electrónico, tenía mucho más valor que el producto final, el SMS”, señala. Sapena se da cuenta de que, por un lado, tenía a jueces pidiéndole cosas certificados y, por el otro lado, clientes que pagaban “encantados” por ese servicio porque su jefe hacía de juez con ellos. “El mismo certificado que le generaba a los jueces es el que le generaba al usuario. Y ahí nacieron todos los servicios de certificación que son los que nos han traído hasta la bolsa”, explica.
Certificar facturas, contratos y demás
Y, de la misma manera que casi por casualidad surge el negocio de los servicios de certificación de mensajes, apareció también el de los contratos. “En una feria un cliente nos dijo que lo quería al revés: que certificásemos lo que él recibía” con el fin de asegurar que los pedidos que se le hacían se le iban a pagar. Es así como Lleida.net también desarrolla la certificación de mensajes entrantes.
Hasta que, otro golpe de suerte, muestra a Sapena el siguiente negocio. “Tenía impresos varios certificados en mi mesa. Salieron todos volando y cuando los recogí me di cuenta de que tenía, uno enfrente del otro, un certificado de ida y otro de vuelta. Me di cuenta de que si certificaba la ida y la vuelta y las juntaba, eso suponía un contrato. Así nació el contrato SMS, que se utiliza en renegociación de deudas, en eléctricas, etc.”, explica.
Algo que también se aplica a las facturas electrónicas. “Con la última crisis nadie quería recibir las facturas. Nadie reconocía haberlas recibido. Nosotros ya nos estábamos planteando cómo hacer el servicio de mail certificado. Existía la notificación por comparecencia, pero tiene el inconveniente de que necesitas que haya voluntad de acuerdo en las dos partes. Si es una multa, o algo punible o que cuesta dinero, nadie quiere”, explica.
“Buscaba la excusa para desarrollarlo y lo encontré en la factura certificada”, detalla. Hacer una certificación era tan caro que nadie pensó en certificar facturas. “Existía el concepto, pero más desde el punto de vista del consumidor, para asegurarte de que esa factura es de esa empresa. Pero quien genera la factura no tiene ninguna repercusión económico. Pero si un tercero certifica cuándo se emitió esa factura, empiezan a correr los tiempos para el cobro y penas por retrasos en el pago, porque con este servicio se puede demostrar qué día y a qué hora se entregó esa factura”, explica.
Así fue como hace el mail certificado y algunas de las 104 patentes concedidas sobre certificación.
El complejo momento de salir a bolsa
Lleida.net salió en 2015 a bolsa en nuestro país, en el Mercado Bursátil Alternativo. La principal razón para hacerlo era seguir creciendo. “Tenemos mucho inmovilizado material, que es toda la I+D que estamos desarrollando. Pero vas a un banco y le enseñas todo esto inmaterial y creen que te has inventado todo”, se lamenta Sapena.
La salida al mercado bursátil no fue sencilla. El primer intento fue en 2011, pero un inversor de capital riesgo se opuso en redondo. Lleida.net tiene también que pasar de ser una Sociedad Limitada a una Sociedad Anónima y en 2015, un año después del escándalo de Gowex, sale a bolsa, tras un proceso bastante complicado.
Lleida.net consiguió tener una valoración antes de salir a bolsa de 23 millones euros. Pero era finales de julio, así que los gestores decidieron retrasar la salida. Justo ese verano de 2015 las bolsas asiáticas cayeron un 40%. “Nosotros habíamos conseguido una última ronda de financiación de 8 millones de euros con 5 inversores. Se nos cayeron 4,5 millones de euros de la ampliación”, recuerda Sapena, que también señala que la valoración cayó hasta los 14 millones de euros.
Además, las elecciones catalanas estaban próximas. “El gobernador del Banco de España Linde aseguró que podía haber un corralito en Cataluña y aquello hizo que se nos cayeran 3 millones de euros”, recuerda el CEO de Lleida.net, quien también señala que fueron la séptima empresa en acogerse al decreto del gobierno que permitía a las empresas catalanas cambiar su sede social ante el riesgo de escisión de Cataluña.
No quiero que me compren, quiero comprar
Lleida.net ha recibido propuestas de adquisición, pero Sapena asegura que, más que ser comprado, él lo que quiere es comprar, aunque eso no es tarea fácil tampoco.
Lleida.net cotiza en dos mercados bursátiles y busca hacerlo en 5. El 56% de su negocio se realiza fuera de España
“Muchas de esas propuestas que hemos recibido partían de bases falsas. Las ofertas no eran realistas. Nosotros hemos conseguido algo que pocos logran y a lo que yo doy mucho valor: no hemos heredado algo de nuestros padres o mentores, sino que lo hemos creado nosotros, hemos logrado que sea algo grande y que puede serlo más. Y eso pocas veces se consigue”, expone Sapena. “Tenemos un raro privilegio: guiar nuestros pasos en conciencia e interés. Y es un tesoro al que me cuesta mucho renunciar. Mientras pueda mantenerlo, lo haré”, sentencia.
Sapena explica que la mayoría de las ofertas priman los asuntos meramente económicos. “Yo no estoy aquí solo por eso”, defiende.
En cuanto a las compras que quiere hacer, busca empresas complementarias y que les permitan avanzar en su roadmap. “El gran problema que tenemos es que nuestros ratios son muy altos: tenemos una rentabilidad superior al 50%”, asegura. En este punto, reconoce que estuvieron en conversaciones con una empresa que facturaba 10 millones, pero que, a su juicio, tenía dos grandes problemas: su rentabilidad era del 10% “lo que haría caer mi rentabilidad al 30%”. Y la gran parte de su dinero estaba concentrado en 50 clientes. “Y eso es mucho riesgo”.
Una startup viejuna
Sisco Sapen define Lleida.net como una startup de 24 años que cotiza en dos bolsas y que tiene sus propios CPD para ofrecer sus servicios (3 en Lleida, otro en Paris, Colombia y Tokio, con la previsión de construir alguno más).
El 56% de la facturación proviene de fuera de España, lo que obliga a Sapena a pasar 140 días fuera de su casa. “Ójala tuviera en el banco las millas que acumulo en aviones”, se ríe.
Sapena reconoce disfrutar mucho con su trabajo. “Lo importante de una compañía es ser capaz de generar tus propios recursos. No puedes gastar 10 veces más de lo que ganas. Hay 200 familias dependen de nosotros. Eso mola”, asegura, reconociendo que, quizá, el nombre de su empresa no suene tanto en el panorama tecnológico español como otros nombres. “Hay muchas compañías discretas a nivel nacional, que son multinacionales y con un gran peso. Lo importante es que generemos valor, también para nuestros accionistas”.
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