Qué tiempos aquellos en los que un príncipe nigeriano nos escribía a nosotros, pobres mortales, para pedirnos que por favor nos hiciéramos herederos de su inmensa fortuna. Solo hacía falta, eso sí, transferirle antes cierta cantidad de dinero.
Los viejos timos nunca mueren: se transforman. Ahora los estafadores se hacen pasar por empleados de WhatsApp, Lidl o Microsoft para engañarnos, y la ingeniería social se ha vuelto más refinada y sigue siendo una amenaza real para millones de personas, que pueden verse de buenas a primeras estafados.
En este episodio coral de Despeja la X hemos querido contar experiencias personales con algunos de estos timos en los que editores de Xataka han experimentado estos timos directamente en sus carnes o muy de cerca en las carnes de algún familiar.
Las historias de terror que afortunadamente quedaron en nada nos las cuentan Alesya Makarov, Javier Lacort, Enrique Pérez, Eva Rodríguez de Luis, Juan Carlos López, César Muela y un servidor, Javier Pastor. A los mandos, como siempre, está Santi Araújo (@santiaraujo), editor en Genbeta y productor de este y otros podcasts de la casa como Loop Infinito.
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Las estafas se multiplican, y son cada vez más creíbles y sutiles
Los casos de los que hablamos ya no son a menudo tan estrambóticos como el del célebre príncipe nigeriano: aquello atufaba desde el primer momento, pero los timos actuales son mucho más sutiles.
En muchos de ellos los ciberdelincuentes aprovechan eventos que son noticia y que generan preocupación en el público general: es ahí donde a menudo tratan de aprovechar el momento muchas estafas, aunque otras simplemente hacen uso ilegítimo del nombre de otras empresas o servicios muy populares
De hecho buena parte de los timos y estafas de los que hablamos en este episodio de Despeja la X precisamente se centran en el buen nombre de esas empresas y servicios. WhatsApp, la aplicación de mensajería por excelencia en España, es un buen ejemplo, y la estafa del código de 6 dígitos demuestra cómo nos pueden robar la cuenta.
Así, podréis comprobar cómo los estafadores pueden aprovechar estas redes sociales pero también hacerse pasar por empleados (o incluso CEOs) de empresas como Microsoft, Instagram o Lidl para ganarse nuestra confianza.
Ante este tipo de llamadas, mensajes y correos electrónicos, es importante seguir siempre la misma máxima: no hacer nada con urgencia. Aunque nos lo pidan ("Date prisa, si no no podremos arreglar el problema/no podrás aprovechar esta fantástica oportunidad"), es clave que no hagamos nada "en caliente". Si una petición de un extraño es urgente, probablemente sea falsa.
A partir de ahí es posible evitar muchos problemas: contactar con alguien conocido que nos pueda ayudar a detectar la estafa y a actuar en consecuencia (normalmente no haciendo caso y, si es posible, denunciando a la policía).
La ingeniería social utilizada por los estafadores es sutil y funciona más frecuentemente de lo que pensamos, así que ante mensajes extraños, sospechad. Y siempre, siempre, siempre, pensáoslo dos (o tres) veces antes de hacer nada. La cautela es más importante que nunca en estos tiempos en los que redes sociales e internet nos bombardean con promesas y ofertas demasiado buenas para ser verdad.
Cada semana, un nuevo capítulo
Y recuerda: cada jueves tienes un nuevo capítulo de nuestro podcast Despeja la X, en el que analizamos a fondo el gran tema tecnológico de cada semana.
¡Gracias por acompañarnos!
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