Su brevedad (solo cinco capítulos en esta primera temporada) no solo no han sido un obstáculo para su éxito, sino que han servido como acicate para que 'Yu Yu Hakusho' entre directamente entre lo más visto de Netflix (en el momento de escribir estas líneas está en el puesto 3 de las series en España, solo por debajo de otro éxito sorpresa, 'Mi vida con los chicos Walter', y el mastodonte 'The Crown'). Sin embargo,estos cinco episodios no le impiden abarcar buena parte del anime.
Concretamente, la mitad de los 112 de los que consta la serie de animación original. Por supuesto, ha habido que llevar a cabo considerables cambios en el original (uno de los más comentados es la edad de los protagonistas), que básicamente cuenta la historia de un delincuente juvenil que es asesinado y resucitado para convertirse en una especie de detective sobrenatural. Aquí, criaturas de la serie original como las bestias del Castillo del Laberinto no aparecen, y nos saltamos episodios como el torneo de Genkain, adelantándose combates que en la serie previa suceden mucho después.
Esta brevedad (que además no deja demasiado espacio argumental para una hipotética segunda temporada, que se adentraría en la historia del Torneo Oscuro del anime, con lo que la sensación de cierre del argumento es total) sirve para que la narración sea mucho más concisa y directa. Y eso, en una producción que pone todo su acento en la acción, siempre es un punto a favor.
Con el éxito de 'Yu Yu Hakusho', Netflix corrobora el filón que, junto a 'One Piece', ha encontrado en las adaptaciones de anime (todo unos años después de los tropezones iniciales que supusieron 'Death Note' o 'Cowboy Bebop'). El secreto en esta ocasión ha estado en saber dar a los combates toda la importancia que tenían en la serie original, y apoyarlo con recursos tan espectaculares como los efectos especiales de Scanline VFX, estudio financiado por Netflix que ha participado en producciones como 'Stranger Things' o 'Shang-Chi'.
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