Armamento

La historia que estamos a punto de contaros parece sacada de una novela de espías, pero nada más lejos de la realidad. Es absolutamente real.

Estados Unidos tiene en la lista de deseos un dron capaz de crear flotas fantasma para engañar a los radares enemigos.

Su objetivo: convertirse en el F-117 de los mares. Su resultado fue bastante más modesto.

El sesgo de supervivencia fue clave para las operaciones aéreas militares de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Se puede aplicar a cazas de combate, pero también a estructuras espaciales o lanzaderas de misiles.

Su objetivo, paradójicamente: mover armamento de forma discreta.

DragonFire todavía está en fase de pruebas.

China se está reforzando militarmente y han destinado un importante presupuesto a la construcción y compra de buques y misiles capaces de hacer daño a portaaviones estadounidenses.

Si algo sale mal, ¿prefieres perder un avión de decenas de millones o una plataforma con peso extra y cuatro ruedas? Lo mismo piensa la Armada.

Fugas, daños en la hélice que lo han dejado en evidencia, reparaciones millonarias, un paupérrimo balance de navegación... Así es el balance del buque británico.

Los dos buques han sido asignados a la Flota Rusa del Pacífico.

Cuando las matemáticas se encargan de gran parte del trabajo.