Los usuarios que tienen la intención de comprar un nuevo televisor durante 2021 van a tener más opciones que nunca. Durante las últimas semanas, y como preludio del CES, varios fabricantes nos han sorprendido anunciando que durante el año que acaba de comenzar colocarán en las tiendas una nueva generación de televisores equipados con un abanico de tecnologías más amplio que el de años anteriores.
Los términos MicroLED, MiniLED o QNED, entre otros, ya forman parte de la jerga que manejan tanto las marcas como los usuarios que se sienten cómodos con la tecnología de los televisores. Sin embargo, esta avalancha de innovaciones y acrónimos puede poner en apuros a las personas que se están planteando renovar su televisor y se sienten abrumadas ante esta gran variedad de nuevas tecnologías.
Esta avalancha de acrónimos puede poner en apuros a las personas que se están planteando renovar su televisor y se sienten abrumadas ante esta gran variedad de nuevas tecnologías
Esta dificultad está motivada en gran medida por las propias marcas, que a menudo mezclan las denominaciones legítimas que tienen las nuevas tecnologías y que han sido previamente aceptadas por la industria con unas designaciones comerciales propias diseñadas para captar la atención de los compradores. Y que con frecuencia no nos ayudan a identificar con claridad qué están intentando vendernos.
El propósito de este artículo es separar el grano de la paja. Arrojar un poco de luz acerca de qué significan todas estas siglas, si están justificadas desde un punto de vista técnico, si solo responden a un interés puramente comercial, y, sobre todo, si las tecnologías que intentan defender realmente aportan valor a los televisores y tienen un impacto beneficioso en nuestra experiencia como usuarios.
La frontera entre estas tecnologías la establecen los píxeles autoemisivos
2021 va a ser el año de las tecnologías de iluminación. En un televisor participan muchas otras innovaciones que pueden tener un impacto tangible en la forma en que restituye el color, como los nanocristales; en la precisión con la que afronta el escalado cuando recibe señales de entrada con una resolución inferior a la nativa del panel; en su capacidad de minimizar la degradación del color cuando miramos el panel desde una posición muy escorada…
Las dos tecnologías en las que cada uno de los píxeles del panel tiene su propia fuente de luz son OLED y MicroLED. Y esto les da una clara ventaja si nos ceñimos a su relación de contraste y la profundidad de sus negros
Sin embargo, la mayor parte de los anuncios que han realizado los fabricantes de televisores durante las últimas semanas tienen como protagonistas absolutos a los diodos LED que se responsabilizan de entregar la luz que emite el televisor hacia nuestros ojos. Y esta estrategia tiene una explicación: la iluminación tiene un impacto muy profundo en varios parámetros esenciales que definen la calidad de imagen, como la relación de contraste, la profundidad de los negros, la capacidad de entrega de brillo o la cantidad de información que es posible recuperar tanto en las zonas en sombra como en las más iluminadas.
Este punto de partida nos da una pista clara acerca de cuáles son las dos tecnologías a las que más atención nos interesa prestar: MicroLED y MiniLED. Y es que son las que con más claridad aportan valor a los televisores que llegarán a las tiendas durante las próximas semanas. No obstante, antes de que indaguemos tanto en estas como en otras innovaciones es importante que identifiquemos qué tecnologías nos proponen una matriz de píxeles autoemisivos (cada píxel tiene su propia fuente de luz) y cuáles recurren a una retícula de retroiluminación en la que la cantidad de diodos LED es inferior a la cantidad de píxeles del panel.
Las dos tecnologías en las que cada uno de los píxeles que conforman el panel tiene su propia fuente de luz son OLED y MicroLED. Y esto les da una clara ventaja si nos ceñimos a su relación de contraste y la profundidad de sus negros. Eso sí, aquí acaba lo que tienen en común. Y es que OLED utiliza diodos orgánicos, mientras que MicroLED los usa inorgánicos. Estos últimos tienen una capacidad de entrega de brillo más alta, y, además, son esencialmente inmunes a la degradación, por lo que, sobre el papel, nos proponen una vida útil muy prolongada sin que se degrade el color y sin que aparezcan las siempre indeseables retenciones de la imagen.
Actualmente solo dos fabricantes han apostado por colocar la tecnología MicroLED en nuestras casas: Samsung y Sony. Si desviamos nuestra mirada hacia el mercado de la cartelería digital descubriremos que hay más marcas que también producen paneles MicroLED, como Konka, Tianma o Jade Bird Display, entre otras. LG y TCL han confirmado que ya tienen listos varios prototipos de paneles que implementan esta tecnología, pero en 2021 todo parece indicar que quien quiera hacerse con un dispositivo MicroLED tendrá que recurrir al porfolio de Samsung y Sony. Y, desafortunadamente, los modelos que nos proponen estas dos marcas actualmente tienen muchas pulgadas. Y presumiblemente serán muy caros.
Podemos tomar como referencia el primer televisor MicroLED doméstico comercializado por Samsung, que tendrá 110 pulgadas y llegará a las tiendas durante el primer trimestre de este año con un precio que con toda probabilidad lo colocará fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. Samsung utiliza la denominación MicroLED para estos dispositivos, pero Sony emplea la marca Crystal LED, aunque la base tecnológica que subyace bajo ambas denominaciones es esencialmente la misma. Probablemente Sony ha elegido esa denominación comercial debido a que los paneles MicroLED pueden ser transparentes. Y también flexibles, al igual que los OLED.
La alternativa a utilizar paneles OLED o MicroLED con píxeles autoemisivos es usar paneles LCD con iluminación periférica (Edge LED) o retroiluminación (LED Directo, FALD o MiniLED). En el artículo que enlazo aquí mismo os explicamos en profundidad cómo funcionan la mayor parte de estas tecnologías, pero lo que ahora nos interesa saber es que en los televisores con iluminación periférica los diodos LED están colocados en los márgenes del panel (habitualmente junto a su base), mientras que cuando la retroiluminación es de tipo LED Directo, FALD (Full Array Local Dimming) o MiniLED la matriz de diodos LED inorgánicos reside justo detrás del panel.
En ese caso ¿en qué se diferencian estas tres últimas tecnologías? Esencialmente en el tamaño de los diodos LED, su cantidad, su distribución y en la electrónica de control que se responsabiliza de administrar su funcionamiento, pero estas diferencias son lo suficientemente importantes para que el rendimiento de los televisores que las utilizan sea muy diferente. Esto explica por qué un televisor con tecnología MiniLED, que tiene diodos más pequeños y una cantidad muy superior, debería ofrecernos una calidad de imagen global sensiblemente más alta que los dispositivos Edge LED, Direct LED y FALD a pesar de que todos ellos carecen de píxeles autoemisivos.
Las tecnologías de televisión de 2021, al descubierto
Después de esta primera toma de contacto con algunas de las tecnologías que utilizarán los televisores que llegarán a las tiendas durante este año nos interesa saber qué nos proponen realmente, y, sobre todo, qué impacto tendrán en nuestra experiencia. Esto es precisamente lo que vamos a intentar desentrañar en esta sección del artículo, en la que adquirirán el protagonismo no solo MicroLED y MiniLED, sino también otras innovaciones interesantes en las que merece la pena que nos tengamos, como OLED Evo u OD Zero.
MicroLED y Crystal LED
La razón por la que hemos agrupado estas dos tecnologías en un mismo epígrafe la hemos sopesado unos párrafos más arriba: su base tecnológica es la misma. Crystal LED es la denominación comercial utilizada por Sony cuando describe sus dispositivos MicroLED, por lo que en adelante utilizaremos únicamente esta última designación.
El componente clave de esta innovación, como hemos visto, son sus minúsculos diodos LED inorgánicos. A principios de 2020, en la feria ISE que se celebra anualmente en Ámsterdam, pudimos ver en acción los primeros televisores MicroLED de Samsung, y su calidad de imagen es sorprendente. Los paneles más avanzados que tenía la marca surcoreana en aquel momento tenían un pixel pitch de 0,6 mm, por lo que es probable que ese televisor doméstico de 110 pulgadas que llegará al mercado a principios de la próxima primavera utilice esos mismos paneles.
Al igual que los televisores OLED, los dispositivos MicroLED nos proponen una relación de contraste nativo altísima y unos negros abisales, pero hay varios apartados en los que estos últimos aventajan a los paneles OLED. Uno de ellos es que su capacidad de entrega de brillo es sensiblemente mayor. De hecho, estos primeros paneles MicroLED son capaces de alcanzar los 2000 nits en áreas delimitadas de la matriz, pero no cabe duda de que en el futuro, cuando esta tecnología se desarrolle más, esta cifra se incrementará.
Aunque aún no hemos podido analizar un dispositivo MicroLED en nuestras propias instalaciones los hemos visto en acción en varias ocasiones en las ferias ISE y CES, y hemos comprobado de primera mano que tienen una capacidad de recuperación de detalle en las regiones en sombra y altas luces superior a ninguna otra tecnología para televisión. Y con el color sucede exactamente lo mismo: los diodos inorgánicos, que se benefician de una tecnología muy madura, trabajan codo con codo con los nanocristales para ofrecernos una reproducción del color precisa y una cobertura ambiciosa.
Además, como he mencionado unos párrafos más arriba, la naturaleza inorgánica de los diodos los hace esencialmente inmunes a la degradación y la retención. Los responsables de Samsung con los que hemos tenido la ocasión de hablar nos han asegurado que sus paneles MicroLED actuales tienen una vida útil aproximada de veinticinco años, que es la misma que nos ofrecen los televisores LCD con retroiluminación LED.
No obstante, las cualidades de esta tecnología no acaban aquí. La naturaleza autoemisiva de los píxeles y el mínimo tiempo que invierten en cambiar de estado deberían ayudar a los dispositivos MicroLED a combatir el blooming y el desenfoque de movimiento con eficacia (el blooming es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma). Y, por supuesto, no hay nada que objetar a la frecuencia de refresco nativa a la que trabajan los primeros paneles MicroLED, que es de 120 Hz (la misma que utilizan los dispositivos OLED y LCD actuales).
Curiosamente, las bazas de esta innovación no se limitan a la calidad de imagen. La matriz de diodos LED inorgánicos que conforma un panel MicroLED se puede fabricar con el tamaño y la relación de aspecto que prefiramos, lo que da a esta tecnología una flexibilidad inusual. En la puesta a punto de la pantalla MicroLED 8K que vimos en ISE en 2020 Samsung utilizó treinta y seis módulos de 80 x 42 cm sin marcos, pero podría haber integrado más para dar forma a una pantalla aún mayor y con más resolución (aunque tendría la misma densidad de píxeles).
El diseño modular de los paneles MicroLED hace posible la fabricación de pantallas casi del tamaño que queramos y con la relación de aspecto que prefiramos, aunque, como es lógico, en un escenario de uso doméstico lo interesante es fabricar dispositivos con un tamaño manejable y relación de aspecto 16:9. Es difícil no caer rendido ante la retahíla de cualidades de los dispositivos MicroLED, pero no debemos pasar por alto que también tienen varios desafíos por delante que los fabricantes tendrán que resolver si quieren que esta tecnología algún día consiga afianzarse en el mercado.
Desde un punto de vista técnico los mayores retos son la gestión del calor y la densidad de píxeles. Los diodos LED son muy eficientes, pero cuando deben entregar picos de brillo elevados disipan una parte de la energía que reciben en forma de calor. Las víctimas de las altas temperaturas no son los propios diodos; lo son las soldaduras que los fijan al sustrato sobre el que están colocados debido a que podrían degradarse.
En Samsung aseguran haber resuelto este desafío consiguiendo que la matriz de diodos disipe el 35% de la energía residual en forma de calor hacia delante, y el otro 65% hacia atrás. Según la marca surcoreana esta capacidad de transporte de energía calorífica asegura que las soldaduras no se degradarán. El otro reto técnico consiste en miniaturizar aún más los diodos para poder introducir más en el mismo espacio y hacer posible la fabricación de televisores de muy alta resolución y tamaño moderado. Sabemos que los fabricantes están trabajando en estas áreas, por lo que podemos ser razonablemente optimistas y confiar en que los televisores MicroLED experimentarán un desarrollo equiparable al que han tenido durante los últimos años los dispositivos OLED y LCD.
MiniLED, Neo QLED, QNED y OD Zero
Como hemos visto unos párrafos más arriba, los televisores con tecnología MiniLED son dispositivos LCD en los que el panel está retroiluminado por una matriz de diodos LED mucho más densa que las que utilizan los televisores LCD tradicionales con retroiluminación Edge LED, Direct LED o FALD. Sus diodos son sensiblemente más pequeños que los de estos últimos dispositivos, pero no tanto como los de los televisores MicroLED, por lo que el número de píxeles del panel es mayor que el número de diodos del sistema de retroiluminación.
Algunas de las marcas que han apostado por esta tecnología son Samsung, LG, Hisense y TCL. Esta última, de hecho, ha presentado en esta edición del CES sus dispositivos MiniLED de tercera generación, lo que refleja que esta compañía china ha sido una de las primeras que ha apostado por esta innovación para potenciar el rendimiento de sus televisores con panel LCD.
A principios del año pasado tuvimos la oportunidad de analizar el modelo X10 de TCL con retroiluminación MiniLED, y de compararlo con el C9 OLED de LG y el Q90R QLED de Samsung. Y nos dejó un sabor de boca fantástico. Para resolver la retroiluminación los ingenieros de TCL pusieron a punto una matriz de 15 360 diodos LED que permite atenuar la luz de cada escena actuando sobre un total de 768 zonas independientes, unas cifras muy superiores a las que manejan los televisores FALD más avanzados, que raramente superan las 500 zonas.
Durante esta edición del CES ha despertado mucho interés la tecnología OD Zero (Distancia Óptica Cero) de TCL, una innovación implementada por esta marca en sus dispositivos MiniLED de tercera generación. Gracias a ella este fabricante ha conseguido reducir el grosor de sus televisores a entre 1,5 y 2 cm, y lo ha logrado eliminando la lente que se encargaba de dispersar la luz emitida por los diodos LED, que ahora son tantos y están tan juntos que pueden permanecer completamente pegados al panel LCD, y, aun así, garantizar una distribución uniforme de la luz.
Samsung y LG también han presentado durante esta edición del CES sus televisores con tecnología MiniLED. Los Neo QLED son los primeros dispositivos QLED que utilizan este tipo de retroiluminación, y, además, incorporan un nuevo motor de procesado que, según Samsung, es mucho más potente que el de anteriores generaciones. LG, por su parte, ha bautizado sus televisores MiniLED utilizando la marca QNED debido a que, además de emplear esta tecnología de retroiluminación, utilizan una nueva hornada de nanocristales para reproducir el color con más precisión (la Q de QNED procede del término en inglés Quantum Dot).
Si queréis conocer con detalle qué impacto tiene la retroiluminación MiniLED en la calidad de imagen os sugiero que echéis un vistazo a nuestro artículo dedicado al televisor X10 de TCL, que fue la primera solución comercial que utilizó esta innovación. En cualquier caso, esta tecnología consigue controlar con más precisión la atenuación local de la luz, lo que le ayuda a minimizar el blooming, incrementar la profundidad de los negros y recuperar más detalle tanto en las regiones en sombra como en las zonas más iluminadas del panel.
OLED Evo: la nueva generación de paneles OLED de LG
Durante los próximos meses llegará a las tiendas la última hornada de televisores OLED de esta marca, y lo hará de la mano de una nueva tecnología: OLED Evo. En realidad este es el nombre que ha dado LG a su nueva generación de paneles OLED, unos dispositivos con diodos orgánicos que, según la compañía surcoreana, nos ofrecerán una mayor capacidad de entrega de brillo, un nivel de detalle más alto e imágenes dotadas de una mayor profundidad. Lo comprobaremos tan pronto como uno de estos televisores OLED caiga en nuestras manos. Un apunte más: el término ‘Evo’ sugiere que estos paneles son el resultado de la evolución de los anteriores paneles OLED de esta marca.
MicroLED será el final del camino, por el momento
Todo lo que hemos repasado en este artículo nos invita a aceptar que la tecnología de televisión más avanzada, y también la más prometedora, de todas las que van a aterrizar durante los próximos meses en las tiendas es MicroLED. Su superioridad si nos ceñimos a la calidad de imagen es muy clara. Además, no se trata de una afirmación afianzada solo en lo que nos dice la teoría. Hemos visto en funcionamiento los prototipos en los que está inspirado el televisor MicroLED de 110 pulgadas que Samsung está a punto de colocar en las tiendas, y su calidad de imagen es objetivamente sobresaliente.
El precio de los televisores MicroLED se reducirá cuando la tecnología se desarrolle más y la producción de los paneles pueda beneficiarse de la economía de escala
El problema es que con toda probabilidad los primeros televisores MicroLED tendrán un precio que los dejará fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. Serán dispositivos prémium con precio prémium. Lo habitual cuando llega una nueva tecnología tan avanzada como esta. Eso sí, no cabe duda de que su coste se reducirá drásticamente cuando la tecnología se desarrolle más y la producción de los paneles pueda beneficiarse de la economía de escala. Crucemos los dedos para que este hito no nos obligue a esperar demasiado.
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