El desarrollo tecnológico de los televisores sigue su curso. Para los fabricantes introducir innovaciones en cada nueva generación es crucial porque es la estrategia más eficaz para mantener activo el mercado y favorecer la renovación del parque instalado. Y 2021 está siendo especialmente jugoso debido a que los usuarios podemos acceder a un abanico de tecnologías más amplio que en años anteriores.
Que la oferta sea vasta es una buena noticia para los consumidores, no cabe duda, pero si queremos elegir nuestro próximo televisor con la seguridad de que estamos decantándonos por el que resuelve mejor nuestras necesidades es esencial que conozcamos bien qué nos proponen las marcas. Que seamos capaces de separar el grano de la paja para fijarnos en aquellas características que tienen un impacto real en nuestra experiencia, y no en las funciones a veces poco relevantes que los fabricantes quieren vendernos.
El propósito de este artículo es, precisamente, ayudaros a encontrar el televisor que encaja mejor con el prototipo que tenéis en mente protegiendo vuestra inversión para que no se os escape ninguna característica que podáis necesitar a medio plazo. Al fin y al cabo lo ideal es que los usuarios no nos sintamos presionados a renovar nuestro televisor por imperativo del mercado, y, sobre todo, que cuando decidimos hacernos con uno lo elijamos con la certeza de que nos hemos decantado por la opción idónea.
El panel y la retroiluminación tienen un impacto profundo en su calidad de imagen
Si nos ceñimos a las tecnologías de panel y la retroiluminación este año las gamas de entrada y media no aportan nada relevante al porfolio de años anteriores. La mayor parte de los televisores utiliza un panel LCD con tecnología IPS o VA, aunque cabe la posibilidad de que si nuestro presupuesto está muy ajustado y buscamos un televisor de pocas pulgadas muy económico fuera de las grandes marcas nos encontremos con algún modelo con panel TN.
Las tecnologías de retroiluminación más frecuentes en las gamas de entrada y media son la retroiluminación periférica (Edge LED) y de LED Directo, aunque algunas marcas incorporan en sus modelos de gama media más ambiciosos retroiluminación FALD (Full Array Local Dimming). Tenemos un artículo en el que os explicamos con detalle cómo funcionan estas tres tecnologías, pero lo que nos interesa recordar es que en el ámbito de los televisores LCD la mejor calidad de imagen nos la ofrece esta última opción.
No obstante, si queremos hacernos con un televisor LCD con retroiluminación FALD tendremos que ceñirnos a las gamas media/alta, alta y prémium, lo que tiene un impacto perceptible en el dinero que nos veremos obligados a invertir.
Hasta ahora solo hemos mencionado tecnologías que están disponibles desde hace varios años, pero, precisamente, en 2021 han aterrizado en las gamas alta y prémium tres innovaciones que a los usuarios nos interesa conocer: los televisores MicroLED, la tecnología de retroiluminación MiniLED para televisores LCD, y los paneles OLED de 3ª generación.
Los primeros televisores MicroLED están al alcance de pocos usuarios
A principios de 2020 pudimos ver en acción en la feria ISE los primeros televisores MicroLED de Samsung, y su calidad de imagen es sorprendente. Los paneles más avanzados que tenía la marca surcoreana en aquel momento tenían un pixel pitch de 0,6 mm, por lo que es probable que los televisores domésticos de 99 y 110 pulgadas que han llegado al mercado durante esta primavera utilicen esos mismos paneles.
Los paneles MicroLED son capaces de alcanzar los 2000 nits en áreas delimitadas de la matriz
Al igual que los televisores OLED, los dispositivos MicroLED nos proponen una relación de contraste nativo altísima y unos negros abisales, pero hay varios apartados en los que estos últimos aventajan a los paneles OLED. Uno de ellos es que su capacidad de entrega de brillo es sensiblemente mayor. De hecho, estos primeros paneles MicroLED son capaces de alcanzar los 2000 nits en áreas delimitadas de la matriz, pero no cabe duda de que en el futuro, cuando esta tecnología se desarrolle más, esta cifra se incrementará.
Aunque aún no hemos podido analizar un dispositivo MicroLED en nuestras propias instalaciones los hemos visto en acción en varias ocasiones en las ferias ISE y CES, y hemos comprobado de primera mano que tienen una capacidad de recuperación de detalle en las regiones en sombra y altas luces superior a ninguna otra tecnología para televisión. Y con el color sucede exactamente lo mismo: los diodos inorgánicos, que se benefician de una tecnología muy madura, trabajan codo con codo con los nanocristales para ofrecernos una reproducción del color precisa y una cobertura ambiciosa.
Además, la naturaleza inorgánica de los diodos los hace esencialmente inmunes a la degradación y la retención. Los responsables de Samsung con los que hemos tenido la ocasión de hablar nos han asegurado que sus paneles MicroLED actuales tienen una vida útil aproximada de veinticinco años, que es la misma que nos ofrecen los televisores LCD con retroiluminación LED.
No obstante, las cualidades de esta tecnología no acaban aquí. La naturaleza autoemisiva de los píxeles y el mínimo tiempo que invierten en cambiar de estado deberían ayudar a los dispositivos MicroLED a combatir el blooming y el desenfoque de movimiento con eficacia (el blooming es ese defecto que se manifiesta bajo la forma de unos halos que rodean las zonas más iluminadas de cada fotograma). Y, por supuesto, no hay nada que objetar a la frecuencia de refresco nativa a la que trabajan los primeros paneles MicroLED, que es de 120 Hz (la misma que utilizan los dispositivos OLED y LCD actuales).
Los paneles MicroLED actuales de Samsung tienen una vida útil aproximada de veinticinco años
Curiosamente, las bazas de esta innovación no se limitan a la calidad de imagen. La matriz de diodos LED inorgánicos que conforma un panel MicroLED se puede fabricar con el tamaño y la relación de aspecto que prefiramos, lo que da a esta tecnología una flexibilidad inusual. En la puesta a punto de la pantalla MicroLED 8K que vimos en ISE en 2020 Samsung utilizó treinta y seis módulos de 80 x 42 cm sin marcos, pero podría haber integrado más para dar forma a una pantalla aún mayor y con más resolución (aunque tendría la misma densidad de píxeles).
El diseño modular de los paneles MicroLED hace posible la fabricación de pantallas casi del tamaño que queramos y con la relación de aspecto que prefiramos, aunque, como es lógico, en un escenario de uso doméstico lo interesante es fabricar dispositivos con un tamaño manejable y relación de aspecto 16:9.
Es difícil no caer rendido ante la retahíla de cualidades de los dispositivos MicroLED, pero no debemos pasar por alto que también tienen varios desafíos por delante que los fabricantes tendrán que resolver si quieren que esta tecnología algún día consiga afianzarse en el mercado.
Desde un punto de vista técnico los mayores retos son la gestión del calor y la densidad de píxeles. Los diodos LED son muy eficientes, pero cuando deben entregar picos de brillo elevados disipan una parte de la energía que reciben en forma de calor. Las víctimas de las altas temperaturas no son los propios diodos; lo son las soldaduras que los fijan al sustrato sobre el que están colocados debido a que podrían degradarse.
En Samsung aseguran haber resuelto este desafío consiguiendo que la matriz de diodos disipe el 35% de la energía residual en forma de calor hacia delante, y el otro 65% hacia atrás. Según la marca surcoreana esta capacidad de transporte de energía calorífica asegura que las soldaduras no se degradarán.
El otro reto técnico consiste en miniaturizar aún más los diodos para poder introducir más en el mismo espacio y hacer posible la fabricación de televisores de muy alta resolución y tamaño moderado. Sabemos que los fabricantes están trabajando en estas áreas, por lo que podemos ser razonablemente optimistas y confiar en que los televisores MicroLED experimentarán un desarrollo equiparable al que han tenido durante los últimos años los dispositivos OLED y LCD.
Esta tecnología es muy prometedora, y no cabe duda de que es una buena noticia que ya podamos comprar un televisor con vocación doméstica que apuesta por ella. El problema es que el producto que nos propone Samsung actualmente tiene un precio prohibitivo (por encima de los 100 000 euros), y los modelos de 76 y 88 pulgadas que llegarán durante la recta final de este año, aunque serán más económicos, también tendrán con toda seguridad un precio lo suficientemente elevado para colocarlos fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios.
La tecnología MiniLED nos promete la mejor calidad de imagen en los televisores LCD
Los televisores con tecnología MiniLED son dispositivos LCD en los que el panel está retroiluminado por una matriz de diodos LED mucho más densa que las que utilizan los televisores LCD tradicionales con retroiluminación Edge LED, Direct LED o FALD. Sus diodos son sensiblemente más pequeños que los de estos últimos dispositivos, pero no tanto como los de los televisores MicroLED, por lo que el número de píxeles del panel es mayor que el número de diodos del sistema de retroiluminación.
Algunas de las marcas que han apostado por esta tecnología son Samsung, LG, Hisense y TCL. Esta última, de hecho, ha presentado en el CES de 2021 sus dispositivos MiniLED de tercera generación, lo que refleja que esta compañía china ha sido una de las primeras que ha apostado por esta innovación para potenciar el rendimiento de sus televisores con panel LCD.
A principios del año pasado tuvimos la oportunidad de analizar el modelo X10 de TCL con retroiluminación MiniLED, y de compararlo con el C9 OLED de LG y el Q90R QLED de Samsung. Y nos dejó un sabor de boca fantástico. Para resolver la retroiluminación los ingenieros de TCL pusieron a punto una matriz de 15 360 diodos LED que permite atenuar la luz de cada escena actuando sobre un total de 768 zonas independientes, unas cifras muy superiores a las que manejan los televisores FALD más avanzados, que raramente superan las 500 zonas.
Durante la última edición del CES despertó mucho interés la tecnología OD Zero (Distancia Óptica Cero) de TCL, una innovación implementada por esta marca en sus dispositivos MiniLED de tercera generación. Gracias a ella este fabricante ha conseguido reducir el grosor de sus televisores a entre 1,5 y 2 cm, y lo ha logrado eliminando la lente que se encargaba de dispersar la luz emitida por los diodos LED, que ahora son tantos y están tan juntos que pueden permanecer completamente pegados al panel LCD, y, aun así, garantizar una distribución uniforme de la luz.
Samsung y LG también tienen listos sus televisores con tecnología MiniLED. Los Neo QLED son los primeros dispositivos QLED que utilizan este tipo de retroiluminación, y, además, incorporan un nuevo motor de procesado que, según Samsung, es mucho más potente que el de anteriores generaciones. LG, por su parte, ha bautizado sus televisores MiniLED utilizando la marca QNED debido a que, además de emplear esta tecnología de retroiluminación, utilizan una nueva hornada de nanocristales para reproducir el color con más precisión (la Q de QNED procede del término en inglés Quantum Dot).
Si queréis conocer con detalle qué impacto tiene la retroiluminación MiniLED en la calidad de imagen os sugiero que echéis un vistazo a nuestro artículo dedicado al televisor X10 de TCL, que fue la primera solución comercial que utilizó esta innovación. En cualquier caso, esta tecnología consigue controlar con más precisión la atenuación local de la luz, lo que le ayuda a minimizar el blooming, incrementar la profundidad de los negros y recuperar más detalle tanto en las regiones en sombra como en las zonas más iluminadas del panel.
LG Display ya tiene listos los paneles OLED de 3ª generación
Por el momento solo los televisores de la familia OLED G1 de LG incorporan los nuevos paneles evo de 3ª generación. Las demás series de televisores OLED que LG ha presentado este año, y, por supuesto, los modelos OLED de marcas como Panasonic, Sony o Philips, entre otras compañías, incorporan paneles OLED de 2ª generación fabricados por LG Display.
Según LG los paneles OLED de 3ª generación son un 20% más eficientes que sus predecesores
Una de las cualidades más relevantes del panel OLED evo instalado en el modelo G1 es que es, según LG, un 20% más eficiente que las matrices con diodos orgánicos de 2ª generación. Esta característica no solo repercute en el consumo, que es algo más bajo en los nuevos paneles; también ha permitido a los ingenieros de LG actuar sobre la capacidad de entrega de brillo del panel, que ahora es más alta. Sobre el papel esta cualidad debería permitir a los televisores con panel OLED evo rendir mejor con los contenidos HDR.
No obstante, esto no es todo. Los responsables técnicos de LG también nos han confirmado que las modificaciones que han introducido en la estructura del panel evo le permiten reproducir el color con más precisión e incrementan su durabilidad, haciéndolo menos sensible a la retención de imágenes que los paneles OLED de 2ª generación.
Para incrementar la precisión con la que los televisores OLED con panel evo reproducen el color los ingenieros de LG han modificado la estructura del panel, actuando sobre las capas que se responsabilizan de la restitución de los colores rojo y azul. Además, han añadido una nueva capa para restituir el color verde que, según esta marca, tiene un impacto perceptible en la capacidad de entrega de luz del televisor.
Previsiblemente en 2022 LG trasladará este panel a otras series de televisores OLED. No tenemos información oficial acerca de los televisores que integrarán las nuevas matrices, pero parece razonable asumir que llegarán a las familias que hay por encima de la serie G, y también a la serie C, que probablemente volverá a consolidarse como el televisor OLED más equilibrado de LG.
Si lo quieres para jugar no dudes en apostar por la conectividad HDMI 2.1
Ya era hora. 2021 está siendo el año de la consolidación definitiva de la norma HDMI 2.1. Y es que por fin todos los grandes fabricantes de televisores están implementándola con más o menos ambición en sus televisores de gama media/alta, alta y prémium. Actualmente esta interfaz de conexión no aporta nada relevante en el ámbito del cine, pero en el de los videojuegos marca la diferencia.
PlayStation 5, Xbox Series X y S, y las tarjetas gráficas de las familias GeForce RTX 30 de NVIDIA y Radeon RX 6000 de AMD incorporan salidas HDMI compatibles con la norma 2.1. Además, LG, Samsung, Sony, Panasonic y Philips, entre otras marcas, han implementado esta especificación en algunos de sus televisores de última hornada (aunque es justo recordar que LG apostó por HDMI 2.1 sin reservas hace tres generaciones), por lo que los usuarios ya tenemos a nuestro alcance tanto fuentes como televisores dotados de esta tecnología.
En otros artículos hemos desarrollado con mucha profundidad las prestaciones que pone sobre la mesa la norma HDMI 2.1, pero en este reportaje nos interesa repasarlas brevemente para comprobar por qué es tan apetecible apostar por un televisor dotado de esta tecnología si queremos utilizarlo junto a una consola o un PC de última generación. Estas son las innovaciones más relevantes de HDMI 2.1:
- Nos permite transportar señales de vídeo 2160p con una cadencia de hasta 120 FPS desde nuestra fuente, que puede ser una consola de videojuegos o un ordenador, hasta nuestro televisor.
- Hace posible el transporte hasta nuestro televisor de señales de vídeo que incorporan contenido HDR descrito por metadatos dinámicos, que son los utilizados por los estándares Dolby Vision y HDR10+.
- Implementa la tecnología eARC (enhanced ARC), que permite a los televisores que la utilizan enviar cualquier formato actual de sonido digital multicanal de alta resolución a nuestro equipo de audio, sea este una barra de sonido, un receptor de A/V o cualquier otra solución. Incluso es capaz de lidiar con Dolby TrueHD, Dolby Atmos, DTS Master y DTS:X, que, hoy por hoy, son los formatos de sonido multicanal más exigentes.
- Introduce la tecnología VRR (Variable Refresh Rate), que es una técnica de refresco adaptativo emparentada con AMD FreeSync y NVIDIA G-SYNC, dos tecnologías con las que están familiarizados los jugadores de PC. Grosso modo lo que consigue es sincronizar las imágenes emitidas por la GPU del PC o la consola y las que reproduce el televisor, lo que nos ayuda a combatir unos defectos tan molestos como el tearing y el stuttering.
- Habilita el modo ALLM (Auto Low Latency Mode) de forma transparente para el usuario al identificar que el televisor está recibiendo una señal de vídeo procedente de un dispositivo para juegos. Esta modalidad de funcionamiento del televisor deshabilita buena parte del procesado de vídeo para reducir la latencia de entrada, una mejora que puede tener un impacto muy profundo en nuestra experiencia al utilizar algunos juegos, como los de disparos en primera persona o los de lucha, entre otros géneros.
- Implementa QFT (Quick Frame Transport), una tecnología que reduce el tiempo que es necesario invertir en el transporte de la señal de vídeo desde la fuente hasta el televisor.
El abanico de televisores con conectividad HDMI 2.1 que tenemos a nuestro alcance este año es mucho más amplio que en años anteriores, pero no todas las marcas han hecho los deberes de la misma forma, y a los usuarios nos viene bien saberlo. Por un lado, la mayor parte de los televisores que están llegando a las tiendas con conectividad HDMI 2.1 no nos ofrece esta norma en todos los puertos.
Por el momento los únicos televisores que sabemos con seguridad que implementan esta tecnología en los cuatro conectores HDMI que incorporan son los modelos NanoCell 8K y OLED 8K y 4K de LG, y los modelos Neo QLED 8K de Samsung.
Es posible que haya algún otro televisor que cumpla esta condición, pero la mayor parte de los demás modelos de estas dos marcas y de todas las demás incorpora uno o dos conectores HDMI 2.1. Los restantes implementan la norma 2.0.
Además, también nos interesa saber que en muchos televisores ni siquiera todos los puertos HDMI 2.1 implementan todas las prestaciones definidas en la norma. Y en la mayor parte de los televisores con esta conectividad de LG el ancho de banda de los cuatro puertos HDMI es 40 Gbps, una cifra inferior a los 48 Gbps que describe la norma 2.1.
En la práctica no tiene demasiada importancia porque los 48 Gbps solo son necesarios para transportar contenido 4K UHD con una profundidad de color de 12 bits, 120 Hz y submuestreo de color 4:4:4. Y el panel del televisor es de 10 bits. Los 40 Gbps que nos propone LG en sus televisores con conectividad HDMI 2.1 son suficientes para transportar señales 4K a 120 Hz con una profundidad de color de 10 bits.
Por último, algunos televisores nos prometen HDMI 2.1 completo, pero no nos lo entregan de fábrica. Esto le sucede, por ejemplo, al modelo A90J de Sony con panel OLED. Es un televisor fantástico, de eso no cabe duda, pero los dos conectores HDMI 2.1 que incorpora (los otros dos son HDMI 2.0) aún no implementan las prestaciones VRR y ALLM. Sony ha confirmado que en el futuro lanzará una actualización del firmware que resolverá esta carencia y habilitará el soporte completo de la norma 2.1 en las entradas HDMI 3 y 4.
Lo último en conectividad inalámbrica en teles es Wi-Fi 6 y BT 5.0
Hay vida más allá de HDMI 2.1. Si estamos decididos a comprar un nuevo televisor y queremos que cuente con las normas de conectividad inalámbrica más avanzadas disponibles actualmente nos vendrá bien cerciorarnos de que tiene Wi-Fi 802.11ac y Bluetooth 5.0.
Por el momento Samsung es la única gran marca que implementa el estándar Wi-Fi 6 en sus modelos con panel 8K, pero es probable que los demás fabricantes no tarden en subirse a este carro.
Y en lo que se refiere a la conectividad de red con cable lo ideal es que los nuevos televisores incorporen una controladora de red Gigabit Ethernet, una condición que muchos modelos no cumplen.
Cuantos más estándares HDR soporte, mejor
Lo ideal sería que los usuarios podamos despreocuparnos de los formatos HDR con los que puede trabajar nuestra tele, pero solo unas pocas marcas nos ofrecen la tan apetecible compatibilidad con todos los estándares más utilizados actualmente. Además, un único fabricante no nos ofrece la misma cobertura de esta tecnología en todos sus modelos.
Los televisores que suelen proponernos la compatibilidad con los contenidos HDR más ambiciosa suelen ser los de las gamas alta y prémium. Si elegimos un televisor de gama media es posible que tengamos que conformarnos con un soporte HDR básico, y si nos decantamos por uno de la gama de entrada cabe la posibilidad de que sus características no permitan a los contenidos en alto rango dinámico ofrecernos una experiencia más convincente que aquellos que carecen de HDR.
En la siguiente tabla hemos recogido la cobertura HDR que nos proponen los principales fabricantes de televisores en el momento en el que hemos escrito este artículo y en sus modelos más ambiciosos. Cabe la posibilidad de que alguna marca incorpore en el futuro un estándar con el que actualmente no trabaja, pero esto es lo que podemos esperar de los modelos que están llegando a las tiendas durante 2021:
|
dolby vision |
hdr10+ |
hdr10 |
hlg |
---|---|---|---|---|
hisense |
Sí |
Sí |
Sí |
Sí |
lg |
Sí |
No |
Sí |
Sí |
panasonic |
Sí |
Sí |
Sí |
Sí |
philips |
Sí |
Sí |
Sí |
Sí |
samsung |
No |
Sí |
Sí |
Sí |
sony |
Sí |
No |
Sí |
Sí |
tcl |
Sí |
Sí |
Sí |
Sí |
A continuación os proponemos repasar brevemente qué nos propone cada una de las tecnologías que hemos recogido en la tabla anterior. Si queréis conocerlas con más detalle, o bien indagar en otras opciones, como, por ejemplo, Advanced HDR, podéis echar un vistazo al artículo en el que las explicamos en profundidad.
HDR10
Este es el estándar más extendido por dos razones fundamentales: sus requisitos son los menos exigentes y es abierto, por lo que cualquier fabricante de dispositivos de electrónica de consumo puede utilizarlo sin pagar derechos de licencia. Para que un televisor sea compatible con HDR10 debe tener un panel con una profundidad de color de 10 bits y tiene que ser capaz de entregar, al menos, picos de brillo de 1000 nits.
En el mercado podemos encontrar televisores que no satisfacen las exigencias de esta certificación, y que, curiosamente, sí presumen de ser capaces de reproducir contenidos HDR. Normalmente utilizan un panel de 8 bits + FRC o no consiguen entregar picos de brillo de al menos 1000 nits.
Meter todos estos modelos en el mismo saco puede provocar que cometamos alguna injusticia, pero lo razonable es desconfiar si damos con alguno de ellos porque normalmente la experiencia que nos ofrecen con los contenidos HDR no está a la altura de lo que cabe esperar de esta tecnología.
Una carencia importante de este estándar que, como veremos a continuación, resuelven otras opciones, consiste en que no tiene metadatos dinámicos. Por esta razón, el televisor recibe al comenzar la reproducción de un contenido instrucciones precisas acerca de cómo debe tratar la iluminación, y esas condiciones no varían durante toda la reproducción.
HDR10+
Este estándar es una extensión de HDR10 y, como tal, requiere que los televisores que aspiran a incorporarlo utilicen un panel de 10 bits y sean capaces de entregar picos de brillo de al menos 1000 nits. Inicialmente fue apoyado por Samsung, Amazon y Panasonic, pero cada vez más empresas apuestan por él porque, al igual que HDR10, es un estándar libre y no requiere pagar derechos de licencia.
Lo interesante es que hay una diferencia muy importante entre HDR10 y HDR10+ que permite a esta última especificación ofrecernos una experiencia con los contenidos HDR más lograda: puede trabajar con metadatos dinámicos. Esta información está asociada al contenido que estamos reproduciendo e indica con precisión al televisor cómo debe tratar la iluminación.
La diferencia que existe entre los metadatos de HDR10 y los de HDR10+ es que estos últimos son dinámicos, y, por tanto, indican al televisor cómo debe iluminar cada secuencia, en vez de hacerlo solo al principio de la reproducción y sin posibilidad de actuar a posteriori. Esta mejora coloca a HDR10+ un poco más cerca de Dolby Vision.
Dolby Vision
Desde un punto de vista estrictamente técnico el estándar que propone Dolby es el más ambicioso. Y es que ha sido diseñado para trabajar con paneles con una profundidad de color de hasta 12 bits y está capacitado para administrar entregas de brillo de hasta 10 000 nits. Además, este estándar utiliza metadatos dinámicos. De hecho, HDR10+ se inspiró de alguna manera en esta prestación de Dolby Vision para reducir la distancia que separaba a HDR10 de la propuesta de Dolby.
Como veis, hasta aquí todo pinta de maravilla, pero ahora viene la principal debilidad de esta especificación: esta tecnología pertenece a Dolby, y, por esta razón, los fabricantes de televisores y otros dispositivos que quieran utilizarla deben pagar los pertinentes derechos de licencia a la empresa de San Francisco e introducir un chip específico de procesado en sus productos, lo que los encarece.
HLG (Hybrid Log-Gamma)
Este formato de HDR no es una alternativa a HDR10+ o Dolby Vision. En realidad es un complemento que pretende llegar allí donde estos dos últimos estándares no «han atacado»: a las transmisiones de televisión, sean en directo o diferido.
HLG ha sido muy bien recibido por los fabricantes de electrónica de consumo desde el principio porque es un formato libre, lo que ha provocado que casi todos los fabricantes de televisores lo introduzcan en sus propuestas.
Este estándar tiene una gran ventaja: puede convivir sin ningún problema con el parque de televisores que, por su antigüedad, no es compatible con HDR. Si un modelo recibe una señal con HLG y no es capaz de interpretarla, sencillamente reproducirá el contenido con total normalidad. Sin HDR. Pero cuando un televisor con HLG recibe una señal que incorpora esta tecnología, la interpreta correctamente y muestra el contenido con HDR.
Sonido: el procesado Dolby Atmos y DTS marca la diferencia
A pesar de las evidentes limitaciones físicas que impone el estilizado recinto de los televisores que utilizamos actualmente, los principales fabricantes se las han ingeniado para mejorar la calidad de sonido de sus propuestas generación tras generación.
Si queremos disfrutar la escena sonora más amplia y envolvente posible la mejor estrategia pasa por enviar el audio a un equipo multicanal dedicado, pero no siempre es posible hacerlo, bien por razones prácticas, bien por razones económicas.
Afortunadamente, en el mercado podemos encontrar televisores que suenan bien. Y algunos de ellos, aunque no abundan, tienen un sonido realmente impactante, como los modelos OLED tope de gama que Panasonic nos ha propuesto durante los últimos años.
Algunas marcas recurren a la inteligencia artificial para procesar el audio; otras apuestan por instalar una gran cantidad de pequeños altavoces diseminados por el recinto del televisor; y unas pocas instalan en sus modelos OLED unos actuadores que someten a la pantalla a unas vibraciones imperceptibles para conseguir que emitan sonido, entre otras estrategias.
Además, la mayor parte de los fabricantes ha optado por dotar a sus televisores más avanzados de la capacidad de procesar y virtualizar audio multicanal, aunque hay diferencias importantes entre unas marcas y otras que a los usuarios nos interesa conocer.
Los televisores de gama alta de LG procesan audio Dolby Atmos, pero no DTS. Los de Samsung sacan partido al sonido Dolby Digital Plus, pero, al igual que los de LG, no procesan DTS. Y Sony, sin embargo, implementa en su gama alta tanto procesado Dolby Atmos como DTS.
Cada marca nos propone una capacidad de procesado de audio diferente, e incluso dentro del catálogo de un mismo fabricante podemos encontrar televisores con prestaciones sonoras muy distintas. Por esta razón, nuestro consejo es que antes de elegir vuestro televisor os cercioréis de que es capaz de procesar los formatos de sonido que más os interesan.
No obstante, no debemos olvidar que las carencias que tienen muchos televisores actuales en materia sonora pueden ser subsanadas enviando el audio a una barra de sonido de cierta calidad, o, mejor aún, a un equipo multicanal dedicado. Afortunadamente, hay propuestas de audio muy competentes que exigen por nuestra parte un desembolso razonable, y que pueden complementar a las mil maravillas nuestro televisor.
Google TV, webOS 6.0 y Tizen OS 6.0, lo último en sistemas operativos para teles
El sistema operativo que incorporan nuestros televisores tiene un impacto muy profundo en nuestra experiencia. Una plataforma lenta y pesada que se arrastra torpemente cada vez que lanzamos una app, o, sencillamente, cuando nos movemos a través de los menús y los servicios que pone a nuestra disposición, puede torpedear nuestra percepción de cualquier televisor.
Las últimas revisiones de webOS, Tizen OS y Android TV nos aseguran una experiencia satisfactoria
En pocos años los fabricantes han pasado de prestar la atención mínima imprescindible al software de sus teles a poner toda la carne en el asador para conseguir que la interacción del usuario sea óptima. LG y Samsung han apostado desde hace varias generaciones por introducir sus propios sistemas operativos, webOS y Tizen OS respectivamente, mientras que Sony y Philips han optado por equipar sus propuestas con Android TV.
Panasonic, sin embargo, se ha decantado por my Home Screen, una plataforma derivada de Firefox OS que, aunque es bastante ligera, es mucho más espartana y menos estilizada que los tres sistemas operativos que he mencionado en el párrafo anterior. Este año este fabricante nos propone Android TV en muchos de sus televisores LCD LED, pero, curiosamente, en los OLED nos topamos con my Home Screen 6.0, una opción que, a nuestro juicio, es menos atractiva que las últimas revisiones de webOS, Tizen OS y Android TV.
La experiencia que nos proponen las nuevas revisiones de estos tres últimos sistemas operativos está muy lograda. Tizen OS y webOS llevan varias generaciones demostrándonos lo bien que Samsung y LG han resuelto la interfaz de sus televisores, y la revisión 6.0 de ambas plataformas, que es la que incorporan sus propuestas este año, consolida esta tendencia.
Android TV ha tardado más en alcanzar la madurez, para ya está a la altura de Tizen OS y webOS
Android TV ha tardado más en alcanzar la madurez, pero tanto la revisión 9, incorporada en los últimos televisores de Philips, como Google TV, que tiene como base Android TV y cuenta con una interfaz renovada (nos lo proponen Sony y TCL en sus nuevos televisores), nos ofrecen una experiencia similar a la que nos proponen las últimas revisiones de webOS y Tizen OS.
Si nos ceñimos a su rendimiento, amigabilidad, vistosidad y disponibilidad de apps, Tizen OS 6.0, webOS 6.0 y Android TV/Google TV juegan en la misma liga. Los televisores que incorporan cualquiera de estas opciones nos garantizan una experiencia muy satisfactoria, aunque, como es lógico, es comprensible que algunos usuarios prefieran una de estas plataformas a las otras dos.
Panasonic deja sus televisores OLED algo rezagados en materia de software con su my Home Screen 6.0. Aún no hemos tenido la oportunidad de analizar una de sus nuevas propuestas equipadas con la última revisión de esta plataforma (el modelo OLED HZ1500 que analizamos el año pasado incorporaba la revisión 5.0), pero me extrañaría que los cambios introducidos en la versión 6.0 cambien mi percepción de este sistema operativo. En mi opinión, esta marca acertará si el año que viene despliega Android TV o Google TV en la mayor parte de su porfolio de televisores.
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