Recuerdo que de pequeño al irme a la cama en invierno mi abuela colocaba una compresa junto a mí. "No la quites, vas a dormir mejor" decía. Con -10ºC en la calle, ese objeto a punto de quemarme ayudaba. Nunca pensé que 20 años más tarde una empresa iba a extrapolar esta idea a un producto tecnológico conectado a un smartphone. Un wearable que actúa como termostato en tu muñeca.
Embr Wave es... es un producto difícil de categorizar. Se trata de un wearable, lo llevas en la muñeca a modo de pulsera. ¿Es una pulsera inteligente entonces? Más bien es un termostato con una correa para que se acople a la mano del usuario. Su misión es ayudarte a regular la sensación de calor o frío en el cuerpo. Importante recalcar "la sensación", que no es lo mismo que la temperatura corporal en sí. Spoiler: funciona.
Ficha técnica del Embr Wave
EMBR WAVE | |
---|---|
Tamaño | 52 x 39 x 13 mm |
Materiales | Aluminio, plástico y acero inoxidable en la correa. |
Temperaturas | Sensación de -11ºC a +13ºC |
Compatibilidad | App para iOS y Android |
Carga | microUSB (carga completa en 1:30 hr) |
Autonomía | Entre 30 y 50 sesiones (2-3 días de uso normal según el fabricante) |
Precio |
Cómo funciona exactamente Embr Wave
Embr Wave basa su funcionamiento en las sensaciones que ofrece la temperatura de la piel. Nuestro cerebro percibe más la temperatura de la piel y cómo impacta el exterior que la temperatura de las partes internas del cuerpo. La idea es que "engañar" al cerebro con un dispositivo que emita calor o frío en un área de contacto directo con la piel, para que de este modo el cerebro tenga una sensación más reconfortante a pesar de la temperatura real del entorno. La empresa tiene sus propios estudios científicos que avalan esta teoría. Como curiosidad, en 2013 ya nos hicimos eco de él cuando sólo era un prototipo.
El dispositivo cuenta con una zona de contacto directo con la piel. Dicha zona se puede calentar o enfriar a diferentes intensidades para conseguir transmitir la sensación de calor o frío al cuerpo. Se basa en el Efecto Peltier, que crea una diferencia de temperatura cuando la corriente pasa por dos metales conductores. De este modo, Embr Wave puede enfriar o calentar la zona de contacto con la piel, mientras que en la parte opuesta se produce el efecto contrario.
Los creadores de Embr Wave dicen que con una sesión de 3-5 minutos el usuario puede sentir hasta entre 11 y 13 grados centígrados más de frío o calor respectivamente. Esto es algo que por supuesto depende de muchos factores: temperatura corporal real, sensibilidad de la piel, estado físico del usuario, temperatura ambiente... o incluso la capacidad de cada uno de dejarse "engañar".
¿Qué dice la ciencia sobre todo esto? Le he preguntado a mi compañero Javier Jimenez al respecto:
Sobre el papel, parece razonable la idea de usar los distintos mecanismos que usa el cuerpo para saber si tiene frío o calor. Es algo que llevamos haciendo durante miles de años. Y digo “sobre el papel” porque, lamentablemente, la empresa no ha publicado aún estudios que nos permita analizar el funcionamiento del dispositivo con el detalle que sería necesario. Sin embargo, más allá de eso, surgen algunas dudas sobre su uso.
Por decirlo de forma directa, las personas no sentimos frío o calor por hobby. La sensación térmica nos suele dar información muy relevante sobre nuestro metabolismo. Tener frío de forma permanente puede ser, de hecho, síntoma de déficits como la anemia o enfermedades como el hipotiroidismo. Es decir, si realmente funciona, el sistema puede tener utilidad para ciertas situaciones, pero es algo que debemos usar con cuidado.
Un uso intuitivo y una app para sacarle todo el partido
El Embr Wave viene en la caja junto a cable microUSB de carga, un saquito/funda para guardarlo, un manual de instrucciones y una guía de uso rápido. Tampoco necesita una guía muy extensa, pues su uso es de lo más sencillo. Para comenzar a usarlo primero nos lo colocamos en la muñeca (da igual cuál de las dos) y nos aseguramos de que la parte interna tiene contacto directo con la piel. Un detalle a tener en cuenta es que es mejor si está colocado en la parte interna de la muñeca, no por fuera como un reloj normal. Esto se debe a que es una zona con una piel más sensible.
El dispositivo cuenta únicamente con una barra LED con tres botones. Los botones laterales son reguladores de temperatura y el central sirve para encender o pausar el dispositivo. Pulsando el botón izquierdo reducimos la temperatura, mientras que pulsando el botón derecho la aumentamos. Toda la barra cambiará de color para indicarnos si está emitiendo frío o calor, o si bien está pausado.
Una vez regulas la cantidad de grados que quieres (de -11ºC a +13ºC) el dispositivo comenzará a enfriarse o calentarse. Lo curioso es que no mantiene una temperatura constante, sino que manda impulsos/ondas de calor o frío. Según sus creadores esto está pensado así porque el cuerpo humano se adapta a la temperatura externa. Por eso nos acostumbramos a la temperatura de una habitación tras unos minutos si es diferente a la de fuera. Sin embargo, si la temperatura viene en ondas el impacto es mayor porque el cuerpo está percibiendo un cambio continuamente.
Las sesiones duran cinco minutos si son de calor o tres minutos si son de frío. No obstante dispone de otros modos con más duración y siempre se puede repetir la sesión. El límite lo pone la autonomía o el cambiar de frío a calor y viceversa, que a veces necesita un tiempo de espera (un minuto o dos) para cambiar su temperatura.
La barra LED tiene varios colores más aparte del rojo y el azul para indicar las sesiones de calor y frío respectivamente. Si está en verde es que se está cargando el dispositivo o emparejando con un smartphone. Si está en azul claro o ámbar es que está demasiado frío o caliente para empezar la sesión. Por último, si está en rojo parpadeando es que se ha sobrecalentando. No he tenido la oportunidad de experimentar las tres últimas.
Una app con modos, historial de sesiones y opciones extra
Como todos dispositivo tecnológico que se precie, el Embr Wave se conecta al smartphone por Bluetooth y con una app propia. La app, que se encuentra disponible para iOS y Android, permite añadir funciones extra al dispositivo, aunque es opcional. Ofrece por ejemplo un regulador de temperatura más visual que la barra LED e indica los grados que transmite (-11, -9, -7, -5, -4.-2, +2, +5, +8, +10 y +13). También mantiene un historial de las sesiones realizadas en los últimos días, indicando los minutos de sesiones frías o calientes realizadas.
Aunque lo interesante de la app son sus diferentes modos. Puedes escoger duraciones de cinco o tres minutos como hemos visto, pero también un modo con periodo alargado de 30 minutos. En dicho modo no funciona de forma continua, sino que realiza pausas y se enciende de vez en cuando para mantener esa sensación durante un tiempo más prolongado sin agotar su batería. El otro modo disponible es el modo sueño, que opera de forma similar para que puedas dormirte de forma más reconfortante.
La app también ofrece información sobre el estado de carga. Sus creadores indican que el dispositivo debe durar dos o tres días con una sola carga con uso normal. O entre 30 y 50 sesiones. Lo cierto es que en un dispositivo así es difícil determinar cuánto es un uso normal, en mi caso cada carga me ha durado casi una semana. Se carga en una hora y pico.
Como curiosidad, dispone de un modo de "calor extremo". A mi en +10ºC (que es el penúltimo nivel que permite el regulador) ya noto que me quema la piel (no lo hace), por lo que he preferido no utilizar el modo extremo. Ellos alertan que "hay un riesgo potencial de dolor", para pieles menos sensibles, ahí está la opción.
Un diseño en el que Embr Wave no tiene comparación (y eso no es necesariamente bueno)
A la hora de juzgar el diseño de un producto irremediablemente intentamos comprarlo con otros productos de la competencia para ver sus puntos fuertes o débiles. En este caso es más complicado, pues no hay otros productos similares en el mercado. Por una parte su tamaño puede parecer comprensible, para lo pequeño que es, es admirable que consiga calentarse tanto y sobre todo enfriarse. No obstante, es un tamaño demasiado grande para la muñeca. Cinco centímetros de alto, cuatro de ancho y trece milímetros de grosor hacen que sea difícil de ocultar e incómodo.
El producto en su mayor parte está recubierto de aluminio, con una parte interna de plástico así como las partes donde se une con la correa. Correa que por cierto es de acero inoxidable y estilo milanesa. Los telescopios visibles en la correa indican que de algún modo u otro se debe poder quitar para añadir otra diferente, algo que desde luego sería de agradecer, pues no es la más cómoda de todas. Una correa milanesa es elegante, pero fría como ninguna otra y desde luego incómoda para usarla en situaciones que propone la marca, como por ejemplo dormir.
El Embr Wave tiene en su superficie una serie de líneas orgánicas que simulan ondas, algo muy elegante que choca directo con el hecho de que utilice un plástico blanco en los laterales. En un producto con funciones centradas en salud/confort, quizás habría sido mejor apostar por una correa de silicona y un diseño más simple, aunque aquí es cuestión de gustos.
Dónde y cuándo usar Embr Wave
Sabiendo como funciona, es momento de ver dónde y en qué situaciones se le puede dar uso a Embr Wave. En líneas generales, en cualquier momento en el que uno se encuentre con frío o calor y no dependa de él cambiar la temperatura del entorno. Por ejemplo en una oficina con el aire acondicionado demasiado fuerte o por ejemplo caminando por la calle un verano con un sol insoportable.
La empresa también propone usarlo por ejemplo para dormirse (dándole la razón a mi abuela), como ya hemos visto incluye hasta un modo para ello. En este caso la sensación reconfortante al dormirte la tienes, la incomodidad al usarlo también. Estoy acostumbrado a dormir con reloj, sin embargo en este caso es demasiado grande y una correa de malla de metal no ayuda nada.
Para mí el mejor uso que le he encontrado es trabajando. Muchas veces me desconecto, poniéndome algo frío durante un periodo prolongado es como un aviso constante para mantenerme atento y en guardia. Cuánto de esto se debe a la pulsera y cuánto al efecto placebo es algo difícil de medir, si importa el resultado final... funciona.
Donde también me he visto usándolo constantemente es en el sofá leyendo o viendo una película. Teniendo en cuenta que en el momento de usarlo es invierno, el efecto que produce es similar al que tienes cuando acaricias con las manos una taza de chocolate caliente (aunque sin un chocolate que beberte).
Pero, ¿funciona?
Creo que es el producto más subjetivo que he probado en años. La sensación de calor o frío es diferente en cada persona y eso influye de forma directa si notas o no el efecto de Embr Wave. También es diferente la sensibilidad que tiene cada uno en la piel. Por otra parte, el propio producto tiene como objetivo modificar una sensación en el cuerpo humano, algo mucho más complicado de medir que medidas estándar del cuerpo.
Al final todo se reduce a la temperatura de la piel. La temperatura interna del cuerpo humano apenas cambia, suele moverse entre 36 y 37 grados centígrados. Sin embargo la temperatura que notamos puede ser muy diferente dependiendo de la situaciones externas, porque es la piel la que tiene contacto directo con el exterior. Poner algo frío o caliente contra la piel puede proporcionar un una sensación de frío o calor de forma temporal.
Embr indica que el dispositivo está pensado para aquellos que son más frioleros o los que tienen calor incluso en invierno. Resulta que no me encuentro en ninguno de esos extremos, por lo que decidí preguntarle a otras personas. Escogí a personas de géneros diferentes, edades variadas y condiciones físicas distintas. No es un estudio propio del CIS, aunque puede dar una idea mejor de la efectividad del Embr Wave.
Para la prueba puse el penúltimo nivel de temperatura disponible en frío (-9ºC) y en calor (+10ºC), con una pausa de cinco minutos entre ellas para que el cuerpo "olvide" la sensación anterior. Tras las sesiones les pedí que me puntuaran del 1 al 5 (nada, poco, suficiente, bastante, mucho) cuanto frío/calor habían sentido en comparación con su estado previo a la sesión. La idea general con la que me quedo tras ver los resultados es que el modo calor repercute más que el modo frío. En la siguiente tabla los resultados:
También pedí que me describieran las sensaciones al iniciar la sesión. El modo frío es el que más sorprende y en más de una ocasión la compararon con "un cubito de hielo sobre la muñeca". El modo caliente en alguna ocasión indicaron que quemaba, una de las personas no quiso describirme las sensaciones aunque lo hizo indirectamente con su respuesta: "déjame, esto es genial".
Por último quise saber si sintieron que de verdad su cuerpo había entrado en calor o se había refrescado durante la sesión. El resultado estaba relacionado directamente con la puntuación del 1 al 5 que dieron y una vez más, el modo calor parece ser que fue más efectivo que el modo frío. A mi curiosamente el modo que más me ha impresionado y al que más utilidad le veo es al frío, por el estado de concentración al que te puede inducir.
Embr Wave, la opinión de Xataka
He estado utilizando el Embr Wave durante varias semanas, prácticamente a diario y en situaciones de lo más variadas. Lo he usado en casa, lo he usado al salir de la piscina (que es prácticamente una sauna) a la calle en pleno invierno para "mantenerme en calor". Lo he usado para dormir (despertándome de madrugada para quitármelo por el arañazos). Lo he usado al trabajar en escritorio de oficina y hasta me he puesto el aire acondicionado con 10ºC en la calle para ver si hacia algo ante el hecho de que me estaba congelando sólo en casa.
Mi conclusión es que funciona. Dispositivo efectivo o efecto placebo, lo cierto es que funciona. Cumple en diversas situaciones y puede ayudarte a cambiar la percepción que tienes de la temperatura de tu entorno. Sin embargo es un dispositivo que depende mucho de cada usuario, la mayoría de personas notan que funciona, en mi caso sólo una me indicó que era "una tontería que no hace nada".
Me ha sorprendido mucho su capacidad para enfriarse y el mejor uso que le veo (para mí) es ponerme en alerta y atento al realizar actividades determinadas, o despertarme por las mañanas. En el lado opuesto, una chica (bastante friolera, de las que usa mantas hasta en verano) lo estuvo utilizando durante un día completo, me comentó que efectivamente le había sido muy útil para no sentirse con tanto frío.
Para saber lo que se siente sin disponer de él lo mejor es coger un cubito de hielo envuelto en una servilleta y colocárselo en la muñeca durante un minuto. O si quieres experimentar la sensación de calor, basta con tocar una taza de café/té caliente con la parte interna de la muñeca durante un minuto o dos.
El Embr Wave es sin duda un dispositivo único. Difícil de categorizar en un mercado concreto y difícil de medir su efectividad por un estándar. A pesar de ello, parece ser que funciona con el propósito con el que ha sido diseñado. El punto en el que falla de pleno es en el del confort, todo el confort que consigue regulando la percepción de la temperatura lo pierde en ergonomía. La correa es demasiada incómoda y los bordes y esquinas insuficientemente moldeados.
También hay que tener en cuenta su precio, los 299 dólares no son un punto a favor si quiere competir con una taza de té caliente, un suéter o un refresco con hielo. El Embr Wave funciona si se utiliza correctamente y le veo potencial en situaciones en las que el usuario se encuentra en público, donde una pulsera como esta es más disimulada que la taza de té o el refresco.
Es una primera generación, quizás en una generación futura se solucione el tema de la ergonomía y se pueda reducir el precio. Con la generación actual, en mi caso, es probable que acabe olvidado en un cajón y lo saque sólo en situaciones muy puntuales. Si en tu caso tras hacer la prueba del hielo y la taza de té le ves viabilidad, puedes adquirirlo desde su web oficial por 299 dólares. Eso sí, si funciona, debería usarse con cuidado como nos indica Javier Jimenez, no es un producto médico ni va a solucionar nada más allá de la percepción de frío o calor.
Más información | Embr Labs
Ver 21 comentarios