Los cuantificadores más exitosos de Fitbit fueron llamados a renovación en IFA. Flex 2 como sucesor de la pulsera más básica de la marca, y Charge 2 como cuantificador avanzado para quienes disfrutan haciendo deporte. Son los llamados a mantener al fabricante en el trono de la tecnología vestible, que ha mantenido durante años con no poca competencia. ¿Será suficiente?
Para contestar a esa pregunta hemos probado las novedades de la marca en Berlín, su catálogo de accesorios y su renovada aplicación; además de charlar con responsables de la marca que nos apuntan la dirección de la compañía.
Fitbit Flex 2 y Charge 2, primeras impresiones en vídeo
Podéis ver a fondo el diseño de las novedades de Fitbit y sus novedades en materia de pulseras, en vídeo:
Fitbit Flex 2, la renovación de lo básico se capuza
La línea Flex sigue siendo un núcleo que se introduce en las pulseras de goma. Solo que esta vez es hasta un 30% más pequeña, y se nota. La Flex 2 es no sólo menos voluminosa y llamativa que anteriormente, sino también más cómoda.
Al ser todo más fino, interferirá menos con las mangas de las camisas e incluso será más cómoda a la hora de irse a dormir. Por otra parte, que sea tan fina y además resistente al agua, compromete. La batería no se estira a más de los 5 días que veíamos con la original, lo que es sin duda su mayor debilidad.
Y es que la gran novedad de este nuevo núcleo es que, esta vez sí, es sumergible. Tres años ha costado, y no llega solo. Ahora, al reconocimiento de deporte automático se sumará la natación para este modelo. La resistencia es más que suficiente para cualquier uso: 50 metros.
Fitbit se ha toma cada vez más en serio la apariencia de sus dispositivos, y cada vez da mas opciones para que tengamos una que se adapte a cada situación del día o estilo de usuario. Tanto es así que cuesta seguirle la pista a las novedades en la propia feria a la cantidad de nuevas pulseras y accesorios disponibles.
Por supuesto, la intención es que no te la tengas que quitar por una estética desajustada, que la lleves todo el día y te enganche; o incluso que tengas dos, una para cada momento. Una Alta para trabajar y una Flex para el resto del ocasiones, por ejemplo.
Las posibilidades son muchas con la nueva Flex 2. Como con la original, además de los cuatro colores disponibles en lanzamiento estarán disponibles otros dos packs de tres pulseras adicionales. Y para ellas también llegan en ediciones más arregladas: brazaletes de acero bañado en plateado, dorado y bronce.
Por último, algo interesante. Fitbit se ha sacado de la manga unos colgantes donde también se introduce el núcleo, de forma que se pueden llevar las muñecas vacías. Un pequeño imán le hace saber que está en el pecho, desactivando el reconocimiento automático de actividades y contando también pasos.
Vimos la Fitbit Flex 2 en Berlín en versión prototipo. Se espera que sea lanzada, con todos sus accesorios y versiones el próximo mes de octubre.
Fitbit Charge 2, las novedades están fuera
Charge 2 es la renovación de su cuantificador en formato pulsera más ambicioso. Quizás con este modelo se emborronan los límites entre este y un formato reloj: su pantalla es cuatro veces más grande ahora, lo cual se agradece y no tanto.
La Charge 2 ya no distingue entre HR y modelo básico. Las mediciones de pulsaciones han llegado para quedarse y estar activas todo el día. Como novedad, calculará nuestro VO2 máximo a partir de nuestras pulsaciones. Esta estadística, utilizada por deportistas avanzados, nos revela el oxígeno máximo que nuestros músculos son capaces de quemar, por cada kilogramo de peso.
Así, sirve como vara de medir de la condición física: cuanto más oxígeno seamos capaces de consumir, más potencia será posible desarrollar por nuestros músculos. Será un indicador más que te diga “hey, no estás en muy buena forma”. O sí, quien sabe.
Ahora, siguiendo los pasos marcados por Alta, Charge 2 no es una única pieza de goma. Tenemos una banda central a la que se le fija la correa con un sencillo mecanismo de clic. Así, podemos cambiar la correa y el catálogo de opciones es, de nuevo, grande. Notamos, eso sí, que la nueva correa de Charge 2 es ahora más rígida, no tan suave. Ahora es "más resistente", nos dicen.
Charge 2 repite de nuevo 5 días de batería. Sin duda se trata de un punto débil a mejorar, aunque difícil. Con unas baterías tecnológicamente estancadas, sincronización continua y la obsesión porque las pulseras sean cada vez más y más pequeñas (esta no lo es), toca elegir.
De nuevo, Fitbit llega con un catálogo inicial, disponible hacia la segunda mitad de este mes, de cuatro colores básicos para las correas de goma, con el núcleo cuantificador en plateado. Habrá dos ‘ediciones especiales’ (prepara 30 euros más): una con el núcleo dorado y otra negro. Y además, podemos cambiar la correa por una de piel que, a decir verdad, no dio muy buena sensación en la feria.
Fitbit es “fitness first”: nada de smartwatch total, de momento
En Berlín tuvimos la oportunidad de charlar con Benoît Raimbault, director de marketing en Europa, Oriente Medio y África en Fitbit. Tratamos de acotar la dirección que está tomando el protagonista de la cuantificación a nivel mundial.
Como es obvio, esa primera posición no se va a conservar sola. Esperar su campaña navideña más potente visto el listón, es ambicioso. Según Raimbault, será a base de “Innovación, innovación, innovación, innovación; con más datos, más sensores”.
Durante IFA, desde Fitbit intentaron transmitir el mensaje de que ya no se consideran simplemente de una empresa de wearables, sino de una “empresa de salud”. Pretenden ayudar al usuario a eliminar riesgos manteniendo un ritmo de vida activo, a saber cuando “vas a enfermar”. Admitía que “no reemplazará al doctor, pero ayudará; permitirá al usuario tomar el control antes de tener que visitarlo”. Eso sí, teniendo en cuenta que “no son dispositivos médicos”.
Desde Fitbit son conscientes de que su aplicación cosecha gran parte del éxito de sus dispositivos, con retos que “mantienen enganchado al usuario”, y quieren seguir renovándola. Señal de ello son los nuevos desafíos personales, con recorridos virtuales en lugares icónicos (de momento en Yosemite) que vamos explorando y obteniendo recompensas. Además ha llegado un rediseño a su aplicación de iOS que, nos comentan, estará también para Android en cosa de uno o dos meses.
Entender que Fitbit es una empresa que quiere apuntar a la gente de a pie es fundamental. Una arista borrosa en el catálogo de Fitbit es qué pasa con los que van siendo cada vez más avanzados, que quieren más. En dos sentidos distintos: los que prueban a tener un dispositivo conectado al teléfono con cierto acceso a las notificaciones y buscan un smartwatch, y aquellos que entran de lleno a hacer deporte y cuantificar los pasos les sabe a poco.
Para los primeros, Raimbault criticaba a relojes con Android Wear: “es bien sabido que no es genial en la gestión de batería”. Por ello, adelantaba algo muy relevante, que no habrá un smartwatch ‘total’ (con acceso e interacción a notificaciones, aplicaciones…): “No. Somos un fitness first. No fitness como deporte, sino fitness para todo el día, para todo el mundo. Andar es fitness.”
Esto apunta a que quizás, para los segundos, tampoco habrá una oferta completa a corto plazo. Planteada la posibilidad de abrir el ecosistema, de beber de datos de otros, por ejemplo, utilizar un Garmin (o cualquier otra marca) en los entrenamientos pero llevar una Fitbit el resto del día. “Son un competidor, tenemos que empujar a la gente aquí. Puedes usar la Surge para el deporte y Alta para el día a día, los dos en la misma cuenta. Si usas un Garmin, y en el día a día un Alta, entonces... no."
No nos dan más datos por ahora de una posible renovación de la Surge, que llegó hace ya dos años y es la apuesta más profesional de la marca. "Por supuesto, estamos trabajando en nuevos productos, pero no te puedo dar un roadmap", decía Raimbault.
Entiende, eso sí, que “necesitas a terceros para enriquecer el ecosistema, no puedes hacerlo solo. Apple entendió eso muy bien. Es algo en lo que definitivamente pensaremos”. Hablaba, de momento, de un primer paso como su API para que terceros accedan a sus datos. Insistimos en la posibilidad de abrirles la puerta, y la poca probabilidad de que ocurra. “Así es”, afirmó.
Preguntamos por la duración de la batería y esos cinco días, ¿tan difícil es? “Sí, es difícil. Depende del tamaño de la pantalla, con qué frecuencia se refrescan los datos... Estamos haciendo desafíos, se tiene que refrescar en directo. Depende también de la frecuencia de medición cardíaca. Si lo haces cada minuto, cada hora; nosotros lo hacemos cada segundo. Queremos tener los mejores datos posibles. Quien alcanza 15, 25 días de autonomía no tiene actualización en directo o tienes que pedirle cuando quieres ver tu pulso... es un compromiso.”
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