Los wearables se han convertido en una parte más del catálogo de productos de tecnología para el consumidor. Estos generalmente vienen a modo de reloj o pulsera inteligente, siendo estos dos productos los más comunes y fáciles de fabricar. Alguna excepción hay como anillos o gafas inteligentes. Ahora bien, ¿por qué no directamente la ropa? Es lo que se planteó el MIT.
En un nuevo proyecto del MIT los investigadores han creado nuevas prendas de vestir que utilizan fibras inteligentes para sentir el movimiento de la persona a través de su tacto. Así pues, las fibras pueden determinar si una persona está por ejemplos sentada, caminando o en alguna postura más específica.
Calcetines que saben lo que pisas
Según sus creadores, esta nueva ropa con tejidos especiales puede ser útil para entrenamiento deportivo o rehabilitación por ejemplo. Además, dicen que podría monitorizar de forma pasiva la actividad del usuario e informar en caso de que haya una incidencia por ejemplo con una persona con movilidad reducida.
Entre los productos que los investigadores han creado con estas fibras especiales hay de todo, desde calcetines y guantes hasta chalecos. Por fuera y en utilidad son prendas de vestir tradicionales. En el interior es donde esconden una serie de fibras funcionales personalizadas para detectar la presión del usuario. Estas fibras son tan sólo una pequeña porción, mientras que el resto son fibras textiles tradicionales.
Si bien esto ya se podía hacer con anterioridad (y Google es una de las que más está apostando por ello), dicen que su método soluciona un problema importante: qué hacer cuando alguno de los sensores deja de funcionar. A menudo parte de los sensores se rompen o no responden, por lo que todo el sistema deja de funcionar. Dice el MIT que con su tecnología han añadido un algoritmo que es capaz de autocorregir por aprendizaje automático cuando ciertos sensores dejan de funcionar.
Como resultado, tienen calcetines que saben cuando una persona está caminando o un chaleco que indica la postura de la persona que lo lleva. Pero curiosamente donde ven potencial a esto es en la robótica y no en los humanos, permitiendo a los robots dotarlos de "tacto" al registrar correctamente la presión y el tipo de elemento con el que las fibras están en contacto. De momento, claro, es sólo un prototipo de investigación.
Vía | MIT
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