Hoy era el día elegido para mostrar al mundo el smartwatch Tag Heuer Connected, resultado de la colaboración entre Tag Heuer, Intel y Google para desarrollar un reloj de lujo inteligente basado en el sistema operativo Android Wear y con procesador de Intel. Las expectativas eran muy altas, aunque llega en un momento en el que los smartwatches están un tanto de capa caída.
La presentación de este reloj conectado ha pasado por momentos surrealistas, especialmente aquellos en los que Jean-Claude Biver, CEO de Tag Heuer y Presidente de la división de relojes en LVMH trataba de explicar cómo encaja un smartwatch dentro de una marca de relojes de lujo como es Tag Heuer.
Una tecnología sin sorpresas
Su diseño está en la línea de los relojes Carrera de Tag Heuer, con una corona de 46 mm de diámetro y un peso de 52 gramos. La caja es de titanio de grado 2 con revestimiento de carburo de titanio negro arenado y un pulsador también de titanio revestido con el escudo en relieve grabado. Es IP67, pero no sumergible al estilo que esperaríamos de Tag Heuer.
El brazalete es de caucho vulcanizado, con siete colores a elegir. En cuanto a la parte tecnológica, la pantalla con tecnología LCD LPTS transreflectante de 1,5'', táctil y con 360 x 360 píxeles de resolución recubierta por un cristal de zafiro. La batería es de 410 mAh, que dura 25 horas con un "uso normal" y carga inalámbrica, con un procesador Intel de doble núcleo (un SoC Quark). Integra Bluetooth LE y WiFi de 2,4 GHz.
Un smartwatch lobotomizable
La verdad es que esperábamos más de este anuncio por parte de Tag Heuer. Bastante más. Parece no fallar en la parte mecánica e industrial, pero la parte "smart" es más de lo mismo. Es de suponer que incluso Tag Heuer esperaba en un principio haber hecho un producto mucho más ambicioso, y "eterno", cuando se planteó este proyecto hace un año.
La tecnología es un punto de obsolescencia incompatible con la idea que tienen los relojeros suizos sobre la durabilidad de sus creaciones, y un smartwatch tiene fecha de caducidad. Jean-Claude Biver, de todos modos, insistió en que el Connected era un reloj "eterno". Pero, y aquí es donde está la parte surrealista, la forma de hacerlo será extrayendo la parte electrónica y reemplazándola por una mecánica tradicional.
Así pues, por un precio recomendado de 1.350€ se tiene un reloj "smart" que con el paso del tiempo, (la garantía es de dos años) se puede convertir en un reloj mecánico. No sabemos cómo interpretar esto: puede que Tag Heuer piense que lo de los relojes "smart" sea una moda. O simplemente es una solución de compromiso ante el papelón que es diseñar un reloj de lujo al estilo suizo que sea conectado, con un procesador dentro, pero que no lo parezca.
No se dieron detalles sobre cuánto costará esa operación de "lobotomia", que imagino que ni a Intel ni a Google le habrá sentado demasiado bien que se contase justo en el momento de la presentación a raíz de la pregunta que hizo a Jean-Claude Biver su jefe, Bernard Arnault, Chairman y CEO de LVMH (uno de los grupos más importantes dedicados al segmento del lujo) sobre cómo habían resuelto el problema de la obsolescencia de la parte "smart" del reloj.
Una cosa más
En la presentación, Jean-Claude Biver tuvo su minuto de gloria para la eternidad cuando preguntó a Brian Krzanich, CEO de Intel, si el reloj tenía en su interior un ordenador. Brian dijo que sí, y Jean-Claude, entusiasmado, comentó que incluso sería posible, una vez extraído el ordenador del reloj, conectar un teclado y una pantalla para usarlo en casa como equipo de trabajo. Un comentario que da pie a muchas lecturas, la verdad.
Si quieres ver la presentación de nuevo (recomendable, en serio, si te gusta leer entre líneas), puedes hacerlo aquí mientras esté disponible. El idioma es el Inglés, pero es una presentación realmente surrealista a ratos.
Por lo pronto, aunque poco sorprendente por su tecnología, el Tag Heuer Connected parece un reloj bien hecho, pero complicado de vender. En el segmento del lujo, encaja bien como reloj para regalar a los más jóvenes de la casa con pasión por la tecnología. Para entusiastas de la tecnología con poder adquisitivo también puede ser una opción, pero no para un usuario "clásico" que preferirá comprarse uno mecánico en vez de transformar el Connected más adelante.
Para usuarios de a pie, con un poder adquisitivo normal, no es tampoco demasiado atractivo. Hay opciones por precios más terrenales. Comparado con el Apple Watch, la verdad es que no parece que vayan a interferir mutuamente en el mercado. Aunque el mensaje subyacente de Bernard Arnault, Chairman y CEO de LVMH, a los compradores del Apple Watch Edition es que dentro de tres años tendrán un reloj obsoleto en sus muñecas.
Via | Tag Heuer
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