Finalmente apareció, el nuevo MacBook Pro totalmente rediseñado y siguiendo la estética del MacBook Air, algo que era totalmente esperado y lógico más aún viendo que precisamente esa característica es una de las que más importan en Cupertino.
Pero bastante más interesante que el diseño del nuevo MacBook Pro es, a mi parecer, el hardware. Dentro encontraremos un procesador Intel Core 2 Duo a 2.4, 2.53 o 2.8 GHz, ninguna novedad sorprendente más allá de lo que ya hemos visto en otros ordenadores.
Si vamos al apartado de la tarjeta gráfica, aquí es donde la cosa empieza a ponerse interesante. Los MacBook Pro incluyen de serie una configuración con doble tarjeta gráfica, dos NVidias una de ellas integrada, una GeForce 9400M, y otra ajena a placa, no integrada, modelo GeForce 9600M GT y con cantidades de memoria que dependen del procesador elegido. La 9400M tiene 256 MB de memoria GDDR3 compartida, mientras que la 9600M GT tiene 256 o 512 MB.
La gracia de esta jugada es permitir que el ordenador portátil pueda disminuir el consumo cuando no se requiere una potencia gráfica alta, de forma que sólo se active el funcionamiento de la gráfica integrada, la 9400M. Cuando el sistema necesite un mejor rendimiento en este aspecto, por ejemplo en videojuegos o programas de diseño, entonces el sistema operativo podrá poner en funcionamiento la 9600M GT, con mayor potencia.
Este cambio entre una gráfica y otra se pone en marcha de forma totalmente transparente al usuario (ver nota al final de la entrada), quien posiblemente lo note debido a una mejor ventilación o mayor calor en determinadas zonas del ordenador.
Este sistema de una doble tarjeta gráfica se venía implementando en algunos de los ordenadores de más alta gama, aunque la principal diferencia respecto a este MacBook Pro es que era necesario activar un interruptor para hacer la permutación. De igual forma, se podía hacer en caliente.
Gracias a la nueva potencia gráfica, el MacBook Pro dispone también de una salida de vídeo Mini DisplayPort, un puerto que no se había visto antes en ordenadores portátiles. Según Apple, ellos piensan que el HDMI no es lo suficientemente potente como el DisplayPort, y por ello esta decisión. Curiosamente, Apple también ha aumentado el precio de sus adaptadores Mini DisplayPort a VGA o DVI, que ahora cuestan 29 euros mientras que antes con el MiniDVI tenían un precio de 19.
Si el apartado gráfico me parece sin duda alguna la principal novedad del dispositivo, Apple también ha cambiado radicalmente la memoria RAM, incorporando ahora memorias DDR3 a 1.066 MHz a toda su gama de ordenadores portátiles. Se mantiene la cantidad, 2 GB, pero se mejora la calidad, ya que la frecuencia de las anteriores DDR2 eran 667 MHz. Los precios de la mejora de 2 a 4 GB en la Apple Store comprando el ordenador de nuevas siguen siendo bárbaros, 140 euros, aunque los dos modelos más altos (con micro a 2.53 y a 2.8 GHz) ya incorporan los 4 GB, supuestamente el máximo soportado por Mac OS X, el sistema de Apple.
La pantalla ahora es de tipo LED, pero Apple no ha puesto en el mercado un MacBook Pro de 17 pulgadas con el nuevo diseño, sino que mantiene el anterior modelo por un precio de 2.400 euros y sin novedades en cuanto a hardware. Por ahora sólo hay una única versión en dos sabores diferentes, ámbos con 15 pulgadas y con resolución de 1.440×900 píxeles.
En cuanto a discos duros, Apple permite discos SSD en los nuevos MacBook Pro, aunque lógicamente es una opción carísima. Por ahora el único disco disponible, de 128 GB, tiene un precio ‘extra’ de 450 euros.
Los discos de tipo tradicional que incluyen son de 250 o 320 GB, dependiendo del modelo escogido y en ambos casos a 5.400 rpm. Se pueden utilizar discos de 7.200 rpm, también en 250 o 320 GB, pagando su correspondiente extra. En todos los casos son de 2.5 pulgadas.
Un punto curioso: El nuevo MacBook Pro no incluye Blu-Ray, ya que según Steve Jobs en una de las respuestas al final de la conferencia, el Blu-Ray es una bolsa de dolor. Creo que con esa frase queda bastante claro que aún falta mucho para que Apple decida montar en sus dispositivos el nuevo ‘estándar’ de discos ópticos del mercado, y sus razones tendrán para realizar semejante afirmación tan rotunda.
El trackpad de esta renovada versión del portátil para profesionales de Apple también ha sido modificado, al igual que el de sus hermanitos más pequeños. Además de ser multitáctil, tecnología que ya se encontraba en la anterior versión del Pro, ahora incluye una protección de cristal parecida a la que vimos en los nuevos iPod Nano 4G. A su vez, se ha eliminado el botón que emulaba el click del ratón, cosa que no termina de convencerme y que no se había visto antes en ningún portátil.
Respecto al resto de características, nada fuera de lo común. Teclado retroiluminado, cosa que siempre se agradece, batería que ha cambiado para adaptarse al nuevo diseño, pero cuyo número de celdas desconocemos, una carcasa totalmente hecha en aluminio, y por supuesto el nuevo diseño. Falta saber qué ha pasado finalmente con el chipset, que se dijo que era de NVidia pero que aún no se ha confirmado. Ah, el nuevo diseño casi se me olvida comentarlo.
Los cambios de este nuevo MacBook Pro afectan sobretodo a lo interno. Sí, Apple lo ha rediseñado por completo, adaptándose como ya dije anteriormente a la línea del MacBook Air. Sí, estoy de acuerdo en que las nuevas curvas del portátil profesional de Apple son muy acertadas, desde mi punto de vista mucho más bonitas y que lo hacen un producto muy a la línea que todos conocemos en el fabricante. Pero el hardware es de lo más potente disponible hoy en día en el mercado en un ordenador portátil.
Por un lado tenemos una doble gráfica de última generación, memorias DDR3 de última generación, la posibilidad de añadir discos SSD desde la fábrica, teclado retroiluminado (que aunque parezca mentira son bastantes pocos los que lo incluyen), salida de vídeo Mini DisplayPort, Firewire 800 y procesadores Intel de doble núcleo de hasta 2.8 GHz.
Aunque me parece un producto muy acertado a nivel de componentes, de hardware, he de decir que hay dos cosas en las que discrepo totalmente.
Por un lado, Apple no ha incluido procesadores quad-core en el MacBook Pro, cosa que sí existe en algunos portátiles desde hace unos meses. Si estás fabricando un portátil para profesionales, hazlo en condiciones permitiendo que el usuario/cliente escoja lo máximo, y por supuesto optimiza tu sistema operativo (que para algo es tuyo) para maximizar el rendimiento de estos nuevos procesadores.
Tal vez el sistema operativo sea la razón por la que los quad-core aún no han llegado a los MacBook Pro, y es que es posible que el Snow Leopard, el que será una actualización del sistema operativo de Apple, traiga una mejor compatibilidad con procesadores de arquitectura de 64 bits y de cuatro núcleos. Por ahora no hay muchos datos sobre esto, aunque no, los nuevos MacBook Pro no tienen quad-core.
Por el otro lado, el Blu-Ray. Por mucho que no le guste a Apple ya es oficialmente el nuevo estándar en almacenamiento óptico, y lo será durante unos cuantos años más. Apple debería tenerlo muy en cuenta y no escudarse en que como iTunes vende ahora vídeos en HD, el Blu-Ray es un niño malo. Parece una pataleta de niño pequeño.
Los precios de estos nuevos MacBook Pro empiezan en los 1.750 euros en la tienda oficial española, con la posibilidad de mejorar el equipo de una forma muy amplia y a su vez bastante cara.
ACTUALIZACIÓN: parece que, al contrario de lo que pensaba al inicio, Mac OS X requiere un cierre de sesión para cambiar entre una gráfica y otra. Lógicamente es un aspecto que juega muy en contra de esta nueva característica de la doble gráfica, ya que al cerrar la sesión es necesario salir de todas las aplicaciones abiertas en el sistema (Vía Engadget, más en el soporte oficial de Apple).
En Xataka | MacBook Pro.
En Applesfera | Nuevo MacBook Pro.
Más información | Apple.
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