Tal y como ya hemos comentado, Google ha anunciado la reestructuración completa de Google en una empresa nueva, Alphabet, que actuará como matriz de todos los productos y servicios que actualmente vende Google.
Este paso anunciado, es un paso lógico dentro de la ordenación de ramas empresariales de una empresa que se encuentra ya presente en áreas tan dispares como la publicidad en la red o el desarrollo de vehículos autónomos, una área de inversiones, I+D... Google está metida en actividades tan dispares que, a nivel estratégico, una separación mercantil de actividades es el paso más lógico que se puede dar.
La estructura actual de Google y su transformación en Alphabet
Google mantiene desde 2014 tres series de acciones en circulación, series que tienen su origen para dotar a sus fundadores, Larry Page y Sergey Brin, con un control de la compañía. Las acciones actuales de Google se dividen en 3 series: la serie B que no cotiza en bolsa y es propiedad de los fundadores, la clase A que la controlan inversores institucionales y la clase C que son acciones que se crearon en 2014 mediante split de la clase A y que no tienen derechos políticos.
Esta estructura de acciones se mantiene en Alphabet, dado que lo que se realiza es un canje del total de Google por las acciones de la nueva empresa y una vez todos los accionistas actuales de Google, se hayan traspasado a Alphabet, entonces se realiza la división interna de ramas de actividad.
¿Qué pasa con los accionistas actuales de Google?
Como ya he comentado, el punto clave de la creación jurídica de Alphabet está en la cesión base de todos los activos y pasivos de Google a la empresa matriz. A efectos de los accionistas, lo que se hace es un canje de acciones del Google actual a la nueva empresa, por lo que automáticamente y a partir del 4º trimestre, los que poseen acciones de Google verán cómo se transforman en acciones de Alphabet.
Esto tiene una ventaja directa y es que pasan a formar parte de una empresa que tiene en su mapa estratégico abrir más filiales, mercados y ramas de actividad y también tienen el inconveniente de pérdida teórica de beneficios en aquellas actividades en las que Alphabet no actúe como socio único en sus desarrollos.
Diferenciación de ramas de actividad desde Alphabet
Una vez la estructura jurídica de Alphabet esté operativa, cotizando, autorizada por la SEC y con todos los requisitos legales en orden, la empresa creará diferentes sociedades para dirigir sus actividades de manera diferenciada. ¿Quiénes serán los propietarios de estas nuevas empresas? Aquí se abren dos vías, dado que pueden darse estructuras donde el 100% del capital de las filiales esté en manos de Alphabet o bien, se puede dar la entrada a accionistas externos en estas empresas de nueva creación y este es el "riesgo" de las estructuras en holding para los accionistas minoritarios.
Un ejemplo (ficticio completamente ojo). Si Google quiere asociarse con un fabricante de vehículos para mejorar la producción e investigación de su vehículo autónomo, con este tipo de estructura en holding, lo tiene mucho más fácil que con una empresa solo que agrupe todas las actividades.
Esto también le va a servir para poder mejorar mucho sus estructuras jurídicas en Europa, sus incursiones en el sector financiero o incluso, la creación de sociedades que nada tienen que ver con la actividad actual de la compañía. No sería de extrañar en un futuro no muy lejano un Google Bank o como lo quieran llamar.
El reporte de informes económicos, global y por áreas
Actualmente, si Google da resultados por separado de sus áreas de actividad es porque quiere, pero no está obligado a ello. Por ejemplo, Google presenta diferenciados los resultados de publicidad por un lado, sites por otro... Esto en la nueva estructura empresarial cambiará bastante, dado que cada filial reportará cuentas individuales y la matriz presentará los resultados agregados.
Aparte, se tendrá un mayor control sobre las empresas creadas fuera de EEUU y, por tanto, la transparencia general de la empresa aumentará notablemente.
Las reestructuraciones en empresas del tamaño de Google son lo más normal de mundo y lo raro es que hayan tardado tanto en darle la forma legal al tema. Facebook, Amazon y el resto de grandes compañías tech, seguirán sus pasos, puesto que el ritmo de crecimiento, adquisiciones e incursiones en nuevas áreas de negocio es constante y una estructura en holding, facilita ampliamente toda la dirección estratégica de la empresa.
Los impuestos de Google en el futuro
Lo que se encuentra en una opacidad bastante importante es el uso de Delaware por parte de Google y en el futuro por parte de Alphabet. Las cuentas públicas de Google estiman que el total de impuestos que pagan sobre su renta mundial no llega al 20% cuando sólo en EEUU la tasa de impuestos equivalente para una empresa es del 35%, pero el uso de filiales en Irlanda para gran parte de sus ingresos en Europa baja sustancialmente el porcentaje total de impuestos que paga fuera de EEUU.
Ahora mismo, Google sigue manteniendo el domicilio social en Delaware con todo lo que conlleva a efectos de la gestión de sociedades patrimoniales. Delaware es un paraíso fiscal dentro de EEUU para todos los beneficios de empresas que obtienen ingresos por la vía de no residencia de filiales en el extranjero, que no obliga a publicar las cuentas y que permiten cierta opacidad sobre operaciones financieras.
No se puede afirmar absolutamente nada de lo que pasará en el futuro, pero es harto probable que Alphabet siga manteniendo una estructura fiscal a la actual, en la que centralice los ingresos de fuera de EEUU en territorios de baja tributación, que use Delaware para no tributar por los ingresos del exterior de EEUU y que tribute en California por los resultados obtenidos dentro de EEUU. Todo esto, hasta que no arranquen las publicaciones de los resultados de la nueva empresa, serán sólo rumores que no se podrán confirmar si la compañía no explica claramente su política fiscal.
En Xataka | De la A a la Z: los servicios, iniciativas y empresas de Alphabet
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