Te adelantamos, siempre fieles a nuestra vocación de servicio público, la queja que vas a leer una y otra vez en todas las críticas de 'Super Mario Bros. La película', incluso aquellas que valoren de forma positiva esta esperadísima adaptación de las peripecias del fontanero de Nintendo en el Reino Champiñón. Y esa queja es: la película es trepidante y funciona, pero el guión es esquemático y sencillote hasta el extremo.
Y esa es una cuestión que, francamente, no se puede discutir demasiado. No es ya que el argumento de la película se pueda explicar en solo un par de líneas, que se puede (por accidente, Luigi y Mario son absorbidos desde Brooklyn al Reino Champiñón y ven separados sus caminos; Mario se unirá a la Princesa Peach para enfrentarse a Bowser y rescatar a su hermano de las garras de su terrible némesis). Es que, además, nada de lo que sucede en la película tiene la menor explicación lógica.
¿Qué son las tuberías y por qué conectan mundos? ¿Cómo funcionan las setas en Reino Champiñón, por qué algunas son una especie de seres sentientes, y otras dan poderes? ¿Qué son las estrellas y qué tipo de poder otorgan a quien las toma? ¿De dónde viene Peach? Esta y literalmente decenas de otras preguntas quedan sin contestar. Habrá quien lo considere un problema (o un problema menor, ya que la película es divertida, pero problema al fin y al cabo). Por aquí consideramos que casi funciona como una virtud.
Videojuego puro
Las adaptaciones de videojuegos al cine siempre han tenido un problema: los argumentos. Es relativamente sencillo adaptar un juego con un componente narrativo fuerte ('The Last of Us'), pero todos tenemos en mente los irregulares resultados (o, cuando menos, chocantes) en los que devienen las adaptaciones de videojuegos con una historia esquemática: 'Street Fighter', la película previa de 'Super Mario Bros.', 'Double Dragon'... Soluciones: o dan una narrativa lineal a lores mastodónticos (y a veces funciona, como 'Mortal Kombat'), o se inspiran muy someramente en los originales, asumiendo que estamos en medios distintos.
Sin embargo, el guión de esta 'Super Mario. La película' (escrita por Matthew Fogel, cuyo único trabajo anterior había sido en la última película de los Minions) parece saber que la esencia de los videojuegos de Super Mario es engañosamente sencilla, y quiere permanecer fiel a eso. Sabe que una película al uso tendría que preguntarse cómo funciona ese mundo, qué efectos tiene la magia, cómo se conectan las dimensiones de Mario y Peach, y eso sería desviarse de la esencia de los juegos, que observa con naturalidad la disparatada mezcla de elementos de sus mundos de fantasía.
Los juegos de Mario siempre han tenido argumentos esquemáticos ("rescata a la princesa", para luego pervertir el tropo una y otra vez) y cuando lo han tenido algo más elaborados, como en sus aventuras a partir de Nintendo 64, siempre han sido completamente superfluos. Algo de eso hace la película, consciente de que estamos aquí para ver a Super Mario en acción. Y desde ese punto de vista, no se detiene ni un segundo: alambicados circuitos de plataformas, persecuciones en kart, y muchos cambios de tamaño y velocísimos paseos por tuberías.
Hace unas semanas, uno de los directores de la película dijo que Chris Pratt había conseguido con su trabajo (por otro lado discutible: al Mario regordete no termina de encajarle la voz heroica del actor, pero tampoco es ninguna tragedia) dotar de cierto peso dramático al personaje. Me eché a temblar, pensando en tramas secundarias sobre traumas infantiles o sobre el valor de la familia. Falsa alarma: 'Super Mario Bros. La película' es tan descerebrada como el personaje merece que lo sea.
Esquivando una buena cantidad de peligros (ni se pone sentimental, ni se ve sepultada por los guiños y homenajes -que hay, pero que gracias al esquematismo argumental brotan y se olvidan sin ningún problema-, ni está obsesionada con servir como punto de partida para una saga de películas), 'Super Mario Bros. La película' funciona, y ya. Hay algún problema, como lo poco aprovechadas que están algunas voces (especialmente la de Jack Black), pero su falta de compromiso con la moda de las películas deprimentes y plomizas es una excelente noticia para quien quiera hora y media (otro regalo) de persecuciones, trompazos y emoción. Como los videojuegos.
Cabecera: Universal
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