Ocurre a menudo que, dependiendo de la perspectiva que se adopte, un mismo fenómeno puede cambiar como el día y la noche. Difícil encontrar sin embargo un caso tan claro, con dos miradas tan rematadamente contrarias sobre una única realidad, como el que acaba de dejar Microsoft.
Para saber en qué medida afecta el teletrabajo a la marcha de la compañía, sus responsables decidieron encuestar a parte de la plantilla. La cuestión resultaba muy simple. Al menos en teoría y sobre el papel: ¿Cómo influía el trabajo en remoto, realizado fuera de la oficina, en la eficiencia?
Cuando le tocó responder a los empleados la conclusión fue clara: en casa se produce igual o incluso más que en la oficina. Así lo vio el 87% de los trabajadores entrevistados, convencidos de que estaban siendo tan o incluso más eficientes en remoto que en los edificios de Microsoft.
La sorpresa llegó cuando se comparó ese dato con el que aportaron los gerentes, los responsables precisamente de coordinar el trabajo. En su opinión las cosas son muy distintas: la inmensa mayoría, el 80%, estaba en desacuerdo con las optimistas conclusiones de sus subordinados.
Una realidad, dos lecturas
Visto de otro modo. A cuatro de cada cinco cargos directivos les preocupa que, al teletrabajar, su personal resulte menos productivo de lo que lo sería si estuviese en la sede corporativa.
“Tenemos que superar lo que describimos como ‘paranoia de la productividad’ porque todos los datos que tenemos muestran que el 80% o más de las personas sienten que son muy productivas, salvo que su gerencia piensa que no lo son”, explica el director ejecutivo de Microsoft, Staya Nadella, a la BBC, la cadena británica que ha revelado las conclusiones de la encuesta.
Porcentajes al margen, el informe deja una lectura poco edificante. “Significa que hay una verdadera desconexión en términos de las expectativas y lo que sienten”, admite el directivo de la multinacional, que elaboró su informe con testimonios de más de 20.000 empleados de once países.
La cuestión es clave porque —como también ha reconocido el propio Nadella— es poco probable que en los lugares de trabajo se acaben recuperando los hábitos previos a la pandemia, un período en el que la modalidad de trabajo a distancia se multiplicó por causas de fuerza mayor.
Los datos [compartidos con la BBC](Staya Nadella) por Ryan Roslansky, de LinkedIn, muestran que si antes de la crisis sanitaria solo el 2% de las ofertas activas en la red social mostraban la posibilidad del trabajo remoto, a día de hoy rondarían ya el 15%. Hace algunos meses alcanzó incluso el 20%. No está mal teniendo en cuenta que la plataforma suele tener alrededor de 15 millones de vacantes.
Durante la pandemia Microsoft fichó a unas 70.000 personas que, explica Nadella, descubrieron la compañía “a través de la lente” de la crisis sanitaria. Ahora la multinacional aspira a “darles energía” y “ayudarles a formar conexiones sociales”. Los empleados pueden desarrollar en casa hasta el 50% de su tiempo de trabajo y optar a un porcentaje mayor si reciben antes el Ok de la dirección.
La relación de algunas grandes multinacionales con el teletrabajo a medida que la amenaza de la pandemia remitía no siempre ha sido cómoda. En Apple la plantilla pidió una mayor flexibilidad para desarrollar su jornada desde casa y Tesla ha optado directamente por exigir a sus empleados que retomasen sus tareas de forma presencial al menos durante 40 horas semanales.
Imagen de portada | Bhupinder Nayyar (Flickr) y Robert Scoble (Flickr)
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