El auge del teletrabajo hizo más habitual un término que, hasta 2020, solo estaba reservado para unos pocos privilegiados en todo el mundo: los nómadas digitales, cuyos empleos 100% en remoto les permite trabajar desde cualquier rincón del mundo.
Según datos del estudio ‘State of Independence 2023’ de la consultora estadounidense MBO Partners, solo en ese país hay 17,3 millones que se definen como nómadas digitales, lo que supone un incremento del 131% con respecto a 2019. "Irónicamente, la visa de 'nómada' no se hace para nómadas" declarabaa Financial Times Gonçalo Hall, director ejecutivo de NomadX, una consultora especializada en nómadas digitales.
Nómadas digitales: un chollo para los estados. Como destacaba el experto, los países del mundo, entre ellos España, se han afanado en aprobar leyes para otorgar visados de nómadas digitales con muchas ventajas para este colectivo. El motivo: tributan en el país, no generan gasto social y no quitan el trabajo a los locales. Sin embargo, el principal objetivo de "mimarles" tanto al llegar, es intentar retenerlos para que dejen de serlo. Es decir, dar visados a los nómadas digitales, para que dejen de ser nómadas y se establezcan a largo plazo en ese territorio.
No son una amenaza para el empleo local. Se tiende a pensar en el nómada digital como un profesional liberal que trabaja por cuenta propia. Sin embargo, los datos de la encuesta de MBO Partners revela que, al menos en el país con más población de nómadas digitales, el número de nómadas digitales contratados por empresas (10,7 millones) supera a los autónomos (6,6 millones).
Es decir, son profesionales de alto poder adquisitivo, que no va a competir por el puesto de un empleado local porque ya vienen contratados por una empresa de otro país y para el caso de los nómadas digitales en España, solo pueden recibir un 20% de sus ingresos de empresas locales.
Recaudar sus impuestos... Los visados para nómadas digitales les permiten vivir en un país y trabajar para empresas ubicadas fuera de ese territorio de forma remota. Eso implica que los nómadas digitales no tributan como el resto de ciudadanos de ese país, y solo tributan por un determinado porcentaje de impuestos en el país de acogida. En España, los nómadas digitales aplican un tipo impositivo del 24% cuando sus ingresos son menores de 600.000 euros, mientras que en Portugal es del 20% y en Países Bajos era del 30%.
…sin pagar prestaciones sociales. El hecho de tributar menos que un local, también le aporta menos derechos y prestaciones sociales. Los nómadas digitales deben contratar con un seguro médico privado con coberturas equivalentes a las que ofrece el Sistema Nacional de Salud (no de viaje). Al no cotizar en España, tampoco tienen derecho a recibir una prestación social (jubilación, desempleo, maternidad, etc.), ni a ningún subsidio social. Además, habitualmente tiene una buena capacidad de consumo, lo que garantiza ingresos para economía local.
Uno de los requisitos para el visado de nómada digital en España, es el de acreditar unos ingresos mínimos mensuales del 200% del SMI, más el 75% por la primera persona reagrupada y del 25% del SMI por cada persona adicional del núcleo familiar.
Europa no quiere nómadas europeos. Un buen indicador de esa estrategia de retención de nómadas digitales para que dejen de serlo, es que, todos los visados para nómadas digitales que expiden los países europeos, son para ciudadanos no europeos. De lo contrario, tendrían que acogerse a las directrices del espacio Schengen (libertad de tránsito) y aplicar los acuerdos tributarios intracomunitarios de la UE. Ese cumplimiento hace que a los estados no les sea tan rentable acoger a esos nómadas digitales.
Serios daños colaterales locales. Portugal, Países Bajos, y recientemente España, han comprobado en primera persona el impacto que genera la llegada masiva de nómadas digitales a una determinada ciudad. En los destinos mejor valorados por los nómadas digitales, como Lisboa o Málaga, el efecto más notable es el incremento del precio del alquiler de la vivienda, que se adapta a rápidamente a los abultados bolsillos de los recién llegados. Eso ha tensionado el mercado inmobiliario local agudizando la gentrificación de esos centros urbanos.
Cebos para captar talento. El objetivo último de los países que emiten visados para nómadas digitales es atraer a empleados altamente cualificados, y que estos se establezcan definitivamente en el territorio. Eso suma un nuevo activo de talento altamente especializado que, además, no le ha costado nada al sistema educativo local.
Giorgia Maffini, experta en impuestos de PwC en Reino Unido, confirmaba al Financial Times, que los países que ofrecían visados para nómadas digitales tendían a ser "un poco menos competitivos y con poblaciones envejecidas". De ese y de ese modo, esos países compensaban la falta de mano de obra joven y mejor cualificada.
Un problema fiscal de 40.000 millones. La salida de nómadas digitales de un país representa un serio problema. "En la mayoría de los países, el impuesto a rendimientos salariales es el que aporta la mayor recaudación. Si empiezas a ver que mucha gente se va de tu país, eso se convierte en un problema", señalaba Dino Sagra, socio de la compañía de servicios Crowe al Financial Times.
Un informe del Fondo Monetario Internacional cifra en 40.000 millones de dólares la reasignación a terceros países de impuestos sobre la renta de los nómadas digitales. Es decir, impuestos que deberían recaudar los países de las empresas para las que trabajan, pero se recaudan en los que se vive.
En Xataka | Casas a un euro para nómadas digitales: la idea de un pueblo de Cerdeña contra la despoblación
Imagen | Unsplash (Avi Richards)
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