El problema de Meta no es haber perdido 13.000 millones en el metaverso: es no haberlos invertido en la IA

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Los negocios son en gran medida cuestión de puntería. Marck Zuckerberg acertó en la diana cuando en 2004 lanzó una red social que no tardó en hacer sombra a otras plataformas de su misma quinta o incluso más asentadas y arraigadas en ciertos mercados, como MySpace, Orkut, Fotolog o, en el caso de España, Tuenti. Hace de aquello dos décadas y hoy, con la compañía de Zuckerberg embarrada en el Metaverso mientras otras firmas emergentes crecen gracias a los vientos de la inteligencia artificial (IA), la gran pregunta es: ¿Sigue acertando? ¿Ha estado dedicando miles de millones de dólares a la apuesta de futuro equivocada?

Los últimos datos ayudan a dibujar el marco.

13.700 millones en pérdidas. Ese es, en resumen, el cuestionable balance que dejó en 2022 la división Reality Labs de Meta, la responsable de los proyectos y las tecnologías de realidad virtual, claves para el Metaverso. El dato lo ha publicado la CNBC, que explica que a lo largo del cuarto trimestre de 2022 ese departamento registró una pérdida operativa de alrededor de 4.280 millones de dólares. Si se tiene en cuenta el conjunto del ejercicio el dato se eleva a 13.720 millones.

Un dato más, no el primero. El dato es llamativo, pero no el primero que da una idea de la apuesta de la rebautizada Meta —antes Facebook— por el Metaverso soñado por Zuckerberg, quien hace meses compartía su deseo de que ese universo virtual llegase a sumar “alrededor de mil millones de personas haciendo cientos de dólares en comercio” durante la segunda mitad de la década. Para lograr semejante objetivo es necesario una inversión que se mueve ya en sumas respetables.

La compañía ha invertido miles de millones de dólares en dar forma a la gran ambición de Zuckerberg. Hace un año The New York Times publicaba que solo en 2021 la empresa se había gastado 10.000 millones en ese propósito. Una inversión semejante —recordaba el rotativo estadounidense— equivale a cinco veces más la suma que pagó la Facebook para hacerse con Oculus VR en 2014 y multiplicaba por diez el desembolso realizado por Instagram años antes, en 2012.

Mientras la inteligencia artificial… Mientras la IA ha demostrado que tiene bazas para convertirse en una tecnología disruptiva y ha impulsado a compañías como OpenAI, que ya ha captado el interés —y la cartera— de Microsoft. Su motor conversacional ChatGPT ha logrado de hecho un hito: convertirse en la plataforma de Internet con un crecimiento más acelerado, superando a TikTok o Facebook.

“Líder en Ingeligencia Artificial”. La tendencia no ha pasado desapercibida en Meta ni desde luego se le escapa al propio Zuckerberg, quien ha asegurado que uno de los objetivos de la compañía es precisamente convertirse en un “líder de la IA generativa”, lo que le permitiría competir con Google o la propia OPenAI.

“La IA es la base de nuestro motor de descubrimiento y negocio de anuncios y también creemos que va a permitir muchos productos nuevos y transformaciones adicionales dentro de nuestras aplicaciones. La IA generativa es un área nueva y apasionante con muchas aplicaciones diferentes y uno de mis objetivos para Meta es desarrollar nuestra investigación para convertirnos en líderes de IA generativa, además de nuestra labor en  IA de recomendación”, reflexionaba Zuckerberg hace poco, durante la llamada con inversores para los resultados trimestrales.

¿Cómo le ha ido? En 2015 la entonces Facebook ya anunciaba su trabajo en el programa Facebook AI Research (FAIR) y Meta dispone de su propio laboratorio de IA, Meta AI. En el área de la IA generativa, capaz de generar contenido nuevo, incluidos textos, imágenes o incluso música, se enfrenta sin embargo a un entorno competitivo en el que ya destacan OpenAI con ChatGPTo DALL-E 2 o Google, que hace unos días presentaba su nuevo desarrollo, MusicLM, un modelo que todavía no ha lanzado pero es capaz de generar música a partir de pautas escritas.

Hace poco Meta también presentaba su propia herramienta de IA, Galactica, basada en Large Language Model (LLM) y que aspira a convertirse en un referente en el campo científico por su capacidad para resumir literatura especializada, crear artículos y código y resolver problemas matemáticos. Para pulirla, Meta la entrenó con 48 millones de referencias, artículos y libros. En noviembre decidió probarla online. No salió como esperaba. Unas horas después del lanzamiento, científicos de diferentes áreas empezaron a criticarla y señalar de forma pública sus fallos, lo que unos días después llevaba a sus responsables a retirar la demo.

Imagen de portada: Anthony Quintano (Flickr)

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