Con una puesta en escena desde su canal de Instagram que ya ha usado en otras ocasiones, Mark Zuckerberg anunciaba un cambio sustancial en la política de moderación de contenidos de Meta. Más allá del enorme cambio de estrategia que anunciaba, el millonario daba una nueva muestra de su nueva afición por los relojes de alta gama y lo hacía con uno valorado en 900.000 dólares.
Un anuncio relevante desde el salón de su casa. Siguiendo la tendencia de desregulación en la moderación de contenidos iniciada por Elon Musk en X, Mark Zuckerberg ha mostrado de nuevo su buena sintonía con la nueva administración de Trump bajando la intensidad en la moderación de los mensajes en sus redes sociales en EEUU.
La importancia del movimiento contrastaba con el escenario e imagen elegida por el millonario. Un mensaje a través de su perfil personal de Instagram, con un fondo que bien podría ser el salón de su casa, y una imagen de "cercanía" con los jóvenes a través de una sencilla camiseta negra en la que, en esta ocasión, no se leía ninguna frase filosófica del imperio romano.
Un reloj "muy especial" para la ocasión. El anuncio de la vía libre para las fake news en las redes sociales de Meta bien merecía lucir un reloj especial. Para la ocasión, el millonario ha elegido una pieza de coleccionista reservada para muy pocos afortunados. Se trata de un Greubel Forsey Hand Made 1 Tourbillon, una pieza totalmente artesanal del relojero suizo valorada en unos 900.000 dólares.
La exclusividad del reloj no solo está en su precio, que ya de por sí lo convierte en una pieza al alcance de muy pocos bolsillos, sino que también radica en su producción. El fabricante sólo produce dos o tres unidades de este modelo al año. Esto supone una producción unas 100 veces inferior a la de otros relojes de gama alta de sus competidores como Rolex o Patek Philippe.
Ingeniería artesanal de alta precisión. El reloj elegido por Mark Zuckerberg para marcar el fin de una etapa en sus redes sociales requiere más de 6.000 horas en su montaje, y este se realiza en un 95% de su fabricación de forma totalmente artesanal. Puesto en contexto, cada reloj requiere tres años de trabajo de un especialista de Greubel Forsey.
Según detalla el fabricante, los mecanismos que forman el corazón del reloj están fabricados en distintas aleaciones de metales para proporcionar mayor robustez y ligereza al reloj, que se presenta en un sobrio acabado en oro blanco.
La nueva afición de Mark Zuckerberg: los relojes caros. "Es un placer ver a alguien que ha desempeñado un papel tan fundamental en la configuración del panorama y el estilo de vida digitales modernos mostrar un verdadero aprecio por el enfoque más tradicional de la alta relojería actual", declaraba a Bloomberg Michel Nydegger, director ejecutivo de Greubel Forsey, a raíz del anuncio de Mark Zuckerberg.
Sin duda, tal y como destacaba el directivo, resulta llamativo ver cómo alguien que, hasta hace solo unos meses, vestía siempre con una camiseta gris y tejanos azules, ahora da repetidas muestras de poseer una valiosa colección de relojes de gama alta que no ha dudado en lucir en sus últimas apariciones, tal y como se aprecia con un simple vistazo en sus últimas publicaciones en su perfil de Instagram.
La boda que lo cambió todo. Además de ser uno de los acontecimientos sociales más sonados a nivel global por su ostentosidad, la boda del empresario indio Anant Ambani, heredero del imperio Ambani, marcó un punto de inflexión en el gusto de Mark Zuckerberg por los relojes de gama alta. Como dato curioso, durante esa boda, el novio se cambió de reloj cada hora, y cada nuevo reloj era más caro y exclusivo que el anterior, como recogió El Mundo.
Tras ese evento, la locura por los relojes de gama alta de Mark Zuckerberg se disparó, y desde entonces se le ha visto vistiendorelojes de Patek Philippe, varios FP Journe (como los que lució en la última presentación de Metao en el podcast de Cleo Abram), o Jaeger-LeCoultre. En definitiva, una colección de relojes llena de piezas únicas y de alto valor económico, en un momento en el que la relojería de segunda mano se encuentra en sus horas más bajas.
Imagen | Greubel Forsey
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