La semana pasada, la ministra de Defensa austríaca, Klaudia Tanner, aseguró que existe una alta posibilidad (del "100% en los próximos cinco años") de que se produzca un apagón eléctrico que afecte masivamente no solo a Austria, sino al conjunto de la Unión Europea. No sólo eso, de hecho. La misma ministra aseguró que el Gobierno estaba trabajando en ello y esperaban poder construir una infraestructura autónoma y resiliente que permitiera mantener al país en funcionamiento. “La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo”, dijo Tanner.
Y es que la posibilidad de un "Gran Apagón" va más allá de la mera especulación. El 8 de enero de 2021, un fallo de una subestación en Croacia provocó una caída de frecuencia que estuvo a punto de dejar fuera de juego al sistema energético de buena parte de Europa. Austria lo único que ha hecho es llevar tratar de aprender de ello: analizar las posibles amenazas y ver la capacidad del sistema para hacer frente a ellas. Las conclusiones son terribles.
No hacía falta mucho más para que la noticia se vuelva viral, pero en este caso lo ha tenido. Mientras el Ministerio de Transición Ecológica y Red Eléctrica salían a negar que España tuviera ese problema, el mismísimo Iker Jiménez ha salido a la palestra para alertar sobre el Gran Apagón. ¿Qué sabemos sobre todo esto? ¿Es un riesgo real, una posibilidad remota o ciencia ficción?
El "Gran apagón", la amenaza fantasma
Austria no está sola La idea de que la red eléctrica internacional pueda verse comprometida por una tormenta solar, un fenómeno atmosférico masivo o un ataque (ciber)terrorista lleva años encima de la mesa de gobiernos, empresas y mandos militares. Tanto es así que Suiza también trabaja en un escenario parecido ante la dependencia del país alpino a la red eléctrica europea y la idea de que "un mundo sin electricidad podría tener consecuencias mucho peores que la pandemia".
Alemania, por su parte lleva 15 años (desde el gran apagón de seis días que afectó a Münster en pleno temporal de nieve) planteando la necesidad de tener capacidad operativa para hacer frente a esto. En EEUU, hace ya más de un lustro, que hay planes de trabajo para desarrollar soluciones que permitan "sobrevivir" al caos que produciría una tormenta solar. Hay muchos más casos fundamentalmente porque a medida que la administración y la logística de un país se informatizan, su dependencia a la energía eléctrica crece exponencialmente.
¿Y España? En nuestro país la respuesta a la preocupación de estos días ha sido taxativa. Quizás demasiado taxativa, de hecho. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, descartó en Onda Cero rotundamente que esto pudiera afectar a España y defendió que "podemos descartarlo de nuestro horizonte de preocupaciones". Según Ribera, en la medida en que el sistema energético español "es casi una isla [y que disponemos de casi el doble de potencia instalada de la que usamos], el riesgo de un tipo de apagón por una caída del sistema en terceros países es muy limitado y hay capacidad poner un cordón sanitario en caso de que eso ocurriera".
Red Eléctrica de España (REE) se sumó al mensaje de la ministra y ha insistido en que no existe "ningún indicio objetivo" para temer el Gran Apagón pueda darse. Sin embargo, revisando los argumentos del Ministerio y de REE caemos en la cuenta de que llevan razón si nos limitamos a hablar de los efectos que tendría el apagón europeo en España. Ahí, los argumentos son sólidos y las autoridades "hace de la necesidad, virtud": nuestro país tiene capacidad para operar con tranquilidad. Con tranquilidad, sí; pero no sin problemas: en España ya hemos visto apagones importantes en los últimos años (dos en Tenerife en menos de diez meses) y todo hace pensar que el estado de la red dista mucho de ser óptimo.
¿Qué hacer en caso de cero energético? Pero es que incluso en el caso de que Ministerio y el operador del sistema eléctrico tengan razón, las amenazas que detalla el Ministerio de Defensa austriaco son mucho más amplias. ¿Está preparada España para una tormenta solar que deje fritos los sistemas electrónicos de todo el país? ¿Qué pasaría si un ataque informático deja la red fuera de juego como ha pasado en otras instituciones del Estado? ¿Puede nuestra red logística trabajar "a ciegas" y garantizar el suministro necesario?
Lamentablemente todas estas preguntas están sin responder pese a que llevamos años hablando sobre distintas amenazas de este tipo. Ya en 2017 la Asociación Española de Protección Civil para el Clima Espacial registró en el Congreso la petición para elaborar un plan nacional 'antiapagón solar' y la respuesta de sus señorías fue enviar la petición a la comisión de agricultura. La metáfora habla por sí sola. No obstante es hora de empezar a hablar del asunto, sobre todo, si Austria tiene razón y en los próximos cinco años Europa se ve avocada a un apagón de este tipo.
Imagen | Claudio Schwarz
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