Como humanos podemos predecir muchísimas cosas del Sistema Solar y el universo en general, sin embargo siguen existiendo misterios que de momento se resisten, por muy cerca de nosotros que los tengamos. Es el caso de los ciclos solares, un fenómeno que sigue siendo impredecible a pesar de que afecta de forma directa a nuestro planeta. Aunque ahora se han descubierto algunos de los factores que podrían causarlos.
Una de las variaciones solares más conocidas es la de los ciclos de las manchas solares. Aproximadamente cada 11 años finaliza un ciclo y comienza el siguiente. En ellos lo que hemos podido observar es cómo el brillo que emite el Sol sobre la Tierra es máximo con el ciclo en su apogeo y se reduce ligeramente cuando el ciclo finaliza. La variación es apenas perceptible, tan sólo un 0,1% de la intensidad de la luz que llega a la Tierra, pero sí que puede afectar a otros aspectos como por ejemplo las señales GPS.
Ahora bien, qué causa que se den estas manchas sobre la estrella y qué provoca que se repitan de forma regular es algo que nunca se ha llegado a saber del todo bien. Para conseguir responder a esta pregunta se han publicado dos nuevas investigaciones en Solar Physics y Scientific Reports que revelan cómo el fin de un ciclo genera enromes tsunamis de plasma capaces de generar las próximas manchas solares unas semanas más tarde.
En los estudios se han basado por ejemplo en las observaciones que tenemos del Sol desde los últimos 140 años. Es así como se han identificado una serie de factores determinantes para el fin de un ciclo. Esto ha sido clave para entender cómo es posible que en un periodo corto de tiempo ya se inicie otro ciclo de manchas solares. Es decir, cómo es posible que cada ciclo dure 11 años y para que empiece uno nuevo sólo haga falta (en ocasiones) unas cuantas semanas.
El eterno proceso de actividad solar
Las manchas solares comienzan a generarse aproximadamente en las latitudes de 35 grados en ambos hemisferios del Sol. A partir de ahí se desplazan lentamente (durante prácticamente una década) hacia el ecuador, donde se desvanecen para generarse otras de nuevo. Este movimiento parece estar ligado con los los puntos brillantes coronales de la atmósfera solar, según las investigaciones. Los puntos brillantes coronales se generan en las latitudes de 55 grados aproximadamente y también se desplazan hacia el ecuador a una velocidad media de 3 grados de latitud por año. Cuando tanto los puntos brillantes coronales como las manchas solares llegan al ecuador del Sol es cuando se genera una gran explosión de actividad de puntos brillantes.
Observando esta relación en datos de los últimos 140 años (algo más de una docena de ciclos) han podido determinar que los puntos brillantes coronales marcan el camino de los campos magnéticos toroidales del Sol. Cuando estos campos magnéticos toroidales se desplazan hacia la superficie del Sol es cuando se crean las manchas solares.
Durante el "viaje" de varios años las manchas van acumulando plasma que van arrastrando consigo. En el momento que dos manchas llegan al ecuador desde cada uno de los hemisferio las dos fuerzas se aniquilan mutuamente. Pero claro, como consecuencia se libera todo el plasma acumulado, provocando tsunamis gigantescos. Este fluido se precipita hacia adelante, choca y luego ondula hacia atrás, viajando hacia los polos a una velocidad de unos 300 metros por segundo. Cuando van cruzando las diferentes latitudes se encuentran ya con el siguiente campo magnético, el tsunami lo levanta hacia la superficie creando por lo tanto la siguiente mancha solar.
Esto desde luego nos sirve para poner en perspectiva las enormes fuerzas y actividad que se genera en nuestra estrella. Tsunamis de plasma tan grandes que literalmente son capaces de viajar durante años y recorrer una buena porción del Sol, que para nada tiene el tamaño de la Tierra. Además, es una actividad constante y sin descanso, tsunami tras tsunami.
Actualmente el Sol se encuentra en un estado mínimo de manchas solares, esta relativa "paz" suele significar que el ciclo actual se está terminando, sin embargo es complicado predecir exactamente cuándo llegará el próximo. Las nuevas investigaciones han conseguido esclarecer un poco el asunto, y creen que el próximo ciclo solar (el número 25 de los que tenemos registrados) comenzará pronto, ya que el actual podría terminar a principios de 2020.
Comprender mejor cómo funcionan los ciclos de las manchas solares es esencial para comprender otros fenómenos. La actividad de estas manchas solares está ligada a las tormentas solares por ejemplo, algo que afecta y puede alterar la atmósfera terrestre en sus capas superiores.
Vía | Phys.org
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