La fotografía móvil está en una encrucijada. El grueso de los usuarios lo tiene claro: fotografías repletas de exposición, color y contraste, aunque no sean realistas. Un look llamativo es ideal tanto para redes sociales como para guardar con cariño y sin necesidad de edición esos recuerdos que captamos con el móvil.
Pero este discurso choca con los apellido "Pro" y "Ultra" que tanto vemos a día de hoy: cámaras que disparan en RAW, graban en LOG, tienen modos profesionales y múltiples lentes para intentar quitarnos de la cabeza que necesitamos una cámara profesional.
Recientemente, por motivos profesionales, he renovado mi vetusta Canon 77D por una nueva cámara de fotos y vídeo. Una que ya llega con inteligencia artificial, algoritmos para reducir el ruido, disparo en RAW con tecnología Dual Pixel... muchas de las funciones que los amantes de la fotografía móvil solemos criticar por la falta de realismo que acaban trayendo. Mi conclusión ha sido clara: se puede introducir un software que nos ayude a mejorar los resultados sin acabar destrozando la foto.
Quiero dejar claro que no espero, ni esperaré, que un teléfono ofrezca el rendimiento de una cámara profesional. Sin embargo, considero necesario señalar que, si los móviles quieren venderse como “Pro” en el ámbito fotográfico, no deberían seguir una dirección contraria a la de las cámaras profesionales.
El problema de la fotografía móvil actual. Por alguna razón, parece que es casi imposible conseguir una fotografía realista con buena calidad. O eso quieren hacernos pensar los fabricantes de móviles, porque no es algo técnicamente cierto. Uno de los principales problemas a día de hoy es el efecto acuarela.
Cuento con los dedos de una mano los teléfonos actuales que, al ampliar la imagen, no hacen un destrozo. No es una cuestión de sensor, de malas lentes o de que les falte músculo para tener un buen nivel de detalle. Es, simple y llanamente, un procesado malo. En el afán de acabar por completo con el ruido y elevar el contraste, las fotografías quedan completamente manchadas.
No sería algo problemático de no ser porque, usando apps de terceros, nos damos cuenta del destrozo que hacen los fabricantes al procesar. Podemos tener fotografías mucho más naturales, pero no lo conseguimos.
Pieles con colores que no existen, amarillos chinolles, contornos marcadísimos. Son problemas que atañen a todas las gamas, y de las que llevamos quejándonos desde hace generaciones. Sí, los móviles hacen fotografías estupendas, pero podríamos tener resultados muy similares a los de las cámaras profesionales si el procesado no fuese tan agresivo.
Cómo lo están resolviendo las cámaras modernas. Podría pensarse que, con tanta IA, tanta segmentación de imagen y tanto papel del software, era inevitable que la fotografía móvil se convirtiese en algo artificial. Pero no es en absoluto así, y las cámaras modernas son la prueba.
El primer mito a desmontar es que la reducción de ruido es algo necesariamente problemático.
Este es un genial ejemplo de cómo las cámaras, tanto de inicio como semiprofesionales, están resolviendo este problema. Es algo que llevan haciendo generaciones y que gracias a los nuevos procesadores cada vez es mejor. Aquí tienes un ejemplo de una ampliación al 100%, en la que se observa que no hay ruido alguno, pero no hay el más mínimo efecto acuarela.
"Claro, ¡es que con una cámara, cualquiera!" Vamos a realizar el mismo ejemplo con una de las peores cámaras que hay actualmente en la gama alta, el ultra gran angular del iPhone 16 Pro.
Más allá de la luminosidad, fíjate en el procesado. Los bordes de la imagen de la derecha están completamente afilados de forma artificial. En la primera imagen, bastaría con subir un poco la exposición para lograr una fotografía más que usable. ¿El problema? Para lograr la brutal luminosidad que suelen tener las cámaras actuales -todos queremos HDR- no se dispara una foto, se disparan muchas, y todo acaba siendo una amalgama de unas fotos y otras. Pese a ello, los problemas de los teléfonos al procesar es solucionable con una ley muy sencilla: la de procesar menos.
Otra de las implementaciones que las cámaras están haciendo mejor que los teléfonos móviles es la implementación de la IA. En lugar de centrarse en modificar las fotografías finales, se están usando procesadores con IA para hacer un mejor seguimiento de los sujetos, reconocer el ojo humano para enfocar mejor -algo que los móviles Sony han heredado de la división Alpha y que Xiaomi también hace-, o para mejorar el reconocimiento de escenas solo en los casos que nosotros les indiquemos.
En otras palabras, usar la IA para mejorar lo que ya funciona, más que para obtener unas fotografías cada vez menos realistas. Las cámaras de nuestros teléfonos llevan estancadas desde hace unos años, y sin cambios en la filosofía del procesado será cada vez más difícil seguir avanzando.
Imagen | Canon y Xataka
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