Steve Jobs probablemente estaba que trinaba aquel 7 de junio de 2010. No solo porque la prensa filtrara por completo el iPhone 4 que iba a presentar, sino porque la demo que realizó en el escenario de la WWDC no funcionó.
El cofundador y CEO de Apple, de hecho, paró antes de seguir hablando de la sexta de sus 10 grandes características (en el vídeo, minuto 1:01:30). "Ya sé por qué mi demo se ha colgado: es porque hay 570 puntos de acceso Wi-Fi operando en esta sala". La gente se rió, pero Steve Jobs seguramente estaba maldiciendo por dentro. Así no había forma de hacer las cosas, y entonces pidió algo insólito.
Que la gente se desconectara de la Wi-Fi.
Como explicó Jobs y luego detallaron en InfoWorld, varios cientos de esos puntos de acceso eran MiFis, pequeños routers inalámbricos que permitían acceder a redes de datos móviles de forma cómoda en portátiles que muchos asistentes usaban para poder cubrir el evento. No ayudó que al parecer los drivers de los iPhone 4 no estuvieran del todo pulidos.
Jobs pidió que todo el mundo cerrar sus portátiles y los pusiera bajo el asiento. "Todos vosotros, mirad a vuestro alrededor y convertíos en la policía del resto", bromeó. Jobs seguía andando mientras la gente apagaba esos MiFis y cerraba sus portátiles: "Tengo tiempo", continuó diciendo. Al cabo de unos segundos, prosiguió: la mayoría de los asistentes aparentemente siguieron sus instrucciones, porque las demos continuaron.
Pero lo que pasó en aquel evento no fue un caso aislado. Ni mucho menos.
Como explicaban en Skift, proporcionar buena conexión Wi-Fi es uno de los grandes retos a los que se enfrentan los organizadores de grandes eventos hoy en día. Es cierto que los nuevos estándares ayudan: en Wi-Fi 6, por ejemplo, se introdujo OFDMA, un sistema de multiplexación precisamente pensado para ofrecer conectividad de alta velocidad a múltiples dispositivos. Y aún así, es necesario planificar esos eventos con antelación.
Los expertos señalan que la mejor forma de mitigar el problema es configurar los puntos de acceso estratégicamente: su misión es facilitar esas conexiones, pero si están mal colocados pueden acabar provocando colisiones, "sobre todo si están muy lejos" entre unos y otros, señalaba Tim Pozar, residente de una organización dedicada a organizar la Wi-Fi en eventos tecnológicos.
Tampoco suele ser buena idea colocar los puntos de acceso en el techo a gran altura, algo que hace que con mucha gente se generen muchas interferencias. La mejor forma es poner muchos puntos de acceso en la sala separados por poca distancia. Pozar solía "acoplarlos" debajo de las mesas con cinta adhesiva, lo que permitía que cada grupo de asistentes se conectara por proximidad al punto de acceso más cercano.
Hay empresas especializadas en este ámbito que por ejemplo se encargan no solo de eventos ocasionales sino de instalaciones en grandes infraestructuras, como por ejemplo en el estadio del Real Betis Balompié.
A pesar de los esfuerzos en este sentido, puede seguir habiendo problemas: ocurrió recientemente en un encuentro de Champions League entre el Real Madrid y el Unión Berlín. Los responsables del equipo alemán se quejaron de que "el internet del campo deja mucho que desear". Si Jobs levantara la cabeza...
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