Cuando Alfonso XIII inauguró la primera línea del Metro de Madrid difícilmente podría imaginar las dimensiones que la ciudad adoptaría apenas un siglo después. Por aquel entonces la capital del Reino de España sumaba unos 700.000 habitantes, no muchos más que Barcelona, y sus límites no se extendían más allá del segundo cinturón. Hoy Madrid es una megalópolis de 3,2 millones de habitantes y creciendo, sin incluir las bolsas de población de sus municipios periféricos.
En el proceso su servicio de metro ha cambiado. Se ha expandido de forma acaso inevitable. Madrid ha pasado de ciudad secundaria en el gran teatro europeo a epicentro demográfico y económico de Europa, convirtiéndose en el camino en una de sus tres aglomeraciones urbanas más grandes. Y para ello ha requerido de una línea de metro extensa, lindante con los 300 kilómetros y cercana a las 300 estaciones. Es una de las más largas y amplias del continente, si bien no de las más utilizadas.
En 2019, último año normal del que tenemos registros, Metro de Madrid sumó 677 millones de pasajeros. El récord lo sigue ostentando 2007, con 687 millones. Son cifras impresionantes pero sólo el contexto nacional. El metro de Barcelona, más escueto y con menos población, movió a 400 millones de pasajeros el mismo año; mientras que las redes de París o Londres superaron ampliamente los 1.000 millones. Como nota curiosa, ninguno de ellos se acerca al verdadero titán continental: el metro de Moscú, con más de 2.400 millones de pasajeros anuales.
En fin, como quiera que Madrid es hoy una ciudad muy distinta a la que solía ser en el pasado, en especial tras el éxodo migratorio posterior a la Guerra Civil y por su transformación en un polo de atracción económica y demográfica durante nuestros días, el metro de Madrid ha cambiado. De forma espectacular. Y qué mejor modo de observar su evolución y síntesis definitiva que mediante un mapa. Este, un vídeo elaborado por la cuenta de YouTube Metro Liner, es especialmente didáctico.
La historia comienza en 1919, con la línea que unía Sol con Cuatro Caminos. Hoy forma parte de la Línea 1, en permanente reforma desde que el ayuntamiento emprendiera la reforma de la estación de Gran Vía (aún cerrada, por increíble que parezca). Hasta 1924 las sucesivas ampliaciones de la red consistieron en una prolongación de la Línea 1 hacia el sur, dirección Puente de Vallecas. Es en aquel año cuando se abre la segunda línea, dirección noreste, conectando Sol con Ventas.
La primera conexión entre dos líneas llega al año siguiente, cuando la Línea 2 alcanza la estación de Cuatro Caminos. Durante aquella década se tira el primer ramal, conectando Ópera con la Estación del Norte, hoy Príncipe Pío; y se extiende la Línea 1 hasta Tetuán. Los años '30 paralizan en gran medida la expansión de la red. Se abre un ramal distinto para la Línea 2, con parada en Diego de León, y se inaugura la primera estación de la Línea 3, dirección sur, con la estación de Embajadores.
No será hasta después de la guerra cuando las necesidades demográficas obliguen a expandir la red de forma significativa. En el '44 conecta la ciudad horizontalmente por primera vez, uniendo Goya y Arguelles. A partir de ahí nos encontramos con extensiones muy limitadas en el eje Norte-Sur. Aún en 1961 la red es esencialmente idéntica a la de mediados de los '40, descontando las prolongaciones de la Línea 1 hasta Plaza de Castilla y de la Línea 3 hasta Legazpi. Por lo demás, todo muy similar.
Los '60, con su explosión migratoria y crecimiento económico, permitirán obras más significativos. A principios de la década se inaugura la Línea S, un suburbano, bordeando la Casa de Campo y llegando hasta Carabanchel (hoy Línea 10). La Línea 1 se lleva hasta Portazgo; la Línea 2, hasta Ciudad Lineal; y se abre la Línea 5 uniendo Callao y Carabanchel, dando servicio así al los cada vez más populosos barrios del Gran Sur. El gran proyecto de expansión culmina en 1970 con la llegada de la L5 a Ventas. El tramo de Ventas a Pueblo nuevo de la L2 pasa a ser L5.
En los '70 nos encontramos con la expansión del noreste y la apertura de la L7 (entre Las Musas, barrio de San Blas, y Avenida América) y la prolongación de la L4 hasta esperanza. En el '79 se abre el primer tramo de la Circular, conectando Cuatro Caminos y Pacífico; mientras que un año después se lleva la L5 hasta Canillejas. Son años en los que la actual composición del Metro de Madrid va tomando forma definitiva.
En 1980 se inaugura la L9 hasta Pavones, siguiendo en paralelo el trazado de la L1; se abre también la L8 entre Nuevos Ministerios y la por aquel entonces lejanísima Fuencarral, sentando las bases definitivas de la actual L10; se extiende la Circular/L6 por el sur; y se conecta definitivamente el tramo sur de la P con Herrera Oria, cortando en diagonal, eje Sudeste-Noroeste, la ciudad. Para 1994 la Circular está casi completa, por lo que se comienza otra prolongación de la L1, llegando hasta Miguel Hernández.
Los '90 asisten al cierre definitivo de la L6 y al rectificado de la L8, trazada algunos años atrás hacia Avenida América, para conectarla con Alonso Martínez desde Nuevos Ministerios, cerrando la L10. La expansión posterior se centrará en llevar la L4 hasta Parque de Santa María y en prolongar por el sur, dirección Vicálvaro, la L9 la L1. En el '99 se termina la L7 dirección Pitis (un saludo, Ramón) y se conecta a la ciudad con Barajas por la L8. Todo listo pues para la última gran expansión del Metro de Madrid, en 2007.
Fue entonces cuando la red, tras haberse adentrado en Arganda del Rey, Puerta del Sur y los municipios del sur (L12 mediante), volvió a expandirse dentro de la almendra central. La L2 se llevó hasta La Elipa, en las postrimerías de la M30; la L3 se llevó desde Legazpi hasta Villaverde; la L7 se llevó hasta Coslada; la L8 hasta la T4; la L10 se condujo por encima de Chamartín, hasta Hospital del Norte; la L1 se prolongó hasta el reluciente barrio de San Chinarro; y se abrieron dos metros ligeros por el oeste, uno desde Colonia Jardín hasta Pozuelo; y otro hasta Boadilla.
Aquel fue el último gran ensanchamiento de la red. Restaría completar la L2 hasta Las Rosas (2011) y llevar la L9 hasta Montecarmelo para llegar a la forma actual de la red. Inmensa.