Hay una nueva moda en Tiktok que consiste en limpiar retretes echando más químicos que una central nuclear

Aquí estamos otra vez, cubriendo esos fenómenos esenciales para entender nuestro presente.

#toiletoverload: desde hace aproximadamente un año Tiktok está inundado de personas limpiando sus retretes. Si bien al principio se acercaban más a una limpieza estándar, el subgénero voyeur ha ido mutando a uno en el que se pone el acento en la amplia combinación de químicos, colores y texturas para incentivar el festival visual. Para que el vídeo destaque sobre los otros, los tiktokers hacen que sus explosivas mezclas sean cada vez más impresionantes y desconcertantes.

La cosa, por cierto, se parece a otro éxito viral reciente de la plataforma: la gente que prepara cócteles dulzones o se lava el pelo directamente en la taza del inodoro.

El quimicefa: es fácil intuir cuál ha sido la principal preocupación referida por la gente que ha visto estos vídeos, en los cuáles muchos usuarios parecen tocar el compost desinfectante directamente con sus manos. La gente de IFLScience lista algunos de los riesgos más obvios: al mezclar lejía y ácidos obtienes cloro, y cuando el blanqueador de cloro se mezcla con un ácido obtienes cloro gaseoso. Si lo combinas con agua tienes ácidos clorhídricos o hipoclorosos, algo que “hasta en sus niveles más bajos puede irritar nuestras membranas mucosas (ojos, garganta, nariz) y causar problemas respiratorios. En los niveles más altos puedes provocarte daños pulmonares más graves”. Luego, si mezclas alcohol isopropílico con lejía, se produce cloroformo, de manera que, si lo inhalas, puedes acabar desmayado.

También existe el riesgo de corroer el material cerámico del inodoro y agujerearlo. Y cómo olvidarlo, el derroche económico y químico de todo eso que irá a parar a las plantas de aguas residuales de nuestra zona de residencia en un mundo en el que ya se contamina más que suficiente este elemento.

No lo intentes en casa. Así que, en este caso, es mejor que te sumerjas en la experiencia sensorial de esos vídeos que, con suerte, estarán hechos por gente que tenga cuidado con los químicos que elije, pero mientras tú no seas un experto en la materia, es mejor que te limites a limpiar el baño con un único y aburrido producto tipo gel sanitario o KH7.

Los nuevos pasteles, el nuevo ASMR. Años atrás las redes sociales encumbraron los vídeos de comida colorida, los pasteles con 15 capas cromáticas. De igual manera, y como sabemos nosotros, los vídeos grasientos y de deep fries cárnicos, la comida basura más bestia posible, también atraen miles de miradas. En esa barraca de feria que son ahora las redes sociales es cada vez más difícil encontrar un nuevo nicho que explotar. Ver limpiar un baño con profusión es algo que puede traernos el mismo sosiego existencial que atender a alguien susurrando y haciendo ruiditos, como hacen millones de internautas cada día antes de quedarse dormidos.

Esto sólo nos hace elucubrar sobre cuál será el siguiente paso: ¿ver a gente escribiendo la lista de la compra? ¿Recitando oposiciones? ¿Quitándole los piojos a sus hijos? ¿Pelando boles inmensos de patatas? En realidad, suponemos que todo ello ya existirá y sólo estará esperando su turno para convertirse en nueva tendencia mundial.