Cuando Elon Musk concibió el Tesla Model 3 lo hizo con una idea nítida: producir un automóvil eléctrico de alta gama asequible para un amplio porcentaje de consumidores. El resultado, como analizan nuestros compañeros de Xataka, es aún insuficiente: la gama baja del Model 3 sigue en los 59.000€, lejos de los 35.000€ previstos.
¿Se puede comprar un coche eléctrico barato? Sí. Con tres ruedas.
Solo. El hallazgo corresponde a ElectraMeccanica, fabricante de vehículos eléctricos fundado hace cuatro años en Canadá. Se llama Solo, tiene tres ruedas, cuesta 13.300€ y lleva dos años circulando de forma discreta por las calles de Vancouver y Los Ángeles. Se espera que para diciembre ya haya 5.000 modelos en circulación (70.000 para el año que viene).
Esta semana la empresa lo ha presentado en sociedad.
Lo excepcional. Lo más evidente: sus tres ruedas. Solo es un coche de proporciones reducidas, y como su propio nombre indica, destinado en exclusividad a su conductor. No supera los 130 kilómetros por hora y disfruta de 160 kilómetros de autonomía, gracias a una batería de 16 kWh. Tarda alrededor de tres horas en recargarse.
El futuro. ¿Lo reseñable? Su precio, homologable al de cualquier vehículo diésel o gasolina de baja gama. Como señala Bloomberg, las comparaciones terminan ahí: ElectraMeccanica disfruta de un tibio desempeño en bolsa dado el escepticismo que rodea a su único modelo. Por el momento, más cerca de triciclo eléctrico que de un coche tradicional.
¿Funcionará? Sus propietarios parecen contentos. Solo puede tener cierto recorrido en la movilidad del futuro. Es maniobrable y fácil de aparcar (y no contamina). Sus problemas son otros: casi todos los grandes fabricantes ya están diseñando modelos eléctricos más baratos. El Nissan Leaf, el más vendido en Noruega, cuesta 32.000€.
Es mucho más que un Solo. Pero también tiene cuatro ruedas.
La batalla. ElectraMeccanica ilustra hasta qué punto la industria aún tiene un problema a corto plazo: producir coches eléctricos baratos, similares a un Ford Fiesta o a un Seat Ibiza, implica reducir a mínimos sus funcionalidades (incluidas las ruedas). Sigue siendo un sector caro que no compite a gran escala dentro del mercado