La nueva polémica en torno a la jubilación y las pensiones no se ha hecho esperar. José Luis Escrivá lo ha vuelto a hacer. En una entrevista en el diario ARA, el ministro de Seguridad Social ha afirmado que en España hay que hacer un "cambio cultural". Uno como el que está aconteciendo en Europa, donde los trabajadores cada vez trabajan más años y retrasan la edad de jubilación, incluso hasta los 75 años. Palabras que enseguida se han sacado de contexto y le han llevado a reafirmar rápidamente que el Gobierno no se plantea en ningún caso elevar la edad legal de jubilación.
Pero como quien tira la piedra y esconde la mano, detrás de estas afirmaciones existen ciertos motivos, durante mucho, sopesados. Un razonamiento al que también han llegado muchos expertos.
La chispa. En la entrevista, que puedes consultar aquí, el ministro llama a ese "cambio cultural" en España para que se trabaje más a edades avanzadas al ser preguntado por qué le parecen las prejubilaciones en sectores como la banca, en los que muchos trabajadores están saliendo de las empresas entorno a los 55 años en procesos de despidos colectivos. "Yo creo que hay que hacer un cambio cultural en España, lo he explicado varias veces. En Europa hay una tendencia clara para que entre los 55 y 70 y 75 años se trabaje cada vez más", señalaba el ministro.
Veo con sorpresa que algunas personas han sacado de contexto mis palabras en @diariARA, que creo que merecen un HILO para explicarlo. Como he dicho en múltiples ocasiones y en la propia entrevista, España tiene una edad de jubilación adecuada, que no es necesario modificar. https://t.co/d8kQhmGP2P
— José Luis Escrivá (@joseluisescriva) September 27, 2021
A qué se refería. En realidad lo que Escrivá defiende es el retraso de la edad efectiva de jubilación, es decir, aquella a la que se retira realmente la gente en España y que está situada de media en los 64,6 años. Por eso, la nueva reforma de las pensiones acordada con sindicatos y empresarios apunta concretamente hacía ahí: desincentivar las jubilaciones anticipadas, sobre todo de los dos primeros meses a los que se puede recurrir a ella.
Y, en segundo lugar, recompensar más económicamente a las personas que opten por posponerla, es decir a las personas que trabajan más allá de la edad de acceso a la jubilación (66 o 65 años). Tal y como corregía más tarde: “para que, aquellos que así lo deseen puedan trabajar más allá de la edad ordinaria de jubilación". Es para él y muchos otros una de las maneras de garantizar un sistema de pensiones sostenible: conseguir que la edad efectiva de jubilación se acerque a la edad legal.
¿Existe una edad de jubilación obligatoria? La edad de jubilación aumenta de manera progresiva, no solo en España sino en los principales países de la OCDE. De hecho, prolongar la vida laboral más allá de la edad legal de jubilación no solo está permitido, sino que se encuentra incentivado. Sí, que nos iremos jubilando cada vez más tarde es algo prácticamente innegable. Lo hemos contado en Magnet.
Y a su vez es una medida de alivio para los sistemas de pensiones, que deben adaptarse a nuevas realidades, principalmente al hecho de que cada vez se viven más años y que es financieramente complicado abonar pensiones durante 25 años, que son aquellas que se empezarán a producir hacia mediados de este siglo, cuando la esperanza de vida en países como España supere los 90 años.
Más esperanza de vida. Desde el punto de vista vital, también hay un razonamiento natural de que si antes se vivían poco más de 70 años y la jubilación se producía a los 65, sea lógico que si vamos a vivir hasta los 90 años prolonguemos la vida laboral como una manera de sentirse activo en una etapa en la que las facultades físicas e intelectuales rinden. No olvidemos que, con estos cambios en la longevidad, los actuales 70 años pueden ser el equivalente a los 60 años de hace unas pocas décadas.
La edad de jubilación en España. En nuestro país, la edad ordinaria de jubilación se encuentra en fase de incremento gradual hasta los 67 años, donde quedará fijada en 2027. Podrán seguir jubilándose desde los 65 años aquellos que hayan cotizado al menos 38 años y 6 meses. La jubilación anticipada por cese voluntario, sin embargo, permite adelantarla hasta dos años y la jubilación anticipada por cese involuntario, hasta 4 años. En ambos casos se aplican coeficientes reductores en el cálculo de la pensión y se exigen determinados requisitos para poder acogerse a estas modalidades.
En el resto de Europa. Alemania también está a punto de aumentarla de 65 a 67, mientras que el objetivo en Reino Unido e Irlanda son los 68 años. Es una tendencia cada vez más notable. Finlandia, fue el primer país en adoptar la medida, ya disponible en Chipre, Dinamarca, Estonia, Grecia, Italia, Países Bajos, Portugal y Eslovaquia.
En su mayor parte, los cambios en las edades de jubilación se llevarán a cabo hasta 2030 y, en algunos países, estas son diferentes para hombres y mujeres. Las mujeres tienen una edad de jubilación más baja y, como regla general, a medida que aumentan las edades de retiro, las de las mujeres terminarán iguales a las de los hombres.
La jubilación es un derecho, no una obligación. Un trabajador puede seguir en activo de forma indefinida y, de hecho, existen bonificaciones en la cuantía de la pensión, de entre el 2% y el 4% por cada año completo trabajado más allá de la edad de jubilación. Además, existen modalidades como la jubilación activa, que permite compatibilizar el 50% de la pensión con un trabajo por cuenta propia o ajena.
Solo existe una excepción: los trabajadores adscritos al régimen de Clases Pasivas del Estado, que se encuentran sujetos a una edad de retiro forzoso de 65 años, salvo en algunos colectivos como Funcionarios de los Cuerpos Docentes Universitarios, Magistrados, Jueces, Fiscales y Letrados de la Administración de Justicia o Registradores de la Propiedad ingresados antes de 2015, cuya edad de retiro forzoso es de 70 años.
Qué dicen los expertos. Los think tank Fundación Friedrich Naumann, Fundación Civismo e Instituto Juan de Mariana elaboraron un informe en el que reclamaban una serie de medidas para garantizar la sostenibilidad futura del sistema de pensiones. Entre ellas: establecer una edad de jubilación flexible, de 60 a 75 años, donde la decisión recaiga sobre el trabajador. También sugieren establecer un mínimo de 45 años de cotización para cobrar el 100% de la base reguladora de la pensión.
Además del establecimiento de una edad de jubilación flexible, abogan por abrir el debate sobre la fórmula para la revalorización de las pensiones, planteando alternativas más allá del IPC; unificar regímenes para que todos los trabajadores y pensionistas estén sujetos a las mismas reglas, y ampliar el periodo de cálculo de la pensión a toda la vida laboral, con un factor corrector que permita al nuevo pensionista excluir los cinco o diez peores años de su carrera laboral.
Imagen: Sergio R. Moreno (GTRES)