Europa se había acostumbrado a los mismos titulares a cada elección regional o nacional: los partidos tradicionales, democristianos y socialdemócratas, perdían espacio electoral en favor de formaciones inéditas y ajenas al eje ideológico que había dominado la política del siglo XX. Ya fuera en Francia, Reino Unido, Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Alemania, la beneficiada siempre era la extrema derecha. En exclusividad. Eso acaba de cambiar en Baviera.
¿Qué ha pasado? Que en las elecciones regionales y municipales de Baviera, el estado más rico y conservador de Alemania, conservadores (CSU, la rama bávara del partido de Angela Merkel) y socialdemócratas se han hundido. Pero quien ha ganado más a su costa no ha sido Alternativa para Alemania, como se esperaba, sino los Verdes. Fuerza más relevante en ocho de las diez ciudades más pobladas y segundo partido global en el estado. Un terremoto político.
¿Por qué importa? Primero, por el lugar: Baviera es un feudo histórico de la CSU, donde siempre ha ganado las elecciones desde 1951, una hegemonía casi excepcional en Europa. Sigue siendo la opción preferida por sus votantes, pero ya no disfrutará de la mayoría absoluta (bajan del 47% al 37%). Segundo, por lo sorprendente: las encuestas auguraban un crecimiento mayor para AfD (ha entrado con el 10%).
Todo apuntaba a que la historia de Baviera sería similar al del resto de landers: caída de CSU/SPD, auge de AfD. En su lugar, aparecieron los Verdes: del 8% al 17%.
¿Cómo? El éxito verde mimetiza tendencias ya vistas en otros países. Su base demográfica se asienta en las ciudades, en los jóvenes y en las mujeres, entre una población liberal y cosmopolita (frente al votante rural, tradicional, envejecido y muy rico, de la CSU). Su programa es pro-inmigración, pero también pro-medio ambiente, pro-vivienda y pro-educación, tres cuestiones claves para el electorado bávaro.
Como se explica aquí, la CSU adoptó una posición muy fuerte frente a la cuestión migratoria en 2015, cuando Merkel abrió su puerta a los refugiados. Aquel movimiento aspiraba a coartar el crecimiento de AfD. En su lugar, dejó huérfanos a numerosos electores centristas más preocupados por la educación, el acceso a la vivienda o la preservación del bello medio ambiente bávaro que por la llegada de inmigrantes. Los Verdes han prosperado por ese hueco.
¿Qué significa? Para Alemania, la caída en desgracia definitiva del SPD y el ascenso Verde como alternativa progresista (y moderada) a la socialdemocracia y a la extrema derecha. Ya gobierna en coalición con otros partidos (incluida la CDU) en otros lander. Para la izquierda europea, un rayo de esperanza: es posible superar la trampa perfecta planteada por el ascenso de los partidos nativistas. Incluso en lugares tan conservadores y tradicionalistas como Baviera. Los Verdes rompen la dinámica.
Imagen: Bündnis 90/Die Grünen NRW