Es sencillo hacerse una idea de la enorme cantidad de desplazamientos terrestres que se dan en nuestras larguísimas carreteras año tras año. Es relativamente fácil entender la auténtica escala del transporte aéreo mundial mirando al cielo durante un rato una tarde cualquiera. Pero es algo más complejo comprender la escala real del tráfico de mercancías marítimo a lo largo de un año. El océano es inabarcable, y a menudo sólo tenemos contacto con él en las orillas, allí donde vislumbrar hasta qué punto las aguas internacionales están saturadas de barcos es complicado. Eso se ha terminado con este mapa interactivo.
Shipmap es un proeycto de Kiln y UCL Energy Institute (un centro de estudios dedicado a la investigación y difusión de cuestiones relacionadas con el cambio climático, y al apoyo de políticas energéticas sostenibles) en el que podemos observar el desarollo del tráfico marítimo mundial a lo largo de 2012. Utilizando datos de posicionamiento de exactEarth y de información de cada navío del Clarksons Research UK World Fleet Register, los autores del gráfico han logrado diseccionar todas y cada una de las millones de rutas que se dieron en las aguas internacionales durante 365 días. Localización exacta, tipo de navío, tipo de mercancía transportada y lo que es más importante, CO2 emitido a la atmósfera.
Al igual que otros tipos de transporte, los barcos queman combustibles fósiles para salvar las enormes distancias transoceánicas. Y eso, según el UCL Energy Institute, se traduce en un montón de emisiones que afectan de forma directa al calentamiento global. En el mapa, el contador se puede observar arriba a la izquierda. Hay distintas opciones de visualización. La vista por defecto es interactiva: un limitado número de barcos moviéndose en un momento concreto (pongamos, el 25 de abril de 2012 a las 17:13 PM) en todos los puntos del globo. Se parece a algo así, y es muy interesante por sí mismo.
Podemos acercarnos todo lo que queramos a puntos concretos del mapa. La exactitud de las localizaciones es muy alta, y un primerísimo primer plano revela detalles significativos. Como este, de Gibraltar y el puerto de Algeciras.
Arriba a la derecha se despliega el panel de opciones. ¿Por qué es importante? Por varios motivos. Por un lado, Shipmap ha obtenido la información concreta de todos los barcos, la ha indexado y ha dividido a cada embarcación por tipología. Para diferenciarla, la ha coloreado. Así, todos los puntitos amarillos llevan mercancías (los más numerosos), los azules materias primas en estado sólido (desde carbón hasta granos de trigo), los rojos fuentes de energía en estado líquido, los azules en estado gaseoso y los púrpura, vehículos. En el estrecho de Ormuz, lógicamente, los más numerosos son los rojos (petróleo).
A su vez, es posible filtrar el mapa por cada tipo de barco. Ah, y añadir puertos. Aquí vemos la península de Corea y el sur de Japón sólo con barcos de carga sólida, líquida y gaseosa, sin mercancías y vehículos:
Lo más guay: las rutas mundiales
Nada más entrar, nos topamos con la posibilidad de reproducir un vídeo. En él, los autores del mapa interactivo explican su funcionamiento y la naturaleza del comercio marítimo internacional, además de sus altísimas consecuencias para el medio ambiente. Como se puede apreciar, el mar está lleno de barcos, a menudo de larguísima eslora cuyo desplazamiento requiere quemar toneladas y toneladas de combustible (por no mencionar el aún más grave destrozo medioambiental que su hundimiento puede causar).
¿Pero cómo se mueven los barcos en concreto sobre el vasto océano? Para eso, podemos mirar las rutas, una ilustración que agrega todos y cada uno de los trayectos de los barcos a lo largo de 2012. El resultado es un dibujo apasionante, que explica cuáles son los focos de intercambio económico mundial (y cuáles tendemos a pasar por alto desde nuestra posición europea, como el sudeste asiático) y que, si borráramos el mapa, dibujaría por sí mismo los cinco continentes. La siguiente imagen es sólo con las rutas, sin mapa.
De lejos, parece que apenas un sólo kilómetro de superficie del Atlántico queda libre de navegación. De cerca, el cuadro es ligeramente distinto, aunque igual de espectacular:
Hay rutas muy, muy transitadas. Por ejemplo, el estrecho de Gibraltar, el canal de Panamá o el canal de Suez, además del Canal de la Mancha o cualquier costa del mundo (la africana occidental está perfectamente contorneada por los barcos).
Al igual que los aviones, los barcos también siguen rutas fijas y pre-establecidas en los océanos (las carreteras marítimas). Mapeadas todas a la vez, el resultado es de un singular valor estético. Particularmente espectacular es el despliegue de líneas perpendiculares y paralelas que se despliegan sobre el sudeste asiático, gracias al infinito sistema de islas, islotes y penínsulas que trufan la geografía entre la Indochina y la isla de Australia. Sin mapa, resulta tan evocador como fascinante:
Merece la pena explorar la totalidad del mapa. Sin olvidarnos de los continentes, porque también incluye el tráfico fluvial. Que es altísimo, como el visionado de los grandes ríos sin mapa demuestra (quedan dibujados por las rutas).