Más de 30.000 personas han muerto durante el último año en las residencias españolas, según las cifras que maneja el Gobierno. Y es que durante meses la vulnerabilidad de los residentes, la falta de medios y los problemas para contener el virus han convertido estos más de 5.500 centros en la verdadera "zona cero" de la pandemia.
Por eso, junto con el personal sanitario de primera línea, las residencias fueron el primer colectivo en recibir la vacuna. También por eso, son nuestro "canario en la mina": el lugar donde veremos en vivo y en directo como el efecto de las vacunas doblega las curvas de contagiados, hospitalizados y fallecidos. Aunque, si nos fijamos en los datos el término "veremos" es terriblemente imprecisa: ya no tiene sentido hablar en futuro.
Las estadísticas del Imserso muestran cómo, a medida que nos acercamos y superamos las 150.000 residentes completamente vacunados, los contagios y los fallecimientos se desploman. Esto sí que son buenas noticias.
Un gran éxito a pequeña escala
El final de primer trimestre de 2021 es también, al menos sobre el papel, es final de la primera gran fase de vacunación. Es decir, que pese a los retrasos, los problemas logísticos y los parones técnicos, después de la Semana Santa se habrán puesto más de diez millones de dosis en el país.
La "hora de la verdad" de la vacunación llegará esta primavera y pondrá a prueba los sistemas sanitarios de las comunidades autónomas. Al fin y al cabo, si queremos vacunas al 70% de la población mayor de 16 años antes de verano necesitaremos poner más de 400.000 dosis diarias durante muchas semanas.
Sin embargo, esos 10 millones de dosis están empezando a tener efectos y esto es algo que merece la pena analizar de cerca. Sobre todo, porque esa bajada de contagios de las que hablábamos se traduce en que, durante la primera semana de marzo, ocho comunidades autónomas, Ceuta y Melilla no hayan tenido ni un solo contagiado. Los fallecimientos también se han reducido significativamente, pero los nuevos casos son los que dibujan un futuro realmente optimista.
¿Y ahora qué? Ahora toca replicar este pequeño gran éxito a escala nacional. Algo muy similar a lo que ha conseguido Israel: reabrir casi completamente la economía mientras observan como las curva de contagios cae de manera descontrolada. No es descabellado que podamos conseguirlo en algún momento del verano, pero va a ser todo un desafío.
Imagen | Principado de Asturias
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