En unos días arranca el segundo trimestre del año: el trimestre clave en la campaña de vacunación y lo es por una simple cuestión de magnitudes. Si durante esta primera fase España ha recibido poco más de ocho millones y medio de dosis, cuando acabe junio el Ministerio de Sanidad espera haber recibido 37,8 millones de dosis. El impulso de Pfizer y el desembarco de la vacuna de Johnson & Johnson, pueden llevarnos a las puertas del verano con un escenario radicalmente distinto del actual.
¿Pero cómo se traduce todo esto? ¿Qué significa realmente? ¿Llegaremos a conseguir la inmunidad de grupo (ese 70% de la población inmunizada) a tiempo para recuperar cierta normalidad en verano? Llega el momento confrontar lo que nos gustaría, lo que esperamos y lo que es técnicamente posible para poder prepararnos ante ello.
El "momento de la verdad" no va a ser un camino de rosas
Durante meses, el principal problema que impedía pensar sobre la campaña de vacunación era la falta de datos. No ya de datos claros y sistemáticos, sino la misma falta de estimaciones aproximadas que nos permitieran definir el terreno de juego. A medida que la polémica europea de las vacunas ha ido ejerciendo presión sobre la Comisión y las capitales nacionales, han ido concretando calendarios y explicitando las dosis que esperaban recibir.
Con esos datos encima de la mesa y teniendo en cuenta los tiempos y eficacias de cada inyectable, parece claro que las vacunaciones en España van a sostenerse sobre las vacunas de Pfizer y, a medida que avance el trimestre, también sobre Johnson & Johnson. AstraZeneca tenía unos números muy considerables (180 millones a nivel europeo), pero la desconfianza en torno a la farmacéutica ha hecho que las previsiones se recorten hasta los 70 millones. Moderna sigue teniendo el mismo papel limitado que lleva jugando desde el principio.
Sin embargo, cuando integramos todas las previsiones las cifras empiezan a encajar: si todo va bien (no hay más retrasos y somos capaces de poner todas las vacunas que llegan), podríamos ser capaces de llegar a los 25 millones de vacunados a finales de junio. Estaríamos muy cerca del 70% de la población adulta (27,4 millones); y, aunque para llegar a los mágicos 32 millones nos quedaría bastante, lo tendríamos al alcance de la mano para antes del fin del verano.
Esto son buenas noticias, pero no deben de hacernos olvidar la gran cantidad de condicionales que esconden estas estimaciones. No sólo es que, como llevamos viendo todos estos meses, las dosis tienen tendencia a retrasarse; es que llevar a cabo esta campaña de vacunación exitosamente conlleva poner casi medio millón de dosis al día durante muchas semanas. Es decir, conlleva someter al sistema de salud a una presión muy importante. Algo que nunca habíamos hecho durante tanto tiempo.
Vienen días duros en los que se pondrán en juego, una vez más, la solidez y capacidad de adaptación de la sanidad española. Más aún si sufrimos una "cuarta ola" y el repunte de casos que estamos viendo en toda Europa se acaba convirtiendo en una mayor sobrecarga en las urgencias y las UCIs del país. No obstante, empezamos a ver la luz y las cifras comienzan a ser asumibles. Solo queda que podamos conseguirlo.
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