Desde tiempos inmemoriales, el ritmo ha sido un truco fundamental a la hora de memorizar. Ahora, un equipo de científicos ha comprobado que nuestro cerebro, en su escala particular, también aprovecha el ritmo para registrar las memorias.
Un patrón rítmico. Según la nueva investigación liderada por investigadores del Departmento de Neurociencia y del Instituto de Neurociencias Del Monte de la Universidad de Rochester, nuestro cerebro utiliza patrones rítmicos de actividad cuando trata de memorizar cosas.
Esto implica que, a la hora de memorizar algo, en lugar de activar una región de nuestro cerebro durante el tiempo que requiera el ejercicio, lo que hace nuestro cerebro es “encender y apagar” las neuronas de ese área con una periodicidad determinada.
“La coordinación rítmica de la actividad cerebral a lo largo del tiempo es importante porque permite a poblaciones solapadas de neuronas almacenar diferentes piezas de información al mismo tiempo”, explicaba Ian Fiebelkorn, uno de los autores de esta investigación.
Evitar conflictos. Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Current Biology. Para llegar a sus conclusiones, los autores pidieron a un grupo de participantes en su experimento que realizaran un breve ejercicio de memoria mientras analizaban sus procesos cerebrales a través de un electroencefalograma (EEG).
Gracias a ello, los investigadores pudieron comprobar cómo la intensidad de las “representaciones internas” de las imágenes a las que estaban expuestos los participantes fluctuaba con el tiempo. Se trataba de fluctuaciones rítmicas y a escalas inferiores al segundo.
“Estos procesos cerebrales rítmicos podrían también explicar cómo nos mantenemos enfocados cuando realizamos varias tareas a la vez, como cuando intentamos recordar una dirección mientras conducimos un coche”, añade Fiebelkorn. “En lugar de enfocarnos simultáneamente en estas tareas, podríamos estar alternando entre ellas en una escala de tiempo inferior al segundo”.
Aplicaciones limitadas pero importantes. Lamentablemente, este truco neurológico no nos ayudará a aprobar exámenes, pero puede ayudarnos en otros aspectos. En general, entender cómo funcionan nuestro cerebro en general y nuestra memoria en particular puede ayudarnos en la lucha contra enfermedades neurodegenerativas que afectan a nuestra memoria como el Alzheimer.
Más allá de lo teórico, trabajos como este pueden allanar el camino al desarrollo de implantes neuronales que nos ayuden a combatir problemas asociados con la memoria. Los avances en este campo han sido importantes en este sentido, aunque aún estamos lejos de resultados que puedan aplicarse en el día a día.
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