Por desgracia, a diario son muchos los móviles que acaban sumergidos en agua, ya sea en una piscina, en el mar o simplemente en un retrete, lo que en la mayoría de las ocasiones (salvo que cuente con cierta resistencia) deriva en un terminal que deja de funcionar correctamente o definitivamente se convierte en un pisapapeles al momento o en cuestión de días.
Y seguramente, muchos de los que estáis leyendo estas líneas habéis oído hablar de la solución más habitual para intentar eliminar la humedad de un móvil: sumergirlo durante horas en arroz. Pero lo cierto es que el arroz no es la única alternativa, por lo que a continuación vamos a repasar las buenas prácticas a la hora de intentar que un móvil sobreviva a un chapuzón, además de las posibles reparaciones o efectos en la garantía del terminal.
El mito del arroz salvavidas
En infinidad de ocasiones hemos podido leer o alguien nos ha contado que meter el teléfono recién mojado en arroz y dejarlo de esa manera durante 48 horas les ha salvado el dispositivo de un adiós definitivo. El arroz es conocido por ser absorbente, de hecho su uso para salvar teléfonos mojados parece un remedio que se transmitido gracias el boca a boca.
Si echamos un vistazo a la red, de los primeros en hablar del arroz como solución para recuperar teléfonos mojados fue un reportero de Washington Post, que contaba allá por 2007 cómo logró que su BlackBerry reviviese tras haberse dado un baño (accidental). El mismo año, en los foros de MacRumors ya se estaba aconsejando el uso de arroz para recuperar dispositivos mojados, aunque la palma se la lleva un usuario de Yahoo Respuestas que ya en el año 2000 recomendaba a otro usuario meter en arroz un Nokia 5130 para salvarlo tras un chapuzón.
Ahora, si el mito del arroz ha llegado tan lejos es porque simplemente es el absorbente que más a mano podemos tener en caso de un accidente (móvil recién mojado). La arena de gato (de perlas de sílice), los copos de avena o el gel de sílice (esas bolsitas que encontramos en muchas cajas) son también fuertes absorbentes, en los que perfectamente podríamos hundir un teléfono mojado para intentar que reviva, pero como tener arroz a mano es más habitual, el cereal es el que se ha llevado el título.
Hay ciertos estudios que han intentado arrojar más luz sobre la efectividad del arroz u otras opciones. Por ejemplo, en el caso de Gazelle probaron a poner esponjas mojadas en distintos materiales y el resultado fue, que además de no ofrecer el mejor resultado el arroz, dejar al aire libre la esponja fue más efectivo que cualquier material. Igualmente, dudamos de que ocurriese exactamente lo mismo en el caso de teléfonos mojados, ya que una esponja no es desde luego lo que más se parece a un móvil.
Otro estudio conducido por DTJ Consulting quiso poner en entredicho también la efectividad del arroz. Mediante una simulación llegaron a la conclusión a la que había llegado Gazelle, que dejar el móvil secando al aire era incluso más efectivo que el uso de arroz, aunque ninguna de las opciones era muy eficaz. Eso sí, dicho estudio fue financiado por TekDry, una empresa que precisamente se dedica a recuperar teléfonos mojados mediante sus propias maquinas.
Igualmente, todos los absorbentes tienen un efecto limitado a la hora de una posible resurrección de un teléfono mojado. Si la inmersión es demasiado prolongada o en agua salada, la aparición de corrosión es más que probable, y eso no hay absorbente que lo arregle. De todas maneras, nunca está de más intentar revivir un teléfono mojado, siguiendo los pasos que describimos a continuación.
Entonces, ¿qué puedo hacer si se me ha mojado el móvil?
Una vez un smartphone no resistente al agua ha tocado ésta, es muy importante seguir una serie de pasos a fin de evitar daños mayores e intentar que ese accidente no se convierta en el adiós definitivo de nuestro dispositivo. Lo primero de todo obviamente es sacar del agua cuanto antes el teléfono, ya que mientras más tiempo permanezca sumergido, más lejos llegará el agua y mayores serán los daños.
Tras ello, lo primordial es apagar el móvil, para evitar cortocircuitos que empeoren la situación. Debido a los posibles daños, en ocasiones utilizar la vía convencional para apagarlo puede ser imposible, por lo que lo más sencillo es recurrir a extraer la batería (si ésta es extraíble) o pulsar prolongadamente el botón de apagado o mantener durante varios segundos el botón de encendido y el Home en los iPhones, a fin de forzar el apagado.
Una vez hecho esto, llega el momento de separar todas las piezas posibles del teléfono (baterías, tarjetas, bandejas...) a fin de facilitar un secado más sencillo. Una vez despiezado, toca secar todos los componentes al máximo. Para ello podemos emplear una toalla pero nunca un secador, ya que lo que podemos lograr con él es que el agua se introduzca todavía más en el interior del teléfono.
Aquí hay que hacer un apunte muy importante: si el móvil se ha caído en agua salada, la sal hará un efecto corrosivo inmediato si no la eliminamos correctamente. Para ello, lo adecuado es dar una limpieza a todos los componentes del móvil con un cepillo empapado en alcohol isopropílico, que ayuda a eliminar cualquier resto de sal.
Una vez desmontado y secado el terminal llega el momento de la paciencia. Ya sea en arroz, arena de gato, copos de avena o gel de sílice, tenemos que sumergir el teléfono mojado durante 48 horas en alguna de estas opciones. Dos días durante los que lo mejor es no tocar para nada el teléfono, con el fin de que el absorbente que usemos haga su trabajo.
Pasados esos dos días es cuando llega el momento de volver a montar todas las piezas y cruzar los dedos. A pesar de haber retirado el móvil en cuestión de segundos del agua y de haber seguido todos los pasos anteriores, nadie puede asegurar que el resultado sea positivo, ya que por mucho que lo sequemos, si la corrosión ha hecho acto de presencia poco podremos hacer.
¿Hay alguna otra solución?
Más allá de intentar buscar la solución por nuestra cuenta, hay varias empresas que aseguran tener distintos métodos mediante los que poder recuperar un móvil mojado. Una de ellas es la española Waterrevive, que vende una bolsa de líquido azul en el que meter el móvil durante siete minutos para eliminar la humedad. Aun así, el compuesto del líquido es desconocido y sus propios creadores admiten que su "producto es químico no mágico".
Otras empresas cuentan con maquinas con las que prometen poder sacar todo el agua del interior de un teléfono en apenas 30 minutos. Ese es el caso de TekDry, aunque los detalles de cómo funciona el "milagro" son escasos. Simplemente aseguran que mediante una combinación de baja presión, calor controlado y unos granos creados por ellos crean un ambiente seguro para sacar el 100% del líquido.
Igualmente, no hay ninguna solución que pueda hacer milagros. Todo dependerá del tiempo que el teléfono haya pasado inmerso, el tipo de agua y cuánto tiempo tardemos en intentar la reanimación. Si ha habido cortocircuitos o si la corrosión ha hecho acto de presencia, ya podremos recurrir a cualquier método de secado, que estaremos condenados a una costosa reparación o directamente a necesitar un nuevo móvil.
Adiós garantía
Si tras intentarlo todo has logrado que el móvil sobreviva te enfrentarás a un último problema: la garantía del fabricante ya no será válida. Todo teléfono tiene en su interior un chivato en forma de pegatina que cambia de color si el móvil se ha mojado, y eso es lo primero que mirará cualquier SAT oficial al recibir un smartphone a reparar. Si el chivato está activado da igual cuál sea la avería, el servicio técnico denegará la reparación en garantía.
La última opción que nos queda tras probarlo todo es pagar una reparación, pero lo más probable es que ésta no sea rentable. Si un móvil no funciona correctamente tras ser mojado lo habitual es que la misma placa principal del dispositivo presente corrosión o cortocircuitos, algo que solo se puede solucionar con la sustitución de las piezas afectadas, cuyo coste puede acercase al precio de un nuevo móvil.
Ahora, siempre podremos encontrar disparidad de precios en reparaciones, según a qué servicio técnico acudamos, pero como en muchas ocasiones, lo barato puede salir caro. Aparte de que en un servicio técnico no oficial es poco frecuente que puedan reparar la placa principal de un teléfono, si en la reparación se emplean piezas no oficiales podemos estar frente a un apaño de corta duración que solo nos haga perder tiempo y dinero.
La única solución, previa a que tengamos un accidente que lleve nuestro móvil a un chapuzón accidental, es tener un buen seguro contratado. Distintos establecimientos y webs permiten, a cambio de una cuota periódica asegurar teléfonos frente a líquidos, siendo reparado o sustituido el dispositivo en caso de llegar a producirse el accidente. Ahora, es conveniente leer toda la letra pequeña, ya que podemos encontrarnos casos en los que no se cubran todo tipo de líquidos, en los que haya que pagar una franquicia o incluso que la avería no quede del todo cubierta.
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