Las distracciones son, desde hace años, la principal causa de accidente en nuestro país. La velocidad es, sin duda, un agravante en la mayor parte de los casos pero hace tiempo que la falta de concentración en lo que sucede en la carretera se convirtió en el mayor problema de seguridad vial. Y los teléfonos móviles tienen mucha culpa.
De hecho, el uso del teléfono móvil está registrado como la distracción más habitual. No es de extrañar que los fabricantes cuenten con sus propios modos de "no molestar" para activar cuando nos sentamos al volante o que el uso de Android Auto y Apple CarPlay se haya extendido.
Con el objetivo de combatir su uso, la última reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial incluye cambios importantes en los castigos por utilizar el teléfono móvil. Así, si un agente (o una cámara) detecta que el conductor lo lleva en la mano (no hace falta que lo esté utilizando activamente) la multa es de 200 euros y seis puntos menos en el carné de conducir.
Si, por el contrario, el conductor es sorprendido utilizándolo en un soporte homologado, la multa también será de 200 euros, pero se retirarán tres puntos en el carné de conducir. Hay que tener en cuenta que es indispensable que el soporte para el teléfono móvil no interfiera en nuestra visión, pues el castigo en este caso es de 100 euros.
Así multan las cámaras
Estos últimos cambios han vuelto a disparar el interés de los conductores sobre qué se puede hacer y qué no con el teléfono móvil y, por supuesto, las multas por su uso. Entre los últimos temas en el debate público de las redes sociales ha surgido el de los "nuevos 225 radares que la DGT tiene activos para vigilar el uso del teléfono móvil".
Lo cierto es que estos supuestos radares no son ni radares, ni nuevos. Son 216 cámaras repartidas por el territorio nacional que desde su puesta en marcha en 2017 sancionan por el uso del teléfono móvil o no llevar puesto el cinturón de seguridad. De hecho, cinco años atrás se instalaron 225 cámaras, pero la DGT nos confirma que con los años este número ha disminuido hasta las 216 cámaras actuales.
Durante la presentación de estas cámaras hace cinco años, la DGT explicó que las imágenes captadas son enviadas al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas. Allí, un software analiza las imágenes y filtra aquellas imágenes que son susceptibles de conllevar una sanción. Estas últimas son revisadas manualmente para comprobar que no hay errores y pasar a la tramitación de la denuncia si corresponde.
Es obligatorio que para que la denuncia sea válida se pueda leer correctamente el número de la matrícula, la fecha y la hora a la que fue tomada la infracción y al conductor utilizando, o sujetando con la mano, el teléfono móvil.
Foto: Alexandre Boucher
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