Visitar una fábrica de coches es siempre una experiencia particular. Mi primera vez fue un paseo por Martorell. Es imposible no quedarse embobado viendo cómo trabajan los robots, cómo ponen lunas o enganchan piezas con una precisión milimétrica en una especie de coreografía pensada exclusivamente para ellos.
Pero además, hubo otra cosa que me resultó completamente fascinante. Por toda la planta se podían ver carros con ruedas que llevaban piezas a los operarios. Circulaban de forma autónoma por carriles preconcebidos, se paraban si detectaban un posible atropello a un operario y se gestionaban el tráfico de manera autónoma. Cuando el operario había utilizado todas las piezas transportadas, los propios carros continuaban a su siguiente estación.
Algo parecido es lo que quiere probar BMW en su planta de Dingolfing en Alemania. El objetivo es que sus BMW Serie 7 e i7 se muevan solos de un espacio a otro, para ir superando las diferentes fases de producción, como explican en Highmotor. El sistema puede ser especialmente interesante en el último tramo del proceso.
Sin intervención humana
El proyecto, de momento, forma parte de una fase piloto nacida de la asociación con Seoul Robotics y Embotech. Dos empresas con las que BMW trabajará estrechamente para mejorar la gestión de las flotas y el traslado de los vehículos por los diferentes lugares de la planta de ensamblaje.
La implantación de esta tecnología permitirá que los vehículos se dirijan solos al espacio dedicado a la logística y la distribución, aparcando solos una vez se ha terminado de construir el vehículo. De esta manera, no se necesita la intervención humana para trasladarlos.
Pero, además, la gran ventaja de este proyecto, denominado Automated Driving In-Plant, o Automatisiertes Fahren im Werk (AFW) es que el coche podrá circular de forma autónoma, incluso, sin tener instalados todos los sensores de proximidad, radares LiDAR o cámaras que se utilizan habitualmente en la conducción autónoma.
Al contrario que en la calle, el coche circula a ciegas, y recibe órdenes de un entorno que ha sido escaneado previamente por Seoul Robotics. Los escaneados de la firma china permiten reconocer cualquier objeto que el vehículo pueda encontrarse a su paso.
Esta tecnología se emplea junto al software de planificación desarrollado por Embotech. Este es el encargado último de dar las órdenes al coche, desde parar en seco a acelerar o estacionar junto a otros vehículos. Es decir, es el entorno el que envía las órdenes al coche y no es el coche el que actúa de forma autónoma tras estudiar el entorno.
Todo ello permite flexibilizar los espacios. Por ejemplo, los BMW Serie 7 e i7 no contarán con una ruta por defecto, se moverán por la planta de manera autónoma, siempre en función de cuál es el recorrido más rápido para llegar a su trayecto, en función de los imprevistos que pudiera encontrarse por el camino o las unidades que lo preceden.
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