La estimulación Transcraneal con Corriente Continua (tDCS, transcranial Direct-Current Stimulation) es una disciplina que está ganando cada vez más adeptos. Mediante estos sistemas, que uno se puede montar en casa por muy poco dinero, se es capaz de enviar pequeñas cantidades de corriente eléctrica a nuestro cerebro para estimularlo.
La práctica parece en cierto modo propia de una película de la ciencia ficción, pero no lo es en absoluto, y dichos montajes son cada vez más populares gracias al boca a boca de unos usuarios que destacan las mejoras en su memoria, en su capacidad de cálculo matemático o en la resolución de problemas. Y la cosa podría ir más allá.
Estimulación cerebral vía 'Hágaselo usted mismo'
En Science News relatan el caso de Nathan Withmore, un investigador del laboratorio de neurociencia en el National Institute of Aging en Baltimore. Este joven de 22 años, que es programador en su tiempo libre, indica que por ejemplo al conectarse los electrodos la solución a las dudas a la hora de "picar código" surgen sin esfuerzo, "es como si el ordenador se programara a sí mismo".
Esta técnica de estimulación es distinta de la estimulación profunda del cerebro -con electrodos implantados quirúrgicamente- o de la estimulación magnética y la terapia electroconvulsiva, y en realidad es un método mucho menos invasivo y menos potente que no obstante parece estar dando buenos resultados entre quienes lo están aplicando.
Dependiendo de la parte en la que conectemos los electrodos, tDCS puede influir en temas como la atención, la memoria funcional, la capacidad visual o el cálculo matemático. Así, en un estudio de la Universidad de Oxford la estimulación de la parte superior del cerebro causó que 15 personas con salud normal aprendieran un sistema de numeración inventado mejor y más rápido que gente que no recibió esa estimulación, y esas ventajas perduraron meses después de que la estimulación dejara de ser aplicada.
Beneficios y dudas
Este tipo de técnicas, indican los expertos, promete poder ayudar en la mejoría de pacientes de depresión, y un estudio realizado en 2013 y publicado en JAMA Psychiatry así lo indicaba. De hecho, 120 personas con depresión entre moderada y severa tuvieron efectos aumentados del medicamento Zoloft gracias a su combinación junto a este estímulo del cerebro, y su evaluación en las seis semanas de la prueba fue claramente mejor que la de personas que habían recibido placebos.
Este tipo de procedimientos también está recibiendo críticas por parte de algunos expertos, que dudan de esos beneficios pero que sobre todo avisan sobre los peligros que puede tener el uso de un sistema casero de estimulación cerebral.
En un informe de 2013 en el Journal of Neuroscience dos investigadores indicaron que la ganancia en capacidad matemática perjudicaba otras funciones: "podemos mejorar una función [cerebral], pero esa mejora es a costa de otra función".
Ausencia de regulación
Tampoco está clara la cantidad de electricidad necesaria en cada caso -el efecto de las dosis puede variar de forma notable entre distintas personas-, y también hay factores como la edad, el sexo o el hecho de fumar que parecen tener impacto en esos efectos del procedimiento tDCS.
Aún así, hoy en día es perfectamente legal comprar un sistema de estas características -una empresa vende un producto llamado foc.us de este tipo por 249 dólares- o intentar montárselo por uno mismo, y los foros con los adeptos a este tipo de prácticas dan consejos y reglas de seguridad para evitar problemas.
De momento no hay regulación médica al respecto, pero es probable que de popularizarse más este tipo de dispositivos acaben reclamando la atención de las autoridades médicas y psiquiátricas. Mientras tanto sitios web como el de Brent Williams, dedicado a tDCS, se están convirtiendo poco a poco en una referencia obligada para todos los que indagan en cómo montarse su propio sistema de estimulación cerebral casera.
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